miércoles, 28 de noviembre de 2007

Mujeres de bandera

Crear una cooperativa de alicatados. La idea ha obtenido el premio Joven Iniciativa Empresarial, otorgado en su quinta edición por la Junta de Castilla y León. Nada tendría de particular, de no ser por una serie de circunstancias que lo hacen especialmente reseñable. La más importante, las premiadas son cinco mujeres pertenecientes a grupos sociales con especial dificultad para acceder al mercado de trabajo. Si ser mujer ya supone una traba para determinados empeños, imagínense ser gitana o dominicana. Pero ahí está el valor de Aurora, Ana Isabel, Josefina, María del Mar y Encarnación para vencer las dificultades. Un buen día, el Ayuntamiento de Benavente decidió promover un curso de formación ocupacional, con financiación de la Junta y ellas se inscribieron pese a ser algo “tan de hombres” como la construcción. Me alegro por ellas, por no arredrarse en una provincia saturada de victimistas y quejicosos y lanzarse por el camino más difícil, pero también el que más necesitamos, el de los emprendedores. Es gratificante comprobar que a veces el sistema funciona. En España se dedican ingentes cantidades de dinero a subvencionar cursos de formación, que en muchas ocasiones sólo sirven como groseras fórmulas de financiación de sindicatos y organizaciones empresariales. En otras, para que algunos alumnos acumulen diplomas sin más orden ni concierto que el de ocupar el tiempo. Hay por ello que felicitar con más razón a la concejala Bárbara Palmero, de quien las galardonadas hablan maravillas. No la conozco, pero sí a su alcalde, y con él no me sorprende nada que las cosas en Benavente, y ya era hora, vayan viento en popa. Como tampoco me sorprende, que la empresa que ha organizado e impartido el curso sea la Escuela de Formación Esla. Félix y Renata, sus responsables, son un extraordinario ejemplo de que con ilusión, cabeza bien amueblada y sobre todo, trabajo, mucho trabajo, se logran altas cotas de excelencia en aquello que uno se propone. El premio es si cabe más significativo, porque se suma a otro recibido por empresarias zamoranas hace pocas semanas. El premio Mujer en la Empresa de Castilla y León 2007, en su sección de innovación, recayó en Armeza. Ya consolidada, tras nacer en el año 93, ocupa a 23 trabajadores y está igualmente promovida, capitaneada y pilotada por mujeres. Su sector, también tradicionalmente masculino, la distribución de material eléctrico. Hoy Armeza está asentada en Zamora, Benavente, Salamanca y Ciudad Rodrigo. Enhorabuena. Por el premio y por la generosidad. Han donado su importe a Asprosub. Dicen que lo necesita más y sabrá mejor como gastarlo. Unas y otras. ¡Mujeres de bandera!

domingo, 25 de noviembre de 2007

Menos Impuestos. Más Sociedad.

Por fin, noticias fiscales. Mariano Rajoy anunciaba hace una semana, la primera de sus “ideas fuerza” para la próxima legislatura si llega al gobierno. Propone la exención del pago del impuesto sobre la renta para los trabajadores y pensionistas con ingresos inferiores a 16.000 Euros. Nada menos que siete millones de españoles, los “mileuristas”, que notarán una subida significativa en su nómina mensual. La medida prácticamente duplica el actual umbral de exención, situado en 9.000 Euros y además promete complementarla con otra dirigida específicamente a las mujeres trabajadoras fuera de casa. Se estiman en seis millones y medio. Una medida de discriminación positiva, en este caso justificada. El paro femenino supera ampliamente al masculino y su salario medio es más bajo, por lo que las ventajas anunciadas contribuirán a reducir la brecha existente. La propuesta es audaz, pero estando en periodo preelectoral, muchos ciudadanos se preguntan si se cumplirá o se quedará en el camino. La más atrevida de las intenciones en este sentido, la publicitó Miguel Sebastián apenas fichado por Zapatero para su proyecto de socialismo reformador. Se trataba de un tipo único aplicable al IRPF, con lo que se eliminaría la progresividad del impuesto. Como ustedes saben y sufren cada mes en forma de retenciones, pronto se olvidó. En esta ocasión, cuenta el PP con una credibilidad fiscal superior a los socialistas. Aznar demostró que se podían bajar los impuestos y lo que es más importante, que una rebaja sistemática no supone menor recaudación para las arcas públicas, sino todo lo contrario. Con menos impuestos, se incrementa la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, crece el consumo, la economía se oxigena y se genera más empleo y de mejor calidad, lo cual se traduce en más ingresos públicos. Esto, a pesar, de que desde las filas de la izquierda se auguraba precisamente lo contrario. La demolición del Estado del Bienestar, decían y volverán a decir ahora. Su error es de concepto; se refieren al bienestar del aparato del Estado, no al de los ciudadanos. La misma filosofía liberal desarrolla Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. Menos impuestos, más riqueza. Menos gasto público, más sociedad. Hoy Madrid encabeza el ranking de crecimiento económico y de calidad en los servicios prestados a los ciudadanos. Deseemos que el ejemplo cunda y se extienda a otras comunidades, tal como la nuestra, mucho más timorata en materia de reformas liberalizadoras. En la misma línea de modernización fiscal, CiU y PP aprobaban en el Senado el pasado martes una moción instando la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio y una rebaja sustancial del de Sociedades. Si Zapatero no mueve pieza, los mileuristas tendrán claro cómo pagar mejor la hipoteca, soportar el desbordamiento de los precios o darse un capricho y hacerse alguna escapada al mar.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Pan y Cebolla

He conversado en los últimos años, con centenares de visitantes de nuestra provincia. He cotejado miles de encuestas formuladas a quienes vienen a vernos. La gastronomía, el buen yantar que por aquí nos gastamos, está siempre entre los más destacados de nuestros recursos turísticos. Dirán que son los productos. Pero el mejor producto, en manos inadecuadas pierde todo su potencial. Ahí es donde sorprende Zamora. Pareciera como si el genio y la decisión que para otras cuitas nos faltan, afloraran plenos de fuerza, entre fogones. No exagero, si escribo que cuenta Zamora, con una colección de restauradores que sobresalen por encima de la media nacional y desde luego regional. Es difícil encontrar, excepción hecha del País Vasco, un elenco de restaurantes como el que disfrutamos en una pequeña capital, o en una provincia pobre y envejecida como la nuestra. De todos los profesionales, en los distintos campos, ningún gremio destaca como ellos. Así lo reconocen los foráneos, cuando tocan el cielo en los rincones más insospechados. Con los números uno, Cecilio y Minica en Castroverde, que un año más, estos días, definen la cátedra de la caza. Con Gloria y Elías en El Empalme, donde las setas reviven en mil y una combinaciones culinarias. Con Pedro Mario y Óscar en El Ermitaño, los primeros en poner una pica en el Flandes de la Guía Michelín y ahora también en Asturias. Con Agustín, otro loco genial, en la auténtica fiesta de El Chivo. Con Luis Alberto, que luce y mejora lo aprendido de su padre y de Abraham García, el genio del madrileño Viridiana, en su Colegiata gastronómica. Con Óscar Somoza en su Mesón Sanabria, encabezando la oferta sanabresa, junto a La Chopera y El Ministro en el Puente. O con la cuchara de Ferreruela y el horno de Valcabadino. Y tantos otros altares escondidos. En la capital, una docena de restaurantes, de los de siempre y de los nuevos, a la sombra de las piedras. El maestro Mariano y su hijo en La Marina, con ampliación reciente. Andrés, profesional como la copa de un pino, en el París. El histórico Serafín, de Michel y Jose, el poeta de la carta. La embajada de Francia en Zamora que se llama La Posada. Meneses, al que no es capricho enviarle un fuerte abrazo. El presente más brillante y el futuro más prometedor en La Oronja. La Baraka, donde Chema lo mismo te viste con el mejor bacalao, que te guisa un traje. Y Antonio, en su Rincón con estrella, tan gran maestro como sencillo tipo. La mejor mano. Yo, con cualquiera de ellos y tantos otros que me dejo en el tintero, hasta pan y cebolla. Aprovechen, pues, el otoño. Salgan y degusten. No tengan que venir los de fuera a descubrirnos lo que tenemos. Salud.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Inexplicado cese

Hola Pepe. Recordaba el sábado, al leer en el periódico la noticia de tu sorprendente destitución, cómo te conocí. Fue a través de Antonio Vázquez, aunque ya tenía muy buenas referencias de ti. Desde entonces, conversamos en varias ocasiones, casi siempre porque te llamábamos para conocer tu opinión al respecto de proyectos municipales, para pedirte consejo o solicitar tu colaboración. Siempre respondiste de inmediato, con plena disposición y tu mejor criterio. Cada opinión, argumentada sin caer en los tópicos del integrismo preservacionista en el que a menudo se amparan otros, menos sabios pero más presuntuosos. La balanza, en coherente equilibrio entre el bien a proteger y el beneficio público a obtener. Como anécdota, tuyos son los textos que figuran en las placas de la señalización monumental de Zamora. Como siempre, desinteresadamente. Junto a cada iglesia, a cada edificio singular de nuestro Casco Histórico, un bloque de granito, tan de la tierra como tú y sobre él la placa con la leyenda. Unas cuantas líneas que sintetizan las muchas páginas que sobre cada monumento podrías escribir. No sólo de cómo se construyó y por qué, o de las múltiples vicisitudes históricas que haya vivido. También podrías contarnos algo sobre el alma de la piedra con que se construyó, o de cómo, en el último siglo se salvó varias veces, casi milagrosamente de su desaparición. De la infinidad de palacios, casas, rincones o teatro que en Toro has tutelado, se ha escrito en abundancia estos días. Veintiocho años de dedicación son muchos, pero no los suficientes, para que alguien piense que eres sustituible en la defensa del Patrimonio. No entiendo tu cese, ni que lo llamen de otro modo, como para que pase desapercibido, que no haya ruido. Vana intención. Parafraseando al viejo civilista, Castán Tobeñas, los contratos son lo que son y no lo que las partes dicen que son. Pues eso, un cese es un cese. Me duele que sea un gobierno de mi partido el que comete tal injusticia y que nadie asuma como propia la decisión, por otra parte, legítimamente democrática. Dudo que el origen esté en Valladolid, seguro que no en Jesús Sedano, y ofende que se te quiera utilizar políticamente por el PSOE, cuando si a alguien no le tiembla el pulso a la hora de cesar a los no serviles, es a ellos. Creo a pies juntillas al Delegado Territorial de la Junta cuando afirma que no han sido políticos los motivos de tu cese. Conociéndote, avalar lo contrario, sería una estupidez supina. Pero es imposible que sean razones técnicas, de cualificación o de capacidad para ejercer el cargo, por bueno que sea tu sucesor. O sea, que salvo que Castro se explique, sólo nos queda el capricho de algún mediocre o mezquino con poder, como motivo. Conozco a unos cuantos; que entre ellos esté la mano negra, no me tranquiliza para el futuro. Salud, amigo.

domingo, 11 de noviembre de 2007

La Herencia, por cierto.

Rosa Valdeón recogía el viernes, el premio que la Federación Española de Municipios y Provincias ha otorgado al Ayuntamiento de Zamora por “Conduce-te”. Iniciativa pionera para la prevención de los accidentes de tráfico en las noches del fin de semana. Del éxito del programa dan buena cuenta, no sólo el premio recibido, sino que numerosas ciudades han seguido después el mismo modelo. La última, Burgos que acaba de presentarlo hace unos días. Me alegra además, que este reconocimiento a la labor municipal de Pedro Roda y de todas las entidades que colaboraron en su desarrollo durante dos años y hasta Junio pasado, sirva, según ha anunciado la concejala Velarte, para que de nuevo se ponga en marcha. El galardón, se une a otro entregado en las últimas semanas al ayuntamiento capitalino, por la labor de la Policía Municipal, año tras año, en Semana Santa. Más que merecido. Incluso los más críticos con las actuaciones de nuestros “municipales”, reconocen que lo de la Semana Santa es para quitarse el sombrero. Por esfuerzo, profesionalidad y alarde organizativo, cualquier reconocimiento a mandos y policías, se me antoja escaso. Y como hoy vamos de buenas noticias, tres más, de los últimos días. Uno, la actividad en el área de turismo no cesa. El concejal Alonso presentó una innovadora guía turística elaborada con la operadora, Vodafone. Casi un año de trabajo para seguir contribuyendo a la divulgación de los atractivos de Zamora. Mantener la línea de colaboración entre funcionarios municipales y empresas especializadas en actividades turísticas (plan de excelencia y oficina municipal de turismo) genera los mejores frutos para esta concejalía, como una vez más se acredita. Dos, la rehabilitación del Castillo, que sigue marchando a buen ritmo, además de la trascendencia del fin al que se va a destinar, está permitiendo descubrir y aclarar capítulos notables de nuestro pasado. Sólo con ello, ya se demostraría lo acertado de la decisión de recuperar un elemento esencial de nuestro patrimonio, al que durante siglos se le había dado la espalda y en cuya importancia pocos reparaban. Tres, recuerdo que fue en Abril, cuando se cerró la negociación del convenio entre Ayuntamiento y Junta para la construcción del Centro de Congresos de Zamora. El texto y el compromiso de financiación han sido definitivamente aprobados por el Gobierno Regional el pasado jueves. La opción elegida por Vázquez e impulsada por Herrera, el teatro de la Universidad Laboral y el edificio anejo, será pronto realidad. Todo lo dicho verifica que la nueva corporación va tomando el pulso a la gestión municipal. El trabajo callado de los primeros meses, para enlazar dos mandatos con diferentes mandatarios, surte efecto. Y por cierto, algo tienen en común todas las reseñas anteriores. Aunque a algunos no les guste o no lo quieran reconocer, son una parte importante de lo que ellos mismos han dado en llamar “la herencia”.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Nos esfumamos

Dice un informe del Instituto de Política Familiar de Castilla y León, que la provincia de Zamora reducirá su población en más de 23.000 personas durante los próximos veinte años, uno de cada diez de los que hoy vivimos en ella. Además, debido a la elevada edad media de los zamoranos, la población activa se reduciría también notablemente y paralelamente nuestra economía. El dato de Zamora no es divergente del que se da para el conjunto de la Comunidad. Se apuntan caídas poblacionales en todas las provincias, incluida la “centralista” Valladolid. Que me perdonen los sociólogos, pero creo poco en proyecciones a tantos años vista. Nunca hasta ahora han acertado. Aún así, estas llamadas de atención son buenas cada cierto tiempo si sirven para reflexionar en ámbitos públicos y privados. El instituto que elabora el estudio, busca concienciar a los poderes públicos de la necesidad de incentivar las ayudas a la natalidad y de protección de la familia. Ahí estoy plenamente de acuerdo, siempre que se haga reduciendo la fiscalidad, no con subvenciones, políticamente más vistosas, pero mucho menos eficaces. Cuantos menos impuestos se nos detraigan a los ciudadanos, mejor para todos, seamos familias o individuos. Está demostrado que salvo en los casos en que estrictamente se justifica la acción del Estado, la sociedad civil es mucho más eficiente en la gestión de los recursos. No obstante, si creemos a pies juntillas los augurios demográficos tendremos que concluir que Castilla y León es inviable económicamente como Comunidad, argumento perfectamente defendible, máxime si a la hora del reparto de los dineros estatales se atiende cada vez más al criterio de la población y menos a la extensión del territorio. Concluiríamos también que a medio plazo, entre otras, nuestra provincia estaría abocada a la desaparición. Y hombre, eso sí que no. Ahora resulta que ni siquiera vamos a dar tiempo a que el cambio climático acabe con nosotros. Nos esfumaremos antes por nosotros mismos. Hora es de plantearnos algunas cuestiones de las que no suelen gustar a políticos y ciudadanos. Para los primeros y lo dije también cuando “ejercía”, ¿para llegar a esto, se justifican tantos escalones administrativos como existen? Ayuntamientos, Mancomunidades, Diputaciones, Comunidades Autónomas y Gobierno Central. ¿No sobrará racionalmente algún escalón? Un día les daré mi opinión y también sobre otra pregunta, ¿Podemos hacer algo los zamoranos? Dos interrogantes más. Por qué cada vez que alguien plantea invertir en Zamora lo miramos con recelo o creamos plataformas “contra”, incluso antes de saber exactamente de qué se trata. Por qué cuando un empresario zamorano triunfa y prospera, enseguida se extienden los rumores sobre su inminente ruina o se le acusa soterradamente de actuaciones irregulares, cuando no directamente ilegales… Si la contestación es “porque somos así”, entonces, decididamente, nos esfumamos.

domingo, 4 de noviembre de 2007

La Sentencia.Tres apuntes.

Los jueces. El Tribunal, presidido por Gómez Bermúdez ha dado una lección de las que reconcilian con la justicia. Con su dirección con mano firme de la vista oral, guardando el secreto del fallo sin filtraciones hasta su lectura pública y lo que es más importante, el fallo en sí. Una buena sentencia, sólida y fundamentada. Seiscientos folios de pronunciamiento rotundo y sin más fisuras que el no profundizar en ciertos aspectos y lagunas. Pero esto hubiera correspondido más a la fase de instrucción. Esclarecedora, tanto por lo que dice, quiénes de los imputados participaron en el atentado, como por los silencios; mentor y motivación. Nada de ETA, tampoco de Irak o Al Qaeda. Los jueces han urdido bien las mimbres que la investigación policial y la instrucción judicial pusieron en sus manos, otra cosa es que éstos sean completos o adecuados. En esto, el fallo ha sido también valiente. Por las condenas y sobre todo, por las absoluciones, las decisiones más difíciles de adoptar y de comprender. La ley. Se habla de decenas de miles de años de condena, pero lo cierto es que sólo tres de los condenados cumplirán los cuarenta años de prisión máximos que establece nuestro ordenamiento. Uno de los veintiún condenados no llegará a entrar en la cárcel y del resto, se prevén como máximo doce años para que vuelvan a pisar la calle. La mayoría, antes de siete años. No es problema de los jueces. Sí de los políticos que aprobaron en 1995 el Código Penal en vigor, el código Belloch. Y de esa inspiración penal progresista, que viene a defender que los delincuentes son meras víctimas de la sociedad. También de quienes no se atrevieron a modificarlo. Así nos luce, en éste y en tantos casos como a diario encontramos en los periódicos. Los políticos. Mala nota con carácter general. No todo puede entrar en el juego político. Desde que Alfonso Guerra dio por finiquitados a Montesquieu y la separación de poderes, el espectáculo es cada vez más lamentable. La sandez elevada al cubo es la propuesta de Llamazares para que el Parlamento “ratifique” la sentencia. A veces el subconsciente aflora. Quizá estaba pensando en el régimen soviético, no en una democracia parlamentaria. Y el empeño de los socialistas por negar cualquier posibilidad de investigación complementaria ulterior. Toda la instrucción se basaba en que había autores intelectuales, pero los señalados como tales han sido declarados inocentes. No es ningún crimen apoyar que se investigue si hubo otros. La propia sentencia deja esta puerta abierta. Algunos se ponen muy nerviosos, pero ¿por qué descartar que en esta ecuación de infamia y muerte quede por despejar alguna “X”?