Pues será verdad que aún no fue un tren AVE el que llegó esta semana a Zamora, sino un ALVIA. Que no llegó a 300 kilómetros por hora sino a 200. Y que de momento Zamora es estación término porque falta bastante para concluir los trabajos de conexión con Galicia. Todo eso es cierto, pero no lo más importante de lo ocurrido esta semana con la llegada de un AVE que aún no es, pero ya casi.
En las redes sociales, en los comentarios a las informaciones periodísticas y en la propia calle he visto más comentarios negativos que positivos, no digo que sorprendentemente porque los zamoranos somos como somos y a la vez estamos más acostumbrados a anuncios que realidades; a promesas que a ejecuciones.
Las fechas electorales en que nos encontramos ayudan poco, si bien en España raro es el momentos en que no estamos en fechas “pre", “post” o directamente electorales. En esos momentos quienes no llevan el gobierno exacerban su celo crítico ante cualquier acontecimiento y quienes sí tienen esa responsabilidad tienden a la sobreactuación.
Estos últimos incurren en el error de presentar ante la opinión pública como definitiva llegada del AVE lo que es solo un paso más, aunque ya sin vuelta atrás. El énfasis inaugurador a las puertas de las urnas, que aqueja con excesiva frecuencia al político, tiene la culpa (flaco favor a una buena ministra, la presencia ante las cámaras y el protagonismo de Martínez Maíllo, quien al no ostentar cargo institucional alguno contamina como acto político algo que es institucional). Aquellos otros, piensan que su obligación es quitar el mérito a cualquier actuación que provenga de sus rivales. No hablo de siglas concretas en una posición o la contraria porque, lamentablemente, las siglas y quienes las representan son demasiado intercambiables en esta era.
A veces los árboles no dejan ver el bosque. No es lo importante que el AVE tarde unos meses más o menos en llegar con todas las de la ley y mientras tanto sea ALVIA. No lo es que de momento y como tanteando el terreno se aproxime a Zamora a 200 y no a 300. No lo es que de momento no se amplíen las frecuencias de paso.
Lo importante es que el AVE supone para Zamora un gran avance y un enorme potencial de oportunidades. No sólo en el ámbito del turismo que nos permita recuperar y superar las cifras de visitantes. También en cuanto a las opciones de creación de riqueza para nuestras empresas y para aquellas otras que un día puedan ver en Zamora una posible ubicación. Profesionales de nivel no se desplazan igual a distancias de una hora de Madrid que a dos o tres horas. También para evitar que los mejores de entre los nuestros puedan encontrar un futuro sin obligación de abandonar definitivamente Zamora.