miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cajas destempladas


Soy de los que no creen, aunque tenga muchos elementos positivos, que la fusión entre ellas y no con otras de las dos principales cajas de ahorro de nuestra Comunidad sea, ni imprescindible para la Comunidad, ni intrínsecamente buena para cada uno de sus habitantes. Es más, creo que con ello, en provincias como Zamora, lo que se producirá, además del cierre de oficinas y consecuente pérdida de puestos de trabajo será una disminución de la competencia (lo cual es malo por definición) y una posición de peligroso dominio de la caja resultante, sólo paliada en parte por la buena posición estratégica de Caja Rural.

Cuestión distinta es que para las entidades, las fusiones sí que son absolutamente necesarias de cara a cumplir los requisitos de solvencia marcados por el Banco de España y a garantizar su viabilidad presente y futura. De ahí que con un inusitado consenso político y económico en apoyo de la integración, ésta pareciera avanzar definitivamente encauzada y a buen ritmo. Justo hasta hace unos días, cuando tocaba debatir el reparto del poder en lo operativo y de las sedes en lo territorial.

No sé con qué nos habremos levantado hoy; ayer con vientos de ruptura en el proceso. Prepotencia de Caja Duero. Salamanca no cede. Titulaban los periódicos leoneses. Caja España rompe la fusión al exigir el 50 % de la sede operativa. Caja Duero abre otras fórmulas tras constatar el fiasco de la fusión. Caja España no acepta quedarse sin la sede ejecutiva y rompe la fusión. Titulaban en Salamanca. En ambas ciudades, se echa la culpa a la entidad con sede en la otra. Y a la hora de las propuestas, leíamos en La Opinión de Zamora que Caja Duero (¿o hay que llamarla Caja Salamanca?) plantea dejar la sede de todos los departamentos en Salamanca con excepción del domicilio social, Presidencia, Secretaría General y algunas otras áreas que quedarían en León. Leemos también que el Presidente de Caja España (¿o es Caja León?) se indigna porque su caja “no se va a quedar en León con la sede social, el chófer y una secretaria” y deja claro que tiene un “compromiso con los leoneses” y que “esa ciudad no se va a quedar sin negocio y sin lo que tenga que quedar”.

Da gusto la claridad por ambas partes. Visto lo visto, que alguien nos explique en qué va a ser buena la fusión para Zamora o para el conjunto de los ciudadanos de la región. O cuál es la opinión de los representantes políticos, sindicales, sociales y de los clientes de Zamora en ambas cajas. O la del PP y PSOE regionales, que son los que pueden decidir este asunto, aparte de repetirnos que el dinero de los impositores de esta Comunidad debe quedar aquí, a pesar de que buena parte de los problemas de solvencia o morosidad que ambas arrastran, se deban a inversiones inmobiliarias realizadas fuera de Castilla y León. Curioso.

domingo, 27 de diciembre de 2009

La verdad lo es...

…Aunque con ruido traten de esconderla. Ciro Blume, literario detective que protagoniza Hotel París, la reciente última novela de Antonio Civantos, confiesa: “Un servidor fue alumno de la facultad de derecho durante dos años y medio, demasiado tiempo para llegar a la conclusión de que el estudio de la Ley y yo somos dos ángulos tan incompatibles como opuestos por el vértice”. El detective Blume, reconoce en su heterodoxa honradez que sus actuaciones no siempre siguen el recto camino de la ley para resolver los asuntos que se le plantean. Aún así, tengo para mí, que si Ciro Blume hubiera llevado a cabo la investigación sobre el proyecto y la ejecución de la última limpieza, reforestación y mejora del bosque de Valorio y su entorno, habría llegado a las mismas conclusiones a las que ha llegado la justicia tirando del hilo de los hechos y aplicando el derecho. Pidiendo la venia a su autor; de haber sido su cometido, me atrevería a asegurar que desde Madrid o París, junto a un buen plato y una copa de “Habla”, su vino preferido, Ciro también habría discernido entre lo que cabe como crítica política, el cuestionamiento de lo acertado de unas obras y la legalidad o no de las mismas que debe sustanciarse en sede judicial. Deberían algunos, que siendo parte pretenden ser inquisidores, detectives y jueces, tomar ejemplo y reconocer que es la intencionalidad meramente política la que rige sus denuncias ante los juzgados e incluso el sistemático anuncio de otras que luego ni siquiera formalizan.
La Justicia ha resuelto una vez más, son ya muchas en los últimos años, y de forma que no deja el menor resquicio para la duda, que la ejecución de esas obras municipales se ajustó estrictamente a la ley. Que estudiados expediente administrativo, proyecto técnico y resultado final, las actuaciones se hicieron correctamente y que por lo tanto no procede sino el archivo de una denuncia que partió en origen del grupo municipal de Izquierda Unida.
La responsabilidad exigible a quien gobierna es superior a la que hemos de pedir a quien está en la oposición, pues también son mayores los efectos para el común, de sus aciertos o equivocaciones. Pero cuando no se trata de un caso puntual, sino de un paso más en una estrategia premeditada para utilizar la judicialización de la vida pública como instrumento de autobombo y desgaste de la acción de gobierno a la que no se consigue derrotar por la vía democrática ordinaria, las urnas, es perfectamente exigible que sus artífices asuman el resultado final de sus actos. Máxime, cuando muchas de sus denuncias, parten por sistema de manipular los hechos, olvidar los datos que no encajan con su teoría y retorcer la interpretación de la ley para conseguir ruido mediático y escándalo ciudadano. Que Lenin sentara que la mentira es un arma revolucionaria no quiere decir que sea respetable; ni que al final, suya sea la victoria.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

¡Salud, amigos!

¡Salud! Para todos, también para los que les haya tocado algún pellizco en la lotería o incluso alguno de los premios gordos (si es que hay alguien en esas circunstancias, que uno se va haciendo cada vez más escéptico y hasta de eso duda ya). Para el resto, recíbanla por toneladas con mis mejores deseos de poder disfrutarla.
Dicen que cuando el rey Alfonso IX de León, fundó la Universidad de Salamanca, uno de los motivos que más tuvo en cuenta para crearla en Salamanca y no en otro lugar, fue que el clima dotaba a la ciudad de unas condiciones saludables óptimas, lo que además la hacía buena para el estudio. Pues vaya con la salud. Después de tantas décadas de lotería nacional sin que el Gordo haya caído ni una sola vez en nuestra provincia, parece demostrado, que también en eso la Historia está en deuda con Zamora y que la Universidad fue aquí donde debió crearse.
Hay que plantarse. O una cosa o la otra, pero algo, leches. Si eso no es posible, tal vez habría que constituir una plataforma reivindicativa para acudir, cabreados como sabemos, al organismo encargado de los sorteos a manifestar nuestra disconformidad. No es presentable que se siga manteniendo el obsoleto sistema del bombo y las bolitas. Pediremos que se cambie a un método mucho más sostenible (ya sabemos que ahora tiene que ser sostenible hasta lo insostenible, pues de lo contrario no se vende un colín) del turno rotatorio estrictamente intervenido. De esa forma, aunque se siguiera un riguroso orden alfabético comenzando por la A, al menos dentro de 51 años (53 si para entonces Ceuta y Melilla siguen siendo España y otras no han dejado de serlo) rascaría algo nuestra provincia.
O a ver si no. Por qué tiene que ser el caprichoso azar el que decida. Dónde se queda la solidaridad entre los territorios por la que tanto rogamos en otros ámbitos, o acaso las fincas de Aliste no son solidarias con las del Ampurdán. Que no, que no. Que por justicia social y redistributiva hay que exigir que el gordo nos toque cuando corresponde y no cuando le salga de la panza al dichoso bombo.
En todo caso y mientras la iniciativa echa a rodar, tengan ustedes amigos lectores (y los lectores no amigos también) salud para disfrutar y sobrevivir a las fiestas navideñas. A los reencuentros familiares. Las comidas de empresa o con los amigos. A los millones de petardos (me refiero a los tubos rellenos de pólvora que explotan con estruendo) que deleitarán nuestros oídos. A las comidas excesivas y a las bebidas inconvenientes. Al descanso quienes lo tengan y al trabajo aquellos que no descansan para la tranquilidad de los demás.
Del frío olvídense, sonrían como en abril y aún sin lotería, que el niño Dios que nace nos ayude a todos a ser un poquito mejores y más felices. ¡Feliz Navidad, Zamora!

domingo, 20 de diciembre de 2009

Cambios estéticos

Ya nada es lo que era, me decían el otro día, comentando de ciertos asuntos triviales; y aunque no tenía demasiado que ver con lo que hablábamos, mis conexiones neuronales lo interrelacionaron con un ensayo de Umberto Eco que leí hace algún tiempo, en el que realiza un recorrido por la historia de la belleza y la evolución que de la percepción y la representación estética de lo bello se ha ido produciendo a lo largo del tiempo.
Al día siguiente de esa conversación, la refinada y moderna estética de la que presumían los dueños de Prisa con su antes Canal+, ahora llamado Cuatro, ha sido entregada (la pela manda) a los otrora, según ellos, exponentes del gusto cutre. A Telecinco, la cadena que empezó en España de la mano o más bien las piernas, las caderas y los cántaros de miel (que cantara Carlos Mejía Godoy) de las Mamachichos de Valerio Lazarov, una de las cuales por cierto es la mujer del famoso “bigotes” gurteliano.
A la vez, nos dicen también que la postmoderna cadena La Sexta, hasta ahora empeñada en transmitirnos no sólo los nuevos conceptos estéticos, sino también el nuevo paradigma de lo políticamente correcto, propiedad de un tal Roures, multimillonario por sus hechos en forma de negocios y trotskista de palabra y dice que pensamiento, va a pasar a manos de los propietarios de Antena 3, el grupo de José Manuel Lara y Planeta, representante y arquetipo por excelencia de la burguesía catalana del siglo pasado.
Lo dice nuestro bolero, las vueltas que da el mundo, válgame el cielo. Polancos y Cebrianes, regentes de Prisa, Sogecable y El País, periódico que ha ilustrado nuestro verano con las fotos en variada compañía de Berlusconi en su Villa Certosa de Cerdeña, convertidos ahora en compañeros de cama de il cavaliere, accionista mayoritario de Telecinco. Y el esnobismo ácrata de los visitadores de la Moncloa de La Sexta, pasando a vestirse con el traje del pragmatismo más económicamente puro.
Está claro que las diferencias en los medios de comunicación son cada vez menos de fondo y más de estética, con lo que todo es fácilmente reconducible a puntos comunes. Está claro que eso es cada vez más lo que nos diferencia a unos ciudadanos de otros, lo cual, dirán muchos no es ni bueno ni malo necesariamente. Sólo es distinto de lo que había venido ocurriendo. Lo adjetivo, cada vez más, se torna en sustantivo y viceversa. Si ya sabemos según sociólogos y psicólogos que guapos y guapas lo tienen mucho más fácil para alcanzar cualquier meta que se propongan en la vida, no es difícil entender cómo la publicación más comentada esta semana ha sido la revista que sacaba en portada la foto de uno de los grandes referentes del debate social del momento, ¿la nueva nariz de Berlusconi? ¡No! la de Belén Esteban.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

El doble rasero

No lo veo nunca, pero el lunes esperé a los primeros minutos antes de apagar la televisión. Apostaba a que Buenafuente, uno de los más celebrados bufones con pose intelectualoide de la corte mediática, no sería capaz de rehuir la fácil tentación de hacer mofa y befa de la agresión a Berlusconi. Y no me equivoqué, justamente así abrió su programa. No es que la figura del democráticamente elegido Primer Ministro italiano, me inspire mucha simpatía; más bien ninguna. O que su comportamiento habitual no se preste a la chanza; oportunidades para ello genera casi a diario. Tampoco es que el presentador español lo hiciera sin gracia; dentro de lo grosero, aderezó su simpleza con unos toques de ingenio. Pero el caso es que lo que hace Buenafuente, y como él unos cuantos más de la troupe progre, sería inimaginable si la víctima de la agresión hubiera sido cualquier presidente de gobierno cuya adscripción política estuviera en las filas de la izquierda europea, el propio Obama o, incluso, alguno de los múltiples dictadores que tan simpáticos resultan para los portavoces de la nueva modernidad. En esos casos, no se hubiera utilizado con tanta ligereza, sarcasmo y gesto de satisfacción, el “le han partido la cara”. Son cosas del doble rasero que diferencia a los que dictan las bases de lo que es correcto en materia de opinión y los que han de pedir perdón de antemano por expresar las suyas. Es lo que llaman la superioridad moral de la izquierda (que como decía el otro, manda güevos). Menos mal que de vez en cuando, se llevan algún que otro revés o cuando menos algún susto. Ahora, los que siguen en su carnet e ideología al ideario que ha causado más sangre y daño a la libertad y la dignidad humanas, ponen el grito en el cielo porque la Real Academia de la Lengua estudia cambiar la definición de comunismo y considerarlo totalitario. Algo que ocurre desde hace mucho con el fascismo, definido como: Movimiento político y social de carácter totalitario. Si aún hoy, alguien presumiera de fascista, todos lo consideraríamos totalitario, ¿no? Sin embargo, a quienes siguen alardeando de comunistas, no les mola que los califiquemos de totalitarios. Pero los fundamentos teóricos del comunismo lo son y también lo ha sido en todos los casos, su aplicación práctica. Pregúntenles a los cien millones de víctimas. No hay un solo caso en la historia de un régimen comunista no totalitario. Llámese socialismo real, comunismo, marxismo, leninismo, maoísmo, totalitario es. Curiosa, pues, la sorpresa porque la RAE cumpla con su cometido, que es precisamente llamar a las cosas por su nombre y darle a los nombres la definición más correcta y ajustada. Aunque, volviendo al principio, medir a todos por el mismo rasero desenmascara la falacia de ciertos argumentos.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cosa de todos

Morimos más, nacemos menos, se van demasiados y a quedarse no viene casi nadie. Es Zamora, es Castilla y León. Un año más, no es sorpresa, perdemos población en el conjunto de la provincia. La única novedad estriba en que somos la provincia que mayor sangría sufre, aunque ese no deje de ser un dato meramente anecdótico frente al determinante de que sólo en 6 provincias caiga el número de habitantes y nosotros siempre estemos en la cesta. Seguro que hoy estarán silbando los oídos de nuestros políticos, incluidos los que lo fuimos y ya no ejercemos. Seguro que unos cuantos de mis “fans” más “devotos” comentarán este artículo con vehemencia por mis doce años de corresponsabilidad en que las cosas no vayan mejor. Y qué duda cabe, algo de razón tendrán. Siempre se puede hacer más; siempre se puede hacer mejor. Pero nos equivocamos una vez más como sociedad civil si nos limitamos a escuchar cómo los del PP le echan la culpa al PSOE de Zapatero por el trile en que quedó convertido el Plan del Oeste. O los del PSOE al PP de Herrera, Maíllo y Valdeón, por el brindis al sol en que van quedando las anunciadas medidas contra la despoblación en nuestra Comunidad. Y más aún nos equivocamos si dejamos todo el debate reducido al ámbito de la política. Es muy significativo, que las seis provincias con pérdida de habitantes, Lugo, Orense, Zamora, León, Palencia y Ávila, se agrupen en un área geográfica muy reducida de España, hasta el punto de que se tocan, siendo cada una de ellas limítrofe de otra, con la excepción de Ávila por una cuestión de muy pocos kilómetros con la Guareña zamorana (las separa una zona de Salamanca que sufre el mismo problema). Entre ellas sólo una isla, Valladolid. ¿Qué significa esto? Que no caben soluciones aisladas para Zamora, sino compromiso claro con toda esta mancha del territorio nacional. Que gobierne quien gobierne en Madrid y en Valladolid, se debe hacer la apuesta que ni desde uno ni otro sitio se ha hecho aún por el equilibrio socioeconómico interprovincial. Que en lo que a Castilla y León respecta, cualquier reparto económico estatal, nos perjudicará por ser siempre factor fundamental la población existente y va siendo hora de plantarse o romper la baraja. Tienen Herrera y López tantas razones como otros fuerza, aunque para ello hay que estar dispuestos, en lo político, a jugarse el tipo. Pero también significa que es hora de que el conjunto de los ciudadanos dejemos de mirar con sospecha, inquina o corrosiva envidia a quienes de entre nosotros invierten, arriesgan, crean empresas, o se salen del guión de una sociedad, en ocasiones más que conservadora, encorsetada. Cuando pude, con mi escasa fuerza y parco resultado lo dije donde debía, no solía gustar. Ahora soy más libre para escribirlo. El futuro es cosa de todos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Un pedo de vaca

El futuro del mundo se juega en Copenhague nos martillean, casi ametrallan, desde todos los medios de comunicación. Entre miles de fastos y millones en gastos, la capital danesa se ha convertido en un inmenso plató televisivo por el que van a desfilar todos y cada uno de los grandes líderes mundiales; cada uno con su receta particular, para sanar a un planeta al que la fiebre le ha subido unas décimas. Aquello va a parecer la gala de los Oscar. Con una sola diferencia. El cine gasta mucho menos en marketing que todo el emporio de la distracción nacido en torno al Cambio Climático. Claro que es necesario adoptar medidas y cambiar actitudes que conlleven un trato más responsable del Medio Ambiente, de los recursos naturales y de los ecosistemas terrestres. Lo que es obsceno y al final contraproducente es la desmesura propagandística que alimenta la espiral absurda del catastrofismo; sin la mínima seguridad de que la incidencia de la actividad humana sea determinante para el aumento de la temperatura. Mientras tanto, sólo hace unos días, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) celebraba en Roma, en torno a la hambruna en el mundo, otra conferencia del más alto nivel pero en la que, salvo Lula da Silva, no estuvo presente ninguno de los grandes ni medianos líderes mundiales. Secretarios, embajadores y algún ministro compusieron las delegaciones. No era un encuentro suficientemente mediático. Tres días de trabajo (son 12 en Copenhague) para un unánimemente confesado fracaso, sin nuevas medidas, compromisos ni inversiones para cumplir el objetivo. Reducir a la mitad en 2015, los mil millones de personas que pasan hambre en el mundo. “Hoy van a morir 17.000 niños”, abrió su discurso el secretario general de la ONU. Estamos en pleno siglo XXI, en medio de adelantos científicos y tecnológicos inimaginables hace unas décadas. Cada día se dedican millones de euros a tratar de saber qué hay en el Universo a miles de años luz de la Tierra; se destinan ingentes recursos para saber si la subida de menos de un grado de la temperatura destruirá el planeta en unos miles de años; cuando conocemos que ha habido otros periodos históricos de enfriamiento y calentamiento y cuando ya sabemos que 60 kilómetros circulando con un coche generan tanto daño medioambiental como ¡un simple pedo de vaca! En estos días toda la atención mediática, social y política mundial está centrada en la capital de Dinamarca, en el envés de este planeta. Un país rico, sin hoteles donde dormir durante estos días por menos de 300 euros la noche. No muy lejos, en el revés del mismo planeta, durante los 12 días de megacumbre, morirán de hambre 204.000 niños. Si permitimos eso y no hacemos que abril sea primavera para todos, casi es lo mejor que la Tierra y los terrícolas seamos insostenibles y nos vayamos al infierno de una santa vez.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Todos y cada uno

Si hace dos días era Santa Bárbara, de la que dicen que sólo nos acordamos cuando truena, hoy es el día de la Constitución española del 78, de la que básicamente nos acordamos cada año por estas fechas. Y si es más a menudo, suele ser porque algunos exteriorizan en forma de truenos, su rebeldía frente a ella. No habrá muchos países en los que la celebración adquiera tintes tan solemnes, seguramente por la juventud de que disfruta; sólo 31 años de vigencia a sus espaldas aún no nos han permitido metabolizar en nuestro ADN colectivo la confianza y cercanía suficientes. Aún así, a pesar de esta solemne distancia y rigidez con la que tratamos lo que no es más, aunque tampoco nada menos, que nuestra carta de compromiso de convivencia como ciudadanos de España, el viernes como un ligero soplo de aire fresco, se vivió en el Congreso de los Diputados una sesión dedicada a la lectura compartida del articulado de la Carta Magna. Entre artistas y futbolistas famosos (referentes sociales escogidos por el mediático presidente de la Cámara), se concedió a unos cuantos ciudadanos de a pie la oportunidad de leer algunos de sus preceptos y aunque a la presidenta en funciones en ese momento, no le gustara que un par de ellos se salieran del guión y añadieran ciertos apuntes de su cosecha particular, éstos sirvieron para darle al acto más valor social que todo el resto de parafernalia conmemorativa. Diseñándolo él, no le hubiera salido mejor a Bono. Los dos jóvenes dieron fe, en la sede del Poder Legislativo, de los principios inherentes a cualquier régimen de libertades. La soberanía reside en el pueblo y cada ciudadano es igual a cualquier otro y libre de expresar su opinión sobre cualquier asunto, incluida la propia literalidad constitucional o la mayor o menor eficacia con la que ésta se aplica. Todos sometidos, a la vez que amparados, por el imperio de la ley Nuestra Constitución es joven aunque ya empiecen a faltarle algunos de sus padres, como Jordi Solé Tura, fallecido esta semana, uno de los que desde las posiciones teóricamente más extremas, supo hacer de la necesidad virtud y anteponer el interés general de los españoles, que merecíamos vivir en democracia y libertad, a sus posicionamientos ideológicos maximalistas. Fue su espíritu y el de muchos otros desde diferentes configuraciones del pensamiento, los que hicieron posible, en unos momentos de extraordinaria dificultad, que hoy seamos un país moderno, europeo y libre. Una nación con defectos de funcionamiento, con encajes no definitivamente resueltos, pero una nación mejor de lo que lo hayamos sido nunca a lo largo de nuestra dilatada historia común. Las constituciones no son inamovibles, es más, conviene para su fortaleza su revisión parcial cada cierto tiempo. Entre tanto, conviene para todos, prestarle lealtad a ella y a nosotros mismos. Lo dijo Cicerón, seamos esclavos de las leyes para poder ser libres.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Jueces y verdugos

Se llama Diego, pero podría llamarse de muchas otras formas. De hecho, en los últimos días, todos los que vieron, escucharon o leyeron la noticia de la que era protagonista, automáticamente le asignaron algún calificativo crudo, duro, inmisericorde. Yo lo hice; no conozco a nadie que no lo hiciera. Aunque no sirva de nada, aunque mis imprecaciones fueron siempre en silencio, hoy quiero pedir expresamente disculpas a Diego por haber sido injusto. Por haberle deseado toda suerte de males. Por ni siquiera pensar que podía existir algún mínimo resquicio de inocencia en él. Tras el fallecimiento de su niña, un periódico, qué importa cuál, publicaba: La niña de 3 años que resultó gravemente herida como consecuencia de los abusos, lesiones y quemaduras en Tenerife, murió en la noche de ayer. Ni un “presunto”, un “supuesto” o un “se sospecha”, se le escapó al redactor de turno. Directamente eran abusos, eran lesiones, eran quemaduras. Ninguna fuente oficial había confirmado la existencia de los mismos aunque, es verdad, tampoco ninguna había dicho lo contrario ni pedido silencio, cautela o prudencia. Vivimos en un país donde muchas noticias no nos las creemos y sin embargo prestamos toda la credibilidad a cualquier chisme, rumor o insidia de mentidero. Será porque las noticias cuando llegan a nosotros están completas, sólo nos queda aceptarlas o valorarlas, pero ahí se acaba nuestro protagonismo y como no hemos participado activamente en su creación desconfiamos, las despreciamos. El chisme no, ¡ay el chisme! eso ya es otra cosa. El chisme, la murmuración, el cotilleo, el enredo, el lío, la patraña, el cuento, el bulo, la falsedad, el rumor, la bulla, la habladuría, el infundio, la insidia, la novelería, el soniquete, nos encantan. El chisme nos permite ser protagonistas. Cogerlo tal cual llega y adornarlo, moldearlo, agrandarlo y volverlo a soltar corriente abajo. Se ha convertido en el complemento perfecto; a veces el brazo armado del que dicen es nuestro vicio nacional, la envidia. Hemos inventado la falacia de que el rumor es la antesala de la noticia y nos vanagloriamos cuando finalmente se confirma, ya sea de manera meramente aproximada; si ya te lo decía yo, repetimos como papagayos. Cuando termina en nada, guardamos dignísimo silencio, miramos para otro lado o, en el peor de los casos, nos escudamos en el “algo habrá”, variación de otro de nuestros favoritos, “cuando el río suena…” ¿Quién resarcirá a este inocente de su drama por partida doble? Fuimos jueces y verdugos. Si al menos sirviera para cambiar los hábitos de los “filtradores” de la justicia, la policía o la política. Si valiera para que los periodistas vocacionales de verdad (muchos están hastiados, otros han abandonado) volvieran a tomar las riendas de la información y la alejaran de tantos intereses, vasallajes y comodidades. Si todos aparcáramos la natural inquina y defendiéramos, sin excepciones, la presunción de inocencia…

domingo, 29 de noviembre de 2009

Como Dios manda

Aunque también valdría en este caso, como dios manda. El jueves, en el Club de la Opinión de Zamora, que co-organizamos en esta ocasión desde el Foro Pensamiento y Libertad, el que se presentó (galones tiene para ello) como el concejal número 26 del Ayuntamiento de Zamora, Ángel de la Fuente, que salvo por enfermedad no se pierde un solo Pleno municipal desde hace varios lustros; terminaba con esas palabras una lúcida consideración-pregunta dirigida a Antonio Garrigues, presidente del mejor despacho jurídico de la Europa continental, según la prestigiosa publicación jurídica británica “The Lawyer”, tras su brillante disertación sobre la fuerza de la ética y las dificultades con las que ésta se encuentra en un mundo en progreso y por lo tanto, cada vez más complejo. El hombre, a lo largo de todas las etapas de la historia, ha demostrado de manera persistente que necesita un soporte mínimo que sujete sus pensamientos, que le sirva de eje articulador. Desde los estadios iniciales más simples de la evolución, paulatinamente ha ido armando aquello que tantos nombres ha recibido, y que no es otra cosa que las normas del comportamiento ético. Cada vez que la Humanidad, o grupos dominantes de la misma, se han apartado del comportamiento correcto han devenido las grandes e incomprensibles debacles. Es la condición humana, apuntó el conferenciante, por eso es necesario establecer y respetar un marco del comportamiento ético; por eso imprescindible dar fuerza a los controles y transparencia a las acciones de las instituciones sociales. Cuando más fácil resulta acceder a la información y a la comparación de los grados de transparencia, de ética o de corrupción, más compleja se vuelve a su vez la forma de garantizar que se respeten las normas éticas. Será por esto, que uno de los grandes debates actuales de la física aplicada a los sistemas sociales, sea precisamente saber si la mayor complejidad finalmente lleva hacia el orden o hacia el caos. Con el avance científico no son menos sino más, las dificultades con las que la ética tropieza. La ética no es un producto de laboratorio; no es un diseño de sofisticada ingeniería ni la conclusión sintética de mil tomos de filosofía (aunque se hayan escrito muchos más de ese número sobre ella), aunque sí equivale a la poderosa ecuación matemática que lo explicara todo, con la que en el siglo XIX soñaba el físico francés Pierre Laplace. ¿Es complejo o es tan sencillo como se vislumbra en la pregunta de Ángel de la Fuente?: ¿Actuar de manera ética es hacer las cosas como Dios manda? Probablemente así sea. Simple y llanamente, hacer las cosas como siempre hemos sabido que deben hacerse. Como Dios (o como dios) manda. Como nos recordó Antonio Garrigues, ésta es, y no otra, la mejor fuerza para el progreso.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Charlize, Alfanhuí y Zp

En mil frentes, por tierra y por mar, debilitado su ejército; acosados por el bombardeo hostil los emplazamientos de su artillería pesada; doblegándose la moral de sus huestes y con todos los observadores internacionales advirtiéndole de la debacle que se avecina, José Luis despertó el domingo. Semblante serio, mirada iluminada, rictus solemne, reunió a su guardia mora y los puso en marcha a plantar cara al enemigo. Narran las crónicas que el problema surgió al caer en la cuenta de que la ministra de Defensa es antimilitarista, al resto de las ministras más que desfilar lo que les va es posar para el Vogue y en cuanto a ellos, pues eso, cada uno andaba a lo suyo. José Luis, que no se arredra ante nada y nada permite que le aparte de sus firmes convicciones de “optimista antropológico”, había leído esa mañana en el magazine que los domingos acompaña a la Opinión, un titular: Con confianza seduces a cualquiera; y pensó, si Charlize Theron dice eso, yo no voy a ser menos. Ipso facto, ordenó extender una larga alfombra (roja por supuesto) y le dijo a su Gobierno: Por ahí chicos, desfilando como en Hollywood, con nuevas energías, a seducir y a conquistar. Además, para que nadie tenga tentaciones de salirse del carril marcado, junto a mí, con su mejor sonrisa, vendrán Felipe y Rodríguez Ibarra. Sólo dos días después, el autor de Alfanhuí, Rafael Sánchez Ferlosio, ha recibido el Premio Nacional de las Letras. Qué curioso, pensaba yo, si Zapatero tiene mucho de Alfanhuí. Es infantil en sus principios e ideales y, como describen las reseñas editoriales de la novela, también en él “confluyen la ficción autobiográfica y una serie de recursos que, emparentados con lo fantástico, acentúan la sensación de descrédito de la realidad, como un intento de construir otra memoria”. Alfanhuí es un niño al que expulsan de la escuela por escribir en un alfabeto incomprensible. Su madre completa el castigo encerrándolo en un cuarto donde el protagonista inventa una nueva realidad con imaginarias y extrañas andanzas que lo alejan de las normas y el castigo. Zapatero es capaz de hablar horas sin decir nada concreto, en la Moncloa imaginación no le falta para contarnos las cosas que nos cuenta sobre cualquier asunto que se tercie y no hay más normas que las que a él le gustan. En cuanto a la escenificación de sus aventuras. Ayer, decía el editorialista de El País, “¿Moderno o ridículo? La escenografía a lo Obama ha alcanzado unos límites que ya se zambullen en el ridículo. Véase, si no, el energético mitin, representación teatral o fiesta de instituto que el domingo protagonizaron en Madrid los más altos representantes del Gobierno y del PSOE". Últimamente veo a Zapatero mirando cada día para un lado, o busca a Charlize Theron o tal vez, como Alfanhuí, se ha hecho amigo del gallo de una veleta.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Tractores y detractores

De que vivimos en una sociedad adormecida, poca duda cabe; de que hemos convertido en coraza la indolencia, para mantener durante el letargo como música de fondo el ronroneo de la queja continua pero estéril, tampoco. Viene esto a cuento de que estando como estamos, inmersos en una crisis por cuya pendiente, tras muchos meses, aún seguimos cayendo, no se atisba el fondo y menos se imagina la vuelta a la superficie, hasta este momento la única voz colectiva que se ha alzado sea la de los agricultores y ganaderos. Viene esto a cuento también, de que ante la presión de miles de trabajadores que cada mes engrosan las listas del paro, de familias de dos, tres o cuatro miembros en las que ninguno de ellos tiene empleo, de los autónomos y pequeños emprendedores que han visto cómo se quedan en la cuneta sus ahorros, sus negocios y sus ilusiones; los bien abastecidos líderes de los dos sindicatos más representativos se han visto obligados a aunar fuerzas para protestar y tratar de evitar, nos dicen, que los empresarios se aprovechen de la crisis. No creo que las manifestaciones de protesta deban servir para cambiar las cosas, ni siquiera que quepa convertirlas en vía legítima de presión a los poderes públicos pero, que me aspen, si con buena fe entiendo qué está pasando en España. Y no hablo de la España institucional, sino de la sociedad española. Ayer, en la edición digital de este periódico, se recogían numerosos comentarios de lectores zamoranos a la información sobre la “tractorada” del viernes y muchos de ellos, muchos, eran para atacar a los agricultores. No para discrepar de que se manifestaran o para cuestionar cómo lo habían hecho, no. Directamente los criticaban, en algunos casos con insultos, por el simple hecho de que por ser agricultores, se deduce según ellos, viven como rajás; por recibir subvenciones, por tener maquinaria para trabajar el campo, o porque los tractores son grandes y algunos cuestan (cito literal un comentario) 60 ó 70.000 Euros, como si ese gasto fuera un capricho de los agricultores equivalente a un deportivo último modelo. Claro que el campo está subvencionado, en toda Europa por cierto, y que ésa es la primera causa de sus más graves problemas. En el pecado está la penitencia. Pero no es a los agricultores a quienes hay que culpar por ello. También lo están otras actividades mucho menos esenciales para la economía y el interés público y no por eso se acusa a los que a ellas se dedican. Además, lo que nadie puede discutir es que no hay ningún sector en el que los productos multipliquen tantas veces su precio hasta que llegan al consumidor final. Razones tienen para protestar, aciertan en el diagnóstico y aunque otro día diré por qué discrepo en algunas de las soluciones que proponen, lo que no es admisible es el insulto gratuito de algunos urbanitas.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

El FOXP2

Espeluznado estoy con lo que he leído. O sea, que ha estado la Humanidad a punto de quedarse sin escuchar algunas de las frases más famosas de la Historia. Que sí, que sí, la conjunción planetaria de Pajín; Zapatero mandando callar a los periodistas sobre el secuestro del Alakrana o cada uno de sus ministros contándolo de una manera y echando la culpa a otro distinto; los firmes y decididos, o no, finales de Rajoy; la retahíla de lindezas de Cobo; el por qué no te callas de Su Majestad; o la cultivada expresión oral de Belén Esteban o María Antonia Iglesias. Sin todo ese acervo cultural y filosófico se hubiera quedado el éter, de no ser porque ya en el cromosoma 7 de los neandertales, se había producido la mutación de un gen que, al parecer, interviene en la base neuronal de la capacidad del habla. Ya pueden los científicos ir cambiándole el nombre, porque eso de que en castellano suene “foxpedos” no parece lo más adecuado, por mucho que con frecuencia lo que escuchemos sean ventosidades sonoras expelidas por la boca de los más cotizados oradores. Pues sí, como lo leen, y si lo hacen en voz alta, tal y como lo oyen; resulta que el foxpedos (otros lo escriben FOXP2) resulta ser la principal diferencia entre el ser humano, aquí mismamente, y los primates. Nadie discutirá que la mutación del gen fue un gran regalo, pero tampoco que con persistente frecuencia ha servido para que estos primates evolucionados que supuestamente somos, hayamos encontrado, gracias a la palabra, unas cuantas razones más para liarnos a mamporros unos contra otros. Desde tiempo inmemorial se sabe que por la boca muere el pez y que uno es dueño de sus silencios pero esclavo de sus palabras. Así que será porque todo tiene su causa y también su consecuencia, que sabedor de ello y por culpa del dichoso gen, el gobierno se ha visto obligado a poner en marcha un sistema con el que poder escuchar cualquier conversación que mantengamos a través del móvil y estemos donde estemos. En España, un ministro del Interior con aire entre neandertal y cromañón, un electricista apellidado Corcuera, inventó una ley para entrar en nuestras casas con una patada en la puerta. Ahora, otro que es químico de titulación y cínico por devoción, ha descubierto que de nada sirve entrar si luego no hablamos, así que ha inventado el pinchazo global SITEL. EL Gobierno se preocupa de que no hagamos mal uso del gen mutado. Y como Corcuera, sin necesidad de fatigar a los jueces con engorrosos papeleos. Ahora ya sabemos que si hablamos es por una insignificante diferencia física con el chimpancé. Y ¡oh curiosidad!, dicen los malvados que en la etiqueta de las botellas del anís más famoso, a la escucha, aparece un ministro retratado.

domingo, 15 de noviembre de 2009

¿Qué hay de lo nuestro?

Hasta ahora, la fusión de las Cajas ha sido “un pasito p’alante, María, un pasito p’atrás”. Cuando la Junta y las direcciones regionales de PP y PSOE incitaban a acelerar el proceso, las direcciones de las entidades (cuya paradójica mayoría de decisión representa también al PP y al PSOE), decidían ralentizarlo aduciendo su negativa a que nadie “desde fuera” les marcara el ritmo. Cuando la Junta y los partidos asumieron que la integración no sería tal, sino una especie de alianza de colaboración y para la implicación en la defensa de los intereses regionales, entonces fueron las Cajas las que dijeron que eso no era suficiente y apostaron por un modelo mucho más integrado. Cierto es, que en ese medio tiempo llegó la crisis financiera, asomaron las orejas del lobo y que desde entonces el Banco de España ha dado unos cuantos toques de aviso, sin nombres, pero tampoco hacían falta. Parece que, por fin, empiezan a aclararse las cosas y Caja España y Caja Duero superan el punto de no retorno. Para Castilla y León es una buena noticia y también debe serlo para Zamora. Poder contar con una entidad financiera sólida y cercana lo es, siempre que eso suponga que se implique de verdad en el desarrollo económico de nuestra tierra y de los que aquí vivimos. Empresarios y familias. Bueno es, que el proceso cuente con el más amplio consenso social también en Zamora y que no sea traumática, pero eso implica que los representantes políticos, sociales y sindicales de Zamora no se limiten a aplaudir las decisiones que otros toman; sino que con lealtad, pero con toda la legitimidad de la defensa de los intereses de Zamora, hagan oír su (nuestra) voz. Si la fusión culmina con única sede, poco habrá que decir. Probablemente será Valladolid, capital de la región y provincia con mayor número de oficinas. Si por el contrario, como se apunta, la integración no es absoluta y hay reparto de sedes (social, de gobierno, operativa, informática, obra social…), será obligado recordar que la fusión no es entre la Caja de León y la de Salamanca y que alguna venga a Zamora. Con Martínez Maíllo como vocal del Consejo de Administración y de la Comisión de Retribuciones de Caja España; Rosa Valdeón presidenta de la Comisión de Control y Carlos Hernández vicepresidente de la misma, deberíamos tener peso más que suficiente para hacer valer que Caja Zamora fue una de las 5 fundadoras de C. España y que con 89 oficinas sumadas entre ambas entidades no está tan lejos de las 116 de Salamanca, las 135 leonesas o las 159 de Valladolid. Llegó el tiempo de que ellos lo trabajen y los ciudadanos lo exijamos y apoyemos. De cara al futuro de nuestra provincia es más importante de lo que parece o, caso contrario, tendremos que cantar aquello de “menos mal que nos queda la Rural”.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

De Quijotes y Sanchos

Vuelve a la carga el Ingenioso Hidalgo Don Leandro de Sanabria con una nueva edición de su Quijote, que es el nuestro, no el de La Mancha, el de aquí. Ayer lo presentó con el mismo despliegue de fe, convicción, certeza y provocadora sutileza de la que hace gala en cada presencia pública o privada, porque Leandro es persona y personaje, todo en uno. Espectáculo en sus palabras y a veces más en sus silencios. Este verano, nos acompañó en una de las periódicas reuniones del Foro Pensamiento y Libertad. Esta vez fue con mesa y sobremesa. Y, por cierto, qué feliz sobremesa compartimos con él y su mujer Josette, la mejor razón para que un sanabrés se enamorara de Suiza. Acudió también un amigo común, Enrique Fontanillo, a quien a traición conminé a que glosara virtudes y defectos del protagonista de la noche; y vaya si lo hizo. Fue su cómplice y a la vez su contrario. Si uno en sus aseveraciones se elevaba cual Quijote, el otro en sus imprecaciones nos devolvía a lo concreto, a lo más terrenal, asumiendo el papel de su escudero. Allí hablamos, o quizás más bien escuchamos, de historia moderna y medieval, de teología ortodoxa y otra que no lo es tanto, de relaciones internacionales, pacíficas y belicosas, de derechos humanos, de los judíos –como León Felipe su vista puesta siempre en Israel-, de economía (algo tuvo que ver Leandro en el nacimiento del foro de Davos), de derecho porque es jurista y ha sido hasta su jubilación profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Ginebra, de liberalismo, aunque él, siéndolo, presuma de no ser liberal y en todas y sobre todas las demás cosas, de humanismo. Es curioso que de todo hablamos, menos de su aspecto más conocido, sus estudios y tratados sobre el Quijote para los que ahora ha vuelto a Zamora. En este tema, Leandro es incombustible, firme, sabio y tozudo. Que Cervantes era sanabrés y la mancha nada tiene que ver con la región española del mismo nombre son, a la luz de sus datos, verdades incuestionables. Bienvenido seas de nuevo a Zamora, Leandro. Llegas a transmitirnos tu credo y tu devoción. Esta vez, casualidades del destino, supe de tu llegada mientras me hablaban de alguien que con extraña lanza trata de desfacer entuertos imaginarios. Me dicen y me sorprenden algunos cercanos, o que lo eran, al portavoz municipal socialista, que últimamente sueña cada noche convertirse en D. Quijote aunque cada mañana al despertar descubre que a coger el disfraz llegaron antes los de Izquierda Unida y él, siempre dos pasos por detrás, tiene que conformarse con el del escudero cuyos nombre y sobrenombre no le hacen ninguna gracia.

domingo, 8 de noviembre de 2009

No cayó del todo

Tal día como hoy, hace 20 años, un muro hecho con hormigón, alambrada y ametralladoras, dividía Berlín. Hasta ese hoy de hace 20 años, 239 personas habían muerto intentando salir de la Alemania “Democrática”. Más allá del muro, sólo dos meses y medio antes, la Polonia de Lech Walesa y Juan Pablo II, el Papa de la libertad, suponía la primera grieta en el monolítico bloque comunista soviético. Justo en su corazón, en la capital que daba nombre al Pacto de Varsovia. Tal día como hoy, hace 20 años, faltaba un mes para que Vaclav Havel fuera presidente de Checoslovaquia acabando con el comunismo en la revolución de terciopelo. Apenas pasaba un mes desde que no fuera autorizado a salir de su país para recoger el Premio Nobel de la Paz. Tal día como hoy, hace 20 años, la firmeza de George Bush permitía que sólo faltara un mes y medio para que en la Cumbre de Malta él y Gorbachov decretaran el final de la Guerra Fría y con él, la amenaza latente de destrucción nuclear con la que, aunque ahora suene a ciencia ficción, cada mañana se despertaba el Planeta. Hace 20 años, tal día como hoy, era la víspera de que se cumpliera la profecía escrita en el lado oeste del muro, en una más entre cientos de miles de pintadas: “los muros no están hechos para durar eternamente”. Con su caída nació un símbolo. El del levantamiento de los pueblos, individuo a individuo, contra el falso argumento totalitario del gobierno del pueblo para el pueblo. Si los jóvenes del 68 francés buscaban la playa bajo los adoquines, lo europeos del este encontraron la libertad al retirar los del muro berlinés. Los viejos regímenes estaban tan corrompidos que sin el apoyo de la bota soviética apenas opusieron resistencia al nuevo viento, salvo en la Rumanía del matrimonio Ceaucescu, donde la paz sólo llegó cuando los asesinos fueron ahorcados. Y como en la teoría del caos siempre surgen curiosos equilibrios y ordenados paralelismos, ese mismo año había caído otro dictador al otro lado del globo. Pinochet ya no gobernaba en Chile. Será que en cada fase de su existencia, como cantan (aunque luego no lo defiendan) Ana Belén y Víctor Manuel, “todos los tiranos se abrazan como hermanos”. Un día después de hoy, hace 20 años, el mundo cambió para mejor; aunque todavía hoy, algunos sigan sin reconocer que el muro cayó porque previamente existió; miran para otro lado, niegan la evidencia, defienden lo indefendible. Ante la duda de si son perversos o estúpidos, quizás la mejor respuesta sea brindar por la libertad. Ellos, seguirán a lo suyo. Lo ha dicho esta semana el comunista y por lo tanto demagogo Frutos al ser preguntado si había que celebrar la caída del muro: “demagogias las justas”.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Frente a la corrupción, democracia

Afloran cada cierto tiempo y sobremanera en las últimas fechas, los escándalos de corrupción política y administrativa. Desde el principio de los tiempos, todos los casos de corrupción pueden ser agrupados en sólo dos tipos: aquéllos en los que el delincuente busca el lucro personal y aquéllos que se amparan en el clan o, en terminología moderna, el manido “es para el partido”, en el cuál casi siempre resulta imposible discernir qué parte fue finalmente para el partido y cuál para los bolsillos del “partidario” de turno. El Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO), del Consejo de Europa, dedicó uno de sus últimos Informes, amplio y riguroso, a la transparencia financiera de los partidos políticos en España y no salimos muy bien parados. Otra organización, Transparency International, redacta cada año el Barómetro Global de la Corrupción. En él, se analizan los datos obtenidos en una macro-encuesta (la última, 73.000 encuestados de 69 países) sobre corrupción en el ámbito de la administración pública y, como novedad en la de 2009, también sobre corrupción en el ámbito privado. España lleva varios años perdiendo posiciones en el ranking. Sólo cuando, como en las últimas fechas, es especialmente intenso el chaparrón, los partidos proponen nuevas medidas regulatorias para supuestamente acabar con tales prácticas y (sobre todo) tranquilizar a los electores. Las nuevas propuestas irán una vez más en la línea de las anteriores y las anteriores a las anteriores. Cambio de leyes y más, mucha más regulación, que como rápidamente se demuestra para nada sirve. En breve se adoptarán nuevas medidas que no serán muy distintas de las más recientes, que no dejan de suscitar una sonrisa de condescendencia. Se prohibieron las donaciones anónimas a los partidos políticos. Sólo personas físicas, debidamente identificadas en la contabilidad y además con cuantía limitada, pueden aportar fondos privados a los partidos. También se limitaron los gastos en que los partidos pueden incurrir en las campañas electorales. Con ello los legisladores, que con el deber de obediencia de los electos, son los propios partidos, lavan su cara ante los ciudadanos, pero siguen operando igual. Lo único que se consigue con cada reforma es que los flujos de dinero B, hacia y desde las fuerzas políticas, se incrementen y, como siempre que hay opacidad, para que la democracia se resienta, el ciudadano se entere cada vez menos y los aparatos de los partidos sean más dueños de vidas, haciendas y escaños. Sin sistemas de control administrativo verdaderamente independientes y sin que la democracia se instaure en el ordinario funcionamiento de los partidos, como manda la Constitución, nada se va a solucionar. Si además de a Jueces y Fiscales (atiborrados de asuntos y con escasos medios), los corruptos hubieran de temer el juicio individualizado de los votantes, quizás las cosas empezarían a ser diferentes. Pero claro, entonces ningún líder podría decir: ¡ojo, que las listas las hago yo!

domingo, 1 de noviembre de 2009

El breve espacio

“El breve espacio en que no estás” es una bellísima canción de amor compuesta por Pablo Milanés que empieza con esta estrofa: “Todavía quedan restos de humedad, sus olores llenan ya mi soledad. En la cama su silueta se dibuja cual promesa de llenar el breve espacio en que no está”. Aunque hoy es día para recordar a los que se han ido para no volver, siempre me pareció que esa canción y su título, eran una de las más acertadas descripciones del vacío que deja la ausencia del ser querido. Un vacío, sin embargo, a veces tan lleno de presencia etérea que se mantiene, todo lo impregna, lo adorna y lo ocupa. El don de la inteligencia convierte al hombre en el único ser vivo consciente del tiempo y de su propia temporalidad. El único que sabe desde muy pronto que la vida tiene un principio, un desarrollo y un final. También por ello, el único consciente de las ausencias de los otros, pase el tiempo que pase. Así puede ocurrir que no haya un solo día, por más años que transcurran en la vida de cualquiera de nosotros, en que no nos acordemos de alguien que estuvo con nosotros y un día se fue. Es cierto que no lo recordamos todo y que la distancia, en el tiempo o en el espacio, va tamizando la memoria y se convierte en aliada, en salvación que evita la locura. En Borges leí un relato, Funes el memorioso. Allí, el protagonista, Ireneo Funes, que entre otras rarezas tenía la de saber siempre la hora, como un reloj, tras sufrir un accidente empezó a guardar en su memoria con igual y perenne frescura todos los acontecimientos y circunstancias acaecidos a lo largo de su vida. Recordaba Funes todas y cada una de las cosas que veía y las recordaba múltiples y diversas, en cada estado diferente en que las había visto en cada ocasión. Guardaba memorizadas las formas de las nubes de todos los amaneceres contemplados. Cada palabra escuchada, cada sensación tenida, cada sueño. Notaba los cambios de la vida y los progresos de la muerte. Era un lúcido espectador de un mundo multiforme, instantáneo y casi intolerablemente preciso. Le era muy difícil dormir porque dormir, nos dice Borges, es distraerse del mundo. Nuestra memoria es frágil y lo olvidamos casi todo, a veces de manera inmisericorde como una ola elimina sin rastro lo que un instante antes era un castillo de arena, otras de manera imperceptible, como el viento y el agua erosionan la roca más compacta. Afortunadamente, nuestro olvido no es mecánico ni lineal. El tiempo y el espacio son dimensiones relativas y más para el corazón. Ni tiempo ni distancia evitan que los recuerdos esenciales perduren vívidos, llenando hasta el más breve espacio, como augurando un inmediato reencuentro.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Colgando en sus manos

Ahora que para los que más lo necesitan no hay forma de que les llegue el dinero, les voy a contar una de ciencia ficción o que al menos lo parece, aunque quizás sea más bien de arte y ensayo. Puede parecer un poco enrevesado, pero en realidad es peor, es envenenado. De cada dos euros que el Estado emite en deuda pública para cubrir el cada vez más abultado déficit derivado de la reducción de los ingresos y el incremento del gasto público, ¿saben quién compra uno? Los bancos. Está bien que colaboren con las arcas públicas aunque los protestones encontramos un pequeño pero. Por ese dinero prestado por los bancos al Estado, éste les abona casi un 3% (por ejemplo, el bono a 5 años se paga al 2,8% anual). Nada malo si a ambas partes les viene bien, me dirán, pero es que resulta que los bancos no lo compran con dinero propio, sino en su mayor parte con el dinero que obtienen en las subastas de liquidez del Banco Central Europeo (dinero público por lo tanto), que se lo deja al 1%. Es decir, sólo por pasar el dinero público del BCE al Estado, su margen de beneficio es de casi el 2%. No está mal, no. El problema es que las subastas de liquidez, al igual que los multimillonarios fondos que el Gobierno ha entregado a bancos y cajas, se pensaron para que el dinero pudiera llegar en forma de créditos a empresas y particulares. A la economía real, ésa en la que durante el último año, cada día 1.000 empresas cesan en su actividad, 500 autónomos se dan de baja y más de 4.000 trabajadores pierden su empleo. Ahí, el dinero sigue sin llegar. A quien no le vaya bien, que se olvide de los bancos. Quien no hace frente a su hipoteca, pierde su casa. Quien no atiende los plazos de su préstamo pierde su negocio. Quienes necesitan la ayuda para llegar a final de mes, para emprender un nuevo proyecto, para pagar nóminas o a proveedores, siguen descubriendo miles de sinónimos de la palabra no. Y aún a quienes cumplen escrupulosamente sus compromisos, cada vez se les exigen más condiciones, mayores garantías y costes más altos. Comisiones hasta por sacar dinero de los cajeros automáticos aunque sean de la misma red o intereses deudores superiores al 20% por descubiertos en cuenta. Para esto, que bancos y cajas no cuenten con ayuda pública. Que los que tengan que quebrar, quiebren. En Estados Unidos van más de 100 y al final es mucho más barato para los ciudadanos. Lo contrario no es capitalismo sino el timo de la estampita. En bonanza o en crisis, con su dinero o con el nuestro, siempre estamos, como dice la canción, colgando en sus manos. Y yo, ya puestos, prefiero otras manos en las que colgar.

domingo, 25 de octubre de 2009

Esperando Abril

Ahora que es sábado por la tarde, realmente el primer sábado del otoño, el de una semana en que cambiamos hasta de hora, escribo este artículo para mañana, que para ti será hoy, acompañado por música que penetra por mis oídos y se esparce por mi interior dictando el ritmo del golpeo de los dedos sobre el teclado del ordenador. Mañana, hoy para ti, a esta hora, todo será oscuridad. No sólo nos cambian la hora, el día se hace noche, la luz se apaga pronto, el ánimo se nos encoge. Tan sólo ayer era cuando abril, como en Antonio Machado, florecía frente a mi ventana y los días crecían. Ahora nos queda esperar la oscuridad del tempranero crepúsculo. La humedad que cala los huesos, la niebla que hiere la carne. La temperatura aún templada por el recuerdo del estío, dejará pronto el paso al frío que congela el alma si no la proteges con calor interior. Con la hora nos cambian la luz del despertar y la penumbra en la que soñar. Un día en “El Espejo” le escribí al mes que mejor define la primavera, a la luz, al color, la música y la fragancia de abril. Los poetas lo hicieron antes con visionarias pinceladas. Los músicos, con acordes felices que se prolongan en verano. Luego, de repente, se nos cuela el otoño por las rendijas de nuestra monotonía y todo se oscurece. El cielo, plomizo. A veces como en la balada de otoño de Serrat, llueve, detrás de los tejados llueve y llueve, sobre los chopos medio deshojados, sobre los pardos tejados. Lágrimas del cielo siguiendo el camino horadado por caricias que surcaron la más bella de las mejillas. El latido baja su ritmo, se acompasa, ralentiza. Las yemas de los dedos, pesadas sobre el piano y el arco del violín caminando lento sobre los graves, nos introducen en ese océano de silencio que en letra de uno de mis favoritos modernos, Franco Battiato, transcurre lento. Y pienso mientras escribo si, como titula nuestro Claudio uno de sus poemas, en invierno es mejor un cuento triste y si, como empieza otro, el dolor verdadero no hace ruido y así también, el otoño llega sin alboroto, quedamente. Sólo anunciado por el susurro del viento que alfombra de hojas la tierra. Y, sin embargo, sin otoño que empape el terreno y permita la sementera, no habría fruto en primavera ni cosecha en verano. En la fría y ruda Castilla serán duros los meses que vienen. Aquí no hay mar cuya brisa suavice el clima. Si no podemos estar al calor de una chimenea, tendremos que abrigarnos mientras permanecemos (lo canta Silvio Rodríguez), como esperando Abril.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Atizar la división

No soy de los entusiastas del consenso por el consenso para que el resultado de tanto ponerse de acuerdo todos con todos termine siendo que ni se avanza en una dirección ni en otra. Soy más bien de los que cree que la Historia ha evolucionando gracias al disenso. A que siempre hay algunos que salen de los caminos establecidos y abren nuevas rutas. Pero una cosa es defender eso y otra no alarmarse cuando alguien hace de la búsqueda de la confrontación entre los más variados sectores de la población uno de los pilares básicos de su acción de gobierno, como está ocurriendo bajo la presidencia de Zapatero. Sé que se me podrá decir que eso ha pasado siempre y con todos los gobiernos. Que siempre hay asuntos polémicos en los que la sociedad se divide. Es cierto, pero el hecho diferencial que yo percibo y es algo que he leído y escuchado en los años más recientes de la era Zapatero a analistas y pensadores con amplio espectro ideológico, es que ahora parecen buscarse y atizarse con mayor denuedo esos asuntos candentes en los que las brasas más rápidamente se convierten en llamas. Bajo el logotipo del talante, se nos vende la mercancía de la apertura, el diálogo y el “buen rollito”, pero resulta que nunca se ha hecho menos caso que ahora cuando una buena parte de la sociedad se opone al camino emprendido por el gobierno en algún aspecto polémico. Ahí es donde se percibe el hecho diferencial. Una cosa es estar con o contra González, Aznar o Zapatero y otra muy distinta, el empecinamiento, desde el propio gobierno, en exacerbar los ánimos de unos españoles contra otros en aquellos temas que de antemano, se sabe van a resucitar ese cainismo al que tan dados somos en la piel de toro. El último ejemplo es la reacción ante la enorme oposición social a los excesos de una reforma de la ley del aborto que ni el PSOE llevaba en su programa electoral. Pasar de una ley de supuestos despenalizados a una ley de plazos que parte, no de que se puedan establecer limitaciones al derecho a la vida, sino de la configuración de un derecho al aborto, fuerza sobremanera las costuras de la Constitución. Que una chica de 16 años no pueda, legalmente, tomarse una cerveza en un bar y sin embargo pueda someterse a una intervención quirúrgica para abortar sin conocimiento de sus padres, fuerza el sentido común. Más de un millón de personas se han manifestado en la calle, en los medios y en múltiples foros. El presidente ya ha dicho que no va a modificar nada en su proyecto de ley. Hay otros ejemplos. Sindicatos contra empresarios en la política económica. El viejo discurso de ricos y pobres en las subidas de impuestos. Rojos contra no se sabe quién a estas alturas en la llamada Memoria Histórica. ¿Para qué todo esto?

domingo, 18 de octubre de 2009

Políticamente incorrecto

Hace poco, en una ciudad fuera de Castilla y León, me encontré con Juan Vicente Herrera paseando por la calle. Charlamos un instante de forma distendida, como es él, afable y campechano. Cuando cada uno continuamos nuestro camino, me fui pensando cuánto pierden la mayoría de los políticos cuando no ejercen de paisanos, sino de líderes investidos de púrpura y rodeados de su “entorno político”. Cuando la coraza del cargo hace que sus acciones y reacciones se estandaricen en el marco de lo políticamente correcto, de lo que supuestamente se espera de ellos y cuando de todo lo que pueden ofrecer de sí mismos, se conforman con apenas ofrecer la cara más superficial, sólo la epidermis. No sé si Costa es penalmente inocente o culpable de algo. Sí que nuestra Constitución consagra la presunción de inocencia, algo tan sencillo y que tan fácilmente se olvida, como que es el que acusa el que ha de probar la culpabilidad. Políticamente su responsabilidad como secretario general es más clara, aunque no mayor que la de su presidente regional ni tanta como para ser enviado a la trituradora incumpliendo los estatutos del partido y por tanto la ley y la Constitución en una esperpéntica bufonada, sin procedimiento reglado y sin defensa. Los partidos suponen el más grave y triste caso institucionalizado de funcionamiento al margen de la Constitución. Sus estatutos son impolutos, radiantemente democráticos y constitucionales. Sólo que cuanto más dicen serlo, más lo incumplen a diario. El aparato es omnipotente y por lo tanto arbitrario. Dentro de él, se incluye siempre un comité de derechos y garantías, solemne nombre, trampantojo tras el que se oculta el pudridero donde reposan los asuntos de régimen interno incómodos para la hegemónica y personalista dirección de turno. No se conoce un solo caso (de los pocos resueltos) en que tal comité de cualquiera de los partidos más representativos haya dictaminado un asunto en contra de lo planteado por la dirección. Lo cual, si su funcionamiento fuera aséptico e independiente, probaría que la infalibilidad ex cátedra del Papa es un juego de niños al lado de la de las direcciones de los partidos. En este feo asunto, en fondo y en forma, Rajoy y Camps han actuado tarde y mal. Muy diferente de la agilidad, contundencia y transparencia de Esperanza Aguirre. No es extraño que desde dentro, desde enfrente y desde Gürtel tantos carguen contra ella. Vivimos un tiempo en el que manifestar claramente las ideas y actuar en consecuencia es políticamente incorrecto. Y sin embargo, algo debe estar moviéndose en las corrientes subterráneas del PP cuando algunos dirigentes populares (entre ellos, me cuentan en las cercanías de la presidenta madrileña, el presidente zamorano), llevan ya algún tiempo buscando hueco a la sombra de Aguirre (aunque procurando que no se sepa). ¿Ya le habrán prometido, como siguen haciendo a Rajoy y quizás a otros, su apoyo incondicional?

miércoles, 14 de octubre de 2009

¿No era el día?

Si yo que no llegué en política más que a concejal de provincias tuve que aguantar que en alguna ocasión me llamaran asesino por una guerra la de Irak en la que España no participó y en la que desde luego yo nada podía decidir, no sé a qué viene tanto revuelo porque en el desfile de la Hispanidad los espectadores cercanos – y cercados- silbaran, abuchearan o cantaran pidiendo la dimisión del presidente del Gobierno. Por cierto, sin un solo insulto. O sea, parecido a lo que tuvieron que soportar Aznar y el resto de líderes del PP en la segunda parte de su última legislatura. Y no es que crea que a Zapatero y los suyos no les asiste el derecho a quejarse por la incomprensión del ingrato pueblo que no sabe valorar, con justicia y equidad, sus desvelos por tratar de subsidiar a todos los ciudadanos haciendo que previamente vayan dejando sus incómodos trabajos. No es eso. Es simplemente que me repatea considerablemente que tengamos que comulgar con que aquí los gritos sólo puedan ir en una determinada dirección y no en la contraria. Con eso de la superioridad moral y sobre todo mediática de la izquierda, cuando provienen de los suyos o van contra los otros, los abucheos, insultos, lanzamientos varios o agresiones (que algunas ha habido), son inmediatamente calificadas de protestas aisladas y espontáneas y sólo en los casos más graves se las denomina “actuación de elementos incontrolados”. Sin ir más lejos, hace unos días en las noticias de una cadena televisiva se relataban de la siguiente manera unos graves altercados acaecidos en un país vecino: “La protesta “pacífica” terminó con el lanzamiento de piedras y cócteles molotov y cinco policías heridos”. Ya saben, la protesta era pacífica y no se habla de grupos extremistas, radicales o fascistas. ¿A que ya sabemos todos cuál era la orientación ideológica de los manifestantes? Flaco favor le hacen a la libertad de expresión y a la democracia quienes en España ponen el espejo delante de los acontecimientos y devuelven una imagen opuesta por simétrica a la que se emitía durante el franquismo. Soy contrario a cualquier acto de violencia y también a cualquier muestra de falta de respeto en los actos institucionales, pero el lunes, la protesta se limitó estrictamente al momento de la llegada y al de la partida del presidente, mientras que durante el desfile y resto de los actos el comportamiento de los ciudadanos fue ejemplar. Claro que si sólo estamos en disposición de escuchar los gritos puño en alto de Rodiezmo, o los cantos de sirena de los cercanos, de lo que estamos hablando es de que la intolerancia no está en los que gritan, sino en los que escuchan desde su torre de marfil. Estén en el partido en el que estén.

domingo, 11 de octubre de 2009

¡La leche!

Pues no, a pesar del título, no voy a escribir otra vez de la Gürtel. De cómo Rajoy dio la razón al “espejo” del miércoles y en menos de 24 horas pasó de decir que había que mirar para otro lado a anunciar medidas drásticas. Lo siento por aquellos que al leerme pidiendo transparencia como la había pedido Aguirre, soltaron algún venablo laudatorio. Seguro que tras el cambio de opinión del jefe, tardaron más o menos 5 segundos en convertirse, suaves como natillas, en furibundos defensores de la transparencia. Hasta en Valencia donde dicen que el único arroz que no les gusta es el arroz con leche, ha habido ya un cese, al menos cautelar mientras actúa la Justicia. Tampoco, de cómo este cutre asunto está permitiendo que pase desapercibido el carpetazo que le van a pegar al chivatazo que “alguien” dio a los financieros de la ETA para que el juez Marlaska no los detuviera en el bar Faisán. Que gente del Gobierno y la policía ayudaran a los asesinos debería dejar cuajada la sangre de cualquier demócrata y sin embargo tiene pinta de que quedará en nada. No se refiere el título, a la sorprendente para todo el mundo, protagonista incluido, concesión del Nobel de la Paz a Obama. Digo yo que será por lo que se espera de él, no por lo que en 8 meses le ha dado tiempo a hacer. Los de la Academia han pretendido darnos de comer yogur antes de que la leche fermente. Tampoco hago referencia a un soldado más que muere en una no guerra, aunque el hilo musical sean los disparos de los talibanes y el balido de la cabra de la legión. Murió en Afganistán pero en nombre de España, una no nación, dicen, sometida a una no crisis que cada día soluciona nuestro no gobierno. Nada de todo eso. De esta semana me quedo en la carretera de Almaraz y escribo simplemente de la leche y otro día lo haré con más calma. Me invitaron a conocer el proceso de elaboración de la leche y los postres de Gaza. La única en Europa certificada en granja. De vaca, oveja y cabra; leche, yogur, arroz con leche, cuajada o natillas. Vi una de sus granjas, la de la familia Roncero en Peleas. Instalaciones sanitariamente modélicas, alimentación controlada informáticamente al milímetro y un padre y 3 hijos preocupándose de que las vacas tengan hasta hilo musical (no es broma) para que produzcan la cantidad óptima y la mejor calidad. Ya en Zamora, en la planta de envasado comprendí por qué las marcas blancas deberían llamarse negras. Cómo algunos productos cuestan algo más aunque por calidad comparada cuestan mucho menos de lo que valen y además permiten crear riqueza en el campo zamorano. Cuando conduzcan, merodeen por allí o al despertar, piensen que tienen delante de ustedes un lujo. ¡Es la leche!

miércoles, 7 de octubre de 2009

Transparencia

De las entradas más antiguas del refranero es que el que hizo la ley, hizo la trampa. Con el levantamiento del sumario del caso Gürtel aparecen reatas de políticos del Partido Popular presuntamente implicados en un asunto feo, muy feo y cuyas consecuencias amenazan ya al partido en cuatro Comunidades Autónomas. Durante los próximos meses, la Justicia tendrá que ir separando el grano de la paja, determinando dónde ha habido corrupción, dónde irregularidades o dónde las acusaciones son infundadas y lo que se habrá causado será un importante daño al honor y a la imagen (ahora ya no son la misma cosa) de los afectados. Tendrá que definir en cada caso si ha existido financiación ilegal del Partido Popular, si con esa excusa algunos golfos han complementado sus ingresos ordinarios o si al final resulta que no hay o no se demuestra más que mucho ruido y pocas nueces. De tratarse, como algunos indicios van apuntando, de una compleja trama de financiación ilegal, ni sería la primera vez que esto ocurre ni será la última. Quién no recuerda Filesa, Malesa o Time Export, aquéllas empresas creadas con el exclusivo fin de burlar la ley y conseguir dinero para el PSOE y cuyo intento de investigación cuando gobernaba este mismo partido le costó la salud y la vida al juez Barbero. O la amenaza de tirar de la manta del 3% que los socialistas lanzaron al líder de CiU para acallar (con éxito) certeras críticas de éste. Aún así, la mayoría de los casos no saldrán nunca a la luz porque en esta democracia nuestra de la que los partidos son los pilares formales esenciales hay demasiadas cosas en juego. Lo fácil sería plantear que como los partidos controlan el Parlamento lo que tienen es que cambiar las leyes para que cada uno pueda ingresar legalmente lo que necesite ya sea de aportaciones públicas o privadas. Pero piensan en los mastodónticos aparatos de dirección que los ciudadanos nos escandalizaríamos si conociéramos lo que de verdad gasta cada partido en una campaña electoral o en su funcionamiento diario. Así que, mejor mantener un sistema en el que como todos hacen trampa, ninguno se siente especialmente culpable. Pero ahora toca algo concreto: Gürtel. Y lo que en ningún caso espera al PP es un tiempo de placentero y “dolce far niente” hasta que, presumiblemente, Rajoy herede el poder tras las próximas elecciones. Ante la investigación judicial y la riada de información que irá soltando meticulosamente el comando Rubalcaba, no es la mejor solución mirar para otro lado y esperar a que escampe. Frente a un sistema con trampa la única solución para el PP es diferenciarse y para ello la única vía admisible, y una vez más es Esperanza Aguirre quien no tiene miedo de exigirla, sólo tiene un nombre. Transparencia.

domingo, 4 de octubre de 2009

Injerencias políticas

CEOE denuncia prácticas de manipulación en el proceso para nombrar nuevo presidente comarcal en Benavente. Mientras se aclara la situación han suspendido la elección del sustituto del anterior presidente, dimitido tras su implicación en un asunto demasiado escabroso como para permitirle seguir representando a los empresarios benaventanos. Es triste que en momentos de crisis como no se recuerda otra, con empresas pasando enormes apuros, con otras cesando en su actividad y con cientos de trabajadores en riesgo claro de paro, el asunto que atraiga la atención sobre el mundo empresarial sea una presunta irregular actuación de tal calado. Pero es aún más grave que en el trasfondo se empiece a intuir como ya algunos han denunciado, intentos de injerencia política. Desconozco en este caso concreto si es verdad que está ocurriendo lo que desde la CEOE provincial se ha denunciado. No conozco tampoco a los dos candidatos que optan en Benavente por lo que difícilmente podría manifestarme a favor de lo que uno u otro manifiestan, pero sí conozco el modo ordinario de actuar de determinados políticos zamoranos (no todos ni mucho menos), y como en las meigas, en las tramas caciquiles, creer no creo pero haberlas haylas. La política es como una mancha de aceite sobre una lámina de agua, a poco que se agite, se va extendiendo hasta que contamina una gran superficie. No sólo algunos políticos (habitualmente más los políticos mediocres que los buenos) se prestan gustosamente a intentar que todas las esferas de la vida social queden bajo la influencia, el control y el dominio del poder político, ya sea de partido o personalmente caciquil. El éxito de tal práctica no sería posible sin la connivencia de quienes desde esos mismos ámbitos de la sociedad civil se muestran dispuestos a renunciar a la autonomía y caer en el servilismo o a convertirse en cabezas de puente para esa invasión a cambio de lograr cierto protagonismo, beneficios económicos o canonjías presentes o futuras. Claro está que en la intersección entre las esferas política y económico-empresarial (que por otro lado es bueno que estén muy cercanas para el beneficio de todos), a veces ocurre al revés y son algunos políticos los que están en manos (o en cartera) de ciertos empresarios con lo que no siempre es fácil dilucidar quién está al servicio de quién. Al final, en estos tiempos que corren, los que más difícil lo tienen son los empresarios que sólo basan su éxito en el esfuerzo y la asunción del riesgo y los políticos independientes y con criterio propio. En Benavente y en cualquier sitio, los empresarios necesitamos representantes con capacidad y valores por encima de la media y políticos que se dediquen a hacer bien la tarea que tienen encomendada, “lo nuestro” no simplemente a ir “a lo suyo”.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Grandes pequeñas respuestas

“El hombre ya no intenta responder a las grandes preguntas, las evade”. Lo decía ayer en estas páginas Domingo Dacosta, quien durante 24 años ha sido máximo responsable de Cáritas en Zamora y a quien muchos llamamos el obispo de los pobres. Domingo, don Domingo es un hombre de grandes inquietudes religiosas y sobre todo, sociales. En él se conjugan la sólida visión trascendente de su formación teológica y filosófica con una lúcida perspectiva de tejas abajo. Ese estar pegado a la tierra y a la piel de los más desfavorecidos aporta a cualquier conversación con él la sensación de que no es de aquellos que evaden las grandes preguntas. Tampoco de aquellos que dan grandes respuestas abstractas, teóricas y omnivalentes. Quizás por ser cocinero antes que fraile es doctrinario en muy escasas ocasiones, sin que eso haga que no sea firme e inflexible en sus convicciones más íntimas. Por sus hechos los conoceréis, nos dice el cristianismo. Tanto Domingo como Cáritas de Zamora durante todos estos años pueden presumir precisamente de hechos y la sociedad zamorana dar fe de ellos. Dacosta, también se trasluce en la entrevista, tiene un profundo sentido de la justicia y un ansia inagotable por ayudar a su advenimiento en las circunstancias más cotidianas de la vida. Es verdad que la justicia tiene para él un particular sentido no siempre fácil de comprender por los demás, lo que lo hace también merecedor de la crítica de muchos que no comparten su forma de actuar y, seguramente, no todos sin razón. Domingo no oculta que la suya es una justicia “con trampa”, pues cuando durante todos estos años lanzó una moneda al aire, siempre ha caído del mismo lado. Cuando ha tenido que tomar postura, siempre lo hizo, tuviera más o menos razón, a favor del más débil. Aunque en realidad, tal vez ésa sea la verdadera justicia. Sólo tratándose de futbol lo he visto romper esa máxima. Ahí siempre está con el poderoso. Es blanco hasta el límite de lo impío, lo que demuestra que es humano, aunque también en esto, de cuando en cuando, en el pecado lleva la penitencia. Ahora deja la dirección de Cáritas para pasar a otros cometidos eclesiásticos. Seguro que queda en buenas manos. En una época en que como los hongos, surgen ONGs hasta del estiércol, las dependientes de la Iglesia no son las únicas elogiables, pero sí las que mejor cumplen los fines para los que fueron creadas. En estos tiempos de crisis, paro, inmigración, desarraigo y sustitución de los valores universales por el vacío de valores, siguen siendo, al menos, tan necesarias como siempre. Enhorabuena, Domingo. Gracias por no evadir las grandes preguntas y dar cada día cientos de pequeñas respuestas para cada una de ellas.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Sus Góticas Majestades

Flipo, aunque no en colores, sino en negro gótico. Me da exactamente igual que las hijas de Zapatero vistan de negro-luto-macabro, de verde-loro-pistacho, de rosa-barbie, de arco-iris-orgullo-gay o de camel-monísimo-ideal. Me resbala que lleven botas militares, tacones de aguja Cruella de Vil, zuecos o sandalias playeras, por mí como si van sosteniblemente descalzas. No repararé en si sus atuendos son disfraces de adolescente con aspiración de femme fatale, cueros punkis trasnochados o túnicas bereberes o tuareg. Paso de sentenciar si es más o menos adecuado que en familia se retraten como “Las Meninas” de Velázquez o las de Picasso, que lo hagan como los protagonistas de “La Casa de la Pradera”, los vecinos de “Aquí no hay quién viva” o la “Familia Addams”. Eso me da igual, pero ¡zapatiesta!, si no quieren salir en la foto, que no hagan un posado oficial. No es que paparazzis sin escrúpulos hayan pillado a José Luis, Sonsoles, Laura y Alba yendo al museo de “buen rollito” con sus amigos Barack y Michelle. Que no, que por mucho que quiera darnos una pócima ponzoñosa Rottenmeyer de la Vega, aquí no se ha roto ningún pacto tácito por recoger una foto de la página web de la Casa Blanca y publicarla en España. Una foto hecha en un encuentro oficial y en la cual posan el presidente de la primera potencia mundial acompañado de su esposa, con el presidente del Gobierno de España, su mujer y sus dos hijas. Es como si Aznar se hubiera enfadado porque fotografiaran a su hija el día de su boda desfilando sobre la alfombra roja de los Reales Sitios de El Escorial. Los Obama han publicado el posado exactamente igual que han hecho con los del resto de sus invitados estos días, la obligación de los periodistas españoles es reproducirlo y nuestro derecho, verlo. El empeño de los asesores áulicos debería haberse centrado en salvar un nuevo bochorno internacional evitando la situación, no censurando la libertad de prensa. ¿O era esto lo del talante? Menos mal que como en el cuento, aunque el pueblo cegado por los mensajes oficiales no ve lo que tiene delante, siempre aparece un tonto que le grita al rey que va desnudo. Claro que como para decirle a una chica, que con 16 años ya puede abortar sin que sus padres lo sepan, cómo tiene que ir vestida cuando nos representa a todos. Tal vez todo fue un guiño a la Alianza de Civilizaciones y en solidaridad con Gadafi que ha tenido que dormir en un hotel de 5 estrellas al no dejarle instalar la tienda de campaña acostumbrada. De todo, lo que más me fastidia es darle la razón a los franceses cuando decían que África comienza en los Pirineos. Como subir impuestos salvajemente, ¡qué moderno!

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Agitación y propaganda

Cuando Zapatero se presentó como candidato a liderar el PSOE frente al entonces favorito José Bono, le pregunté a un socialista zamorano con cargo de ámbito regional en el partido -cuyo nombre omito por razones obvias- quién y cómo era ese diputado de León al que hasta entonces nadie conocía. Su respuesta, elocuente y sorprendente fue: “es como Stalin”. Como para olvidar una respuesta así y más cuando poco después conseguía darle la vuelta a la tortilla y era nombrado Secretario General del PSOE. Mi interlocutor se refería en aquella distendida conversación en la plaza Mayor, a la frialdad y mano férrea de que siempre había hecho gala a la hora de controlar el partido en León para él poder seguir cómodamente en su escaño de Madrid. En los últimos días, varios medios de comunicación, entre ellos de manera destacada el que siempre ha sido la hoja de ruta, el guía ideológico del socialismo patrio y ahora despechado, El País, venían recogiendo supuestas extendidas aunque anónimas discrepancias en el seno del PSOE respecto de la estrategia política adoptada por el Gobierno para combatir la crisis y de la vida interna del partido. “Zapatero ya no escucha a nadie”, “ha acabado con el debate interno que siempre existió”, se ha llegado a decir del otrora paladín del talante, el diálogo y el buen rollito. Bambi no era Bambi, ya lo dijo Guerra. Una vez más se demuestra que en política, cuanto más mediocre es un político, más sectaria y miserable es su actuación con sus propias filas. ¿Alguien necesita más ejemplos? Rodearse de burócratas que sólo a la sombra del líder pueden florecer y laminar al discrepante es ejemplo bastante común en esta que el filósofo Gustavo Bueno denomina “democracia realmente existente”. Negar la crisis hasta varios meses después de que muchos españoles notaran sus efectos no sólo fue un comportamiento de mala fe sino también un error. Avanzar por ella zozobrando al borde del naufragio, una irresponsabilidad. Obcecarse en convencer de que lo peor ya ha pasado, sin tener la menor idea de cuándo tocaremos fondo y todos nos dicen que cuando eso ocurra vamos a quedar allí encallados para una buena temporada, una desvergüenza, si no una traición. Como empezaban a pintar bastos y la manada podía desmandarse, el sábado se reunió el sanedrín socialista. Tras ello, algunos asistentes han necesitado asistencia médica. Siete horas de democracia interna levantando y bajando la cabeza en movimiento armónico “lo que tú digas líder” es fatal para las cervicales. Competir para ver quién golpea más fuerte la mesa poniendo música a la proclama crítica “lo hemos hecho bien pero no lo hemos sabido comunicar”, no hay nudillo que pueda soportarlo. Conclusión, propaganda. Pajín y los de la ceja, nos brasearán con lo bueno que es subir los impuestos y disparar el gasto público. Y agitación, de manifestarse, que sea contra los empresarios. Con Stalin y los suyos a esto se le llamaba “agitprop”.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Como las vacas al tren

No es que hayamos llegado al mundo feliz de Huxley. Tampoco que se haya cumplido en su totalidad la profecía orwelliana de 1984. Pero como sin darnos cuenta, las máquinas empiezan a ocupar cada vez más espacios de los que resultaba difícil pensar no tuvieran que estar siempre reservados al hombre. Hace unos días, una amiga me contaba indignada su odisea cuando había intentado conseguir telefónicamente una cita médica. Tras llamar al correspondiente teléfono, una voz humana grabada en una máquina le informó del procedimiento a seguir, de las teclas del teléfono que tenía que pulsar en función de lo que pretendiera hacer y le fue formulando preguntas a las que debía ir contestando para que la máquina fuera derivando por las ramas del cibernético árbol lógico construido para llegar a buen puerto. Seguro que casi todos hemos pasado por alguna experiencia de este tipo en la contratación o consulta sobre algún servicio por vía telemática. Lo peor no es la cantidad de tiempo que te hace perder un aparato para resolver lo que en muchas ocasiones una persona, no especialmente cualificada, podía resolver en 30 segundos. “Mi nombre es fulanito; necesito una cita con el especialista X. Espere un segundo, por favor; mire, la primera fecha disponible es el día tal a la hora cual. Bien, muchas gracias.” En lugar de eso, en primer lugar como la máquina por mucho que se empeñen en convencernos de lo contrario, aún no sabe hablar y sobre todo escuchar como los humanos, nos hace repetir siete veces en cada paso una simple palabra porque no ha captado nuestro registro fónico. Todo para que al final, el impotente aparatito termine dejándote en brazos de un tele operador que aunque esté en Marruecos o Sudamérica te parecerá el más eficiente y sabio de los trabajadores de la compañía. Lo peor es la cara de lelo con la que procedes a “bienpronunciar” cada sílaba para que el dichoso cacharro con apariencia humana te entienda. Hasta hace no mucho, algo semejante sólo podía ocurrir mirando la televisión, esa caja tonta que sustituyó la conversación, la música o la lectura, por el estupor ante la pantalla. “Como las vacas al tren”, llamo yo a mis hijas cuando se quedan clisadas, como pasmadas, ante ella. Ahora son ya muchos los frentes abiertos por los que las máquinas se apropian de nuestra consciencia y nuestra actuación. La Play, la Wii, la Xbox, el ordenador, Internet, las redes sociales que por saturación de relaciones nos convierten en asociales. Crípticas puertas de acceso a mundos virtuales, paralelos, absorbentes como agujeros negros en el espacio. Decía Descartes que el hombre es una máquina que piensa. De haber vivido hoy, quizás añadiría: hasta que otras máquinas consiguen que deje de hacerlo y se quede como las vacas al tren.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Macabra banda sonora

Todos los años en Rodiezmo, municipio minero de León en el que sólo queda un minero y donde gobierna el PP, se celebra la fiesta de confraternización entre militantes de la UGT y del PSOE. Es un encuentro testimonial para ellos, pacífico y sobre todo festivo en el que como ocurre en todos los Congresos de ambas organizaciones y algunos otros actos importantes, finalizan con el cántico de la Internacional. Pero parece ser que este año, entre sindicalistas y políticos se infiltró un invitado inesperado. Un agente secreto de la Sociedad General de Autores. Y hete aquí, que por entonar esos acordes, los organizadores del evento han tenido que apoquinar noventa y dos euritos del ala. Dicen que el impuesto sólo será obligatorio hasta 2014 cuando se cumplirán 80 años del fallecimiento de su compositor pero hasta entonces no perdonan ni al de la ceja. La anécdota ha sido ampliamente recogida por los medios de comunicación con sorpresa generalizada. Mientras tanto lo relevante pasa desapercibido y sin apenas referencias. Porque digo yo que el que el PSOE tenga que pagar 92 euros cuando hay tantos bares, pueblos, bodas y festivales benéficos que son sistemáticamente saqueados con argumentos que no se sostienen y nada tienen que ver con la protección de la propiedad intelectual no deja de ser una anécdota simpática. Sin embargo, al borde de cumplir la primera década del siglo XXI ¿qué bemoles hacen un montón de políticos y sindicalistas demócratas, que sí, que lo son, levantando el puño y estirando el cuello a los sones del himno bajo cuya acogida y protección más sangre se ha derramado a lo largo de toda la Historia? ¿Será esto fruto de lo que se ha dado en llamar “la superioridad moral de la izquierda”? Ésa que ha permitido, con la misma firmeza intelectual, defender que era bueno para las víctimas ser oprimidas y asesinadas en aras al avance del socialismo y tras fracasar éste de manera estrepitosa mirar para otro lado y seguir tarareando la perversa melodía. En nombre del socialismo, del socialismo real, del marxismo o del comunismo, que tanto da, Afganistán, Angola, Cuba, Laos, Mongolia y Mozambique suman más de 800.000 muertos. Etiopía 700.000. Vietnam del Norte 1.500.000. Corea del Norte 1.500.000. Camboya 2.000.000. La Unión Soviética entre 20 y 60 millones según las fuentes, más otros dos en los países de Europa del Este. China entre 30 y 75 millones si es que algún día llega a saberse. Con este rosario, no logro entender que Zapatero, Guerra, Pajín o Méndez reiteren fidelidad y devoción a unos acordes que han justificado en menos de cien años entre 100 y 150 millones de muertos bajo regímenes de los que eran la banda sonora de referencia. Siendo así, ¡Qué más da, si pagan o no a la SGAE!

domingo, 13 de septiembre de 2009

Sabor a ti

Que el agroalimentario es junto al del turismo el sector económico con mayor potencial de desarrollo en nuestra provincia, es un argumento tan manido que ha pasado a convertirse en uno de los tópicos más extendidos en nuestro imaginario popular y en los discursos políticos. Vino, queso, garbanzos, embutidos, miel, setas… ¿Pero nos lo creemos de verdad? Quizás por las cosas del azar y también porque tras el periodo estival llegan los nuevos buenos propósitos y el brote de iniciativas para el nuevo curso, en los últimos días se ha acumulado una positiva colección de noticias en torno a este sector. La marca de calidad “Ternera de Aliste” culminó una campaña de promoción con una degustación popular con la que celebrar una exitosa década que les ha llevado a agrupar a 110 ganaderos y a multiplicar casi por cuatro el número de establecimientos en los que se vende su carne. Aunque 1.900 canales al año, si bien sirven de muestra de calidad, suponen aún una cantidad irrisoria para intentar tener una mínima presencia en el mercado. En Toro nos anunciaban que ya son 50 las bodegas integradas en la D.O., parece que fue ayer, y ciertamente lo es, cuando año tras año desaparecía alguna bodega. Qué diferente de lo ocurrido en los últimos diez años con la apuesta local y foránea por la calidad y la comercialización nacional e internacional del vino de Toro. En el ámbito del queso por fin se han cerrado la división y la polémica para la elección de presidente para la D.O. No sólo era una cuestión de nombres, sino sobre todo de estrategia a seguir. Esperemos que el acuerdo alcanzado sirva para mirar al futuro con ambición y sin complejos ni orejeras. El queso de Zamora es de todos nuestros productos el que desde mi punto de vista más campo abierto tiene para crecer. De ahí la importancia de acertar en el camino a seguir y de que todos los partícipes avancen en la misma dirección. Podemos seguir con el novedoso y digno de encomio convenio entre los hoteleros de Azahoteles y Gaza para compartir la promoción del turismo de Zamora y los productos de la láctea zamorana. O con proyectos integradores como “Sabor de Sayago”, marca y página web de comercialización conjunta de productos alimentarios de la zona. Son sólo unos apuntes para que nos convenzamos de que a veces sí sabemos promover y hacer bien las cosas. Y un recordatorio de por dónde hay que seguir avanzando, en una provincia donde el ránking de “nuestras” 10 mayores empresas por facturación sigue encabezado por Cobadu y copado por otras cinco, Quesos del Duero, Grupo Cárnico Magnus, Hijos de Salvador Rodríguez, Lácteas Cobreros y Calporc. Las 6 con un volumen de facturación superior a 30 millones de euros y que en el caso de Cobadu ronda los 150.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

La Champions League

Según el último informe del Foro Económico Mundial que analiza el grado de competitividad de la economía de 133 países, España ha perdido sólo en un año cuatro puestos (la más fuerte caída en Europa) y queda encuadrada en el ordinal 30. El estudio, que puntúa en función de diferentes magnitudes macroeconómicas como el tamaño del mercado, la legislación, las infraestructuras, las políticas económicas, el I+D y el mercado laboral nos ubica entre dos grandes potencias, el Sultanato de Brunei y Chipre. También y por primera vez, quedamos más atrás que un país de los que hasta hace poco más de 15 años trataban de sobrevivir tras el telón de Acero, la República Checa. No nos podemos quejar, en el área del Euro de la que aún no hemos tenido que marcharnos, estamos sólo por delante de Chipre, Eslovenia, Portugal, Eslovaquia, Italia, Malta y Grecia. Esto, teniendo en cuenta que el factor más favorable es el tamaño del mercado disponible para las empresas nacionales (antes de que los nacionalistas y los reinos de Taifas lo rompan definitivamente e instauren aduanas interiores o fielatos) y las buenas infraestructuras En el lado negativo tres elementos clave de los que seguimos sin enterarnos: el marco institucional, es decir, el Estado de las Autonomías al que hace sólo una semana Financial Times calificaba sin ambages como insostenible, el debilitamiento registrado desde el año pasado por la estabilidad macroeconómica del país, que ha caído 32 escalones en el ránking y la alta rigidez del mercado laboral que desalienta la creación de empleo, que se sitúa en el puesto 122 de entre los 133 analizados. Demasiado bien nos va (todavía), pues si Italia tiene un Presidente que parece de cachondeo, en nuestro caso lo parecemos como país con excesiva frecuencia. Mientras contemplamos con cara, mitad pasmo, mitad cabreo las diatribas de nacionalistas y ministros contra el Tribunal Constitucional por si se le ocurre decir que aquí la única nación es España y el resto patochadas envenenadas de política, otro organismo internacional, la OCDE nos dice que sólo Méjico, Turquía y Portugal superan nuestras tasas de fracaso escolar que hacen que hasta un tercio de los jóvenes sólo tenga el graduado escolar. Con una oposición que se pasa el día mirándose el ombligo con la cantilena del espionaje que nadie demuestra ni denuncia formalmente y con el pueblo más pendiente del futbol del domingo que de cambiar rápidamente de Gobierno se me ocurre que la única solución sensata es copiar a Sarkozy, al que en una reciente visita a una fábrica le escogieron minuciosamente a los trabajadores que saldrían fotografiados junto a él. Requisito, que ninguno fuera más alto que el Presidente (que no es precisamente un Gasol). A partir de ahora sólo deberíamos admitir salir en informes donde podamos quedar bien, por ejemplo, junto a Venezuela y Bolivia, encuadrados en el 113 y 120 de la lista citada. Vamos, en la Champions.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Tragarse otro sapo

En antropología social y cultural se estudian los pensamientos y la conducta de los habitantes de una determinada época o lugar enfocándolos desde dos perspectivas diferentes, la de los propios participantes y la de los observadores. En el primero de los casos, se utilizan conceptos y parámetros que se corresponden con la visión del mundo que los protagonistas aceptan como real o apropiada. El observador trata de pensar, de ponerse en el lugar del contemporáneo de los acontecimientos que se analizan. A este modo de estudio se le llama “emic”. Al segundo, en el que los conceptos y parámetros utilizados son los derivados del estado de la ciencia en la época de los observadores, se le conoce como perspectiva “etic”. Ambos métodos son adecuados, complementarios y necesarios para conocer con detalle, por ejemplo, cómo eran la vida y la cultura en su sentido más amplio en la Edad Media o cómo lo son ahora entre las tribus de la Amazonia o la Polinesia. La biblioteca pública de Brooklin, el que dicen es el barrio de Nueva York con la mayor densidad de escritores por metro cuadrado del mundo y que tan popular han hecho las novelas de Paul Auster, acaba de retirar de sus estanterías un, parece ser que, peligrosísimo libro. No se trata de “Mein Kampf” de Hitler, de “El Capital” de Marx ni del “Libro Rojo” de Mao que han inspirado millones de asesinatos en el siglo XX. Toménselo en serio, se trata de un cómic de Hergé traducido a 40 idiomas y titulado “Tintín en el Congo”. Antes lo habían retirado también las otras dos grandes bibliotecas públicas de la ciudad de la Estatua de la Libertad, las de Manhattan y Queens. Quien quiera echarle un vistazo a sus 62 páginas sólo podrá hacerlo pidiendo una cita previa. Se le acusa de racista, colonialista. ¿Y qué iba a ser si lo escribió un belga en 1931 cuando la principal colonia belga era el Congo y África entera se la habían repartido los países europeos con escuadra y cartabón sobre una mesa? Y eso que la versión actual es la que ya suavizó el autor en 1946. ¿Cuál es el problema de que seamos conscientes de que el mundo fue colonialista y racista? Dicen también que tiene escenas de violencia injustificada en las cacerías del protagonista. Como si los safaris en Tanzania fueran hoy mucho más suaves. Que vean en televisión los informativos, las películas y las series o los dibujos “manga” japoneses que saturan la programación infantil y juvenil si quieren saber lo que es la violencia injustificada. En mi biblioteca personal tengo un ejemplar del cómic, lo cual quizás me obligue pronto a pasar a la clandestinidad. Empiezo a estar “negro” por esa insoportable manía de prohibirnos pensar, decir o consumir todo lo que no nos dan debidamente enlatado los defensores de la modernidad. Aunque sean sapos macerados en una lata de Pepsi. ¡Es el progreso, idiota! A las perspectivas emic y etic hemos incorporado una nueva, la “estupidc”.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Últimas tardes con ZP

¿Recuerdan? Primeros tiempos de Zapatero, Septiembre de 2003. Durante una rueda de prensa. El novel candidato leonés y a su lado el Economista del Estado y responsable económico del PSOE, Jordi Sevilla. Tras una intervención del líder sobre la alternativa económica y presupuestaria socialista frente al Gobierno Aznar, se oyó a través de un micrófono indiscreto la siguiente conversación entre ambos: -Sevilla: Esto está “chupao” a no ser que quieras hacer una tesis doctoral. -Zapatero: Sí, pero es complicado, ¿tú prefieres que lo entienda? -S.: Se te nota todavía inseguro. Has cometido un par de errores. Has dicho que aumenta la progresividad en lo del sistema fiscal y lo que aumenta es la regresividad... pero son chorradas. -Z.: ¿He dicho progresividad? -S.: Lo que tú necesitas saber para esto... son dos tardes. -Z.: ¿Sabes lo peor de todo esto? Que me gusta. Desde entonces sólo han transcurrido seis años, pero qué seis años, en lo político y en lo económico. Unos meses después, Zapatero lo hizo ministro, pero no de Economía. Luego lo envió a Valencia a que Camps le partiera la cara (o sea, la imagen) y los socialistas valencianos, debidamente espoleados, las piernas y los brazos. A veces los Césares se toman la venganza en plato frío. En los últimos tiempos, del blog del ex-ministro manaban con frecuencia discrepancias con la línea gubernamental. Entre otras perlas, negó ver brotes verdes por ningún lado y criticó la postura mantenida frente a los empresarios en el último remedo de pacto social. Sevilla deja ahora su escaño de diputado y ficha por PWC, una de las grandes consultoras económicas y empresariales. Sin ser precisamente un liberal convencido, su formación le aporta coherencia intelectual. Se cansó de comulgar con ruedas de molino. Se va a la actividad privada. Al mundo real. Aquél en el que hacen falta más de dos tardes para ser tenido en cuenta. No todos los políticos, ni siquiera muchos de los ex-miinistros pueden irse a tan buen destino privado. Lo malo es que Sevilla se va sin haber cumplido en estos seis años su ofrecimiento de enseñarle al hoy presidente del Gobierno algunos conceptos económicos y semánticos básicos. Por ejemplo, que lo público es de todos, no de nadie, como pontificó su compañera de gabinete Carmen Calvo. O que si se gasta más de lo que se ingresa, a la diferencia se le llama déficit. Y que si el déficit no lo pagamos nosotros, le saldrá mucho más caro a las próximas generaciones. O que no es conveniente multiplicarlo por cinco en sólo un año como está ocurriendo. O que en época de recesión la única forma razonable de enjugarlo es reduciendo el gasto público, no quitando recursos con mayores impuestos a la sociedad que es al final la que crea la riqueza y el empleo. A diferencia de la novela de Marsé, no hubo tardes suficientes para ZP.

domingo, 30 de agosto de 2009

Fotos del verano

Si empezamos el verano en Cerdeña con Berlusconi y sus “ragazze” desnudas en Villa Certosa, lo terminamos con un vídeoclip en el que Zapatero, más moreno por bronceado y mucho menos de lo esperable por quemado ¡con la que está cayendo!, recomienda viajar a Lanzarote. Eso sí, con cautela, para no herir sensibilidades especifica que la recomendación es para “todo el que pueda”. A continuación nos suelta lo contrario que hace un mes y ya nos asegura otra subida de impuestos. Pues si eso es lo que ha sacado en claro de los paisajes lunares de la bonita isla volcánica, la próxima vez que veranee en Sayago, quizás así le da por bajarlos. Esto en la misma semana en que su lugarteniente De la Vega, que oficialmente está de guardia, nos enseñó chicha en foto playera en la que parece la novia de Rambo. Bikini, gafas de sol cañeras, pechos operados y gesto firme y adusto, sólo falta que Tostón dibuje una ametralladora entre sus manos y ya me contarán si no tiembla hasta su capitán. Yo creo que la Vice lo ha hecho porque ha faltado la habitual de Ana Obregón con nuevo novio. Aunque según unos amigos que han compartido hotel con Darek, me dicen que Anita ya no logra superar esa nota por mucho que incremente su catálogo de conquistas. Pero no crean que sólo los famosos han tenido foto. Con este Gobierno de la extensión de los derechos, más españoles que nunca han tenido retrato. Unos en las colas del INEM a pedir un curro de mileurista, otros con la careta del ridículo al caer en la trampa del timo de los 420 Euritos que en realidad no eran para nadie. Como para que sorprenda que hasta El Corte Inglés haya ganado en el último año casi exactamente la mitad que en el anterior. Para ayudar aún más, como en un constante fotomatón, miles de conductores han impreso su rostro en los radares de las autovías y autopistas siempre dispuestos a sacarte tu mejor sonrisa, aunque las peores sin duda, han sido otra vez las de los etarras asesinando y las de los incendios, rojas, terroríficas y demoledoras, arrasando en segundos años y años de esfuerzo de la naturaleza. Otras se esperaban y no llegaron, como la que se había extendido por Internet y algunos medios de comunicación. Decían que en la medianoche más treinta minutos del día 27, Marte se vería en el cielo casi tan grande como la luna llena. Era un bulo, un “hoax” (mensaje de correo electrónico con contenido falso pero creíble, pues parece provenir de una fuente fiable, en este caso el Planetario Internacional de Vancouver en Canadá). No importa, bastan la luna y las estrellas para que las noches de verano sean especiales.