domingo, 28 de octubre de 2018

La vida

En el decimonono escalón de la escalera que baja al sótano de la casa de Beatriz Viterbo, Borges contempla el Aleph, uno de los puntos del espacio que contiene todos los puntos, objetos y lugares vistos desde todos los ángulos y perspectivas. Así también todas las preguntas y respuestas, todas las incertidumbres y angustias, los éxitos y los fracasos, la felicidad y el desencanto, las emociones y los miedos; se contienen en un solo punto, la vida.

“El Quark y el Jaguar. Aventuras en lo simple y lo complejo”, es una obra publicada en 1994 por el físico y premio Nobel Murray Gell-Mann, uno de los científicos que predijo la existencia y bautizó a los “quarks”, partículas elementales que constituyen el núcleo atómico y de las que están formadas todas las demás partículas. Gell-Mann toma como base argumental unos versos de su amigo el poeta Arthur Sze: “el mundo del quark lo tiene todo para dar cuenta de un jaguar caminando en círculo en la noche”. El quark simboliza las leyes físicas básicas y “simples” que gobiernan el universo y toda la materia en él contenida. El jaguar -uno de los seres vivos más bello y complejo-, la complejidad del mundo tal y como nosotros lo percibimos.

Uno de los elementos mágicos borgianos, junto a otros como los espejo o los laberintos, es otro felino, el tigre. Así, escribe en “El oro de los tigres”: “Iba y venía, delicado y fatal, cargado de infinita energía, del otro lado de los firmes barrotes y todos lo mirábamos. Era el tigre de esa mañana, en Palermo, y el tigre del Oriente y el tigre de Blake y de Hugo y Shere Khan, y los tigres que fueron y que serán y asimismo el tigre arquetipo, ya que el individuo, en su caso, es toda la especie. Pensamos que era sanguinario y hermoso. Norah, una niña, dijo: Está hecho para el amor”.

Eterna la dicotomía entre lo simple y lo complejo, eterna la duda de si el todo es la simple suma de las partes, porque algo no nos encaja cuando unimos materia. Dudamos si venimos de la nada para volver a la nada, pero entonces qué es ese “tiempo” en el que “somos” y al que llamamos “la vida”. Dice Borges que “somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”. ¿Es superior el valor de lo inmaterial sobre lo corpóreo? Tendemos a percibir que no pero a reflexionar que sí. En ese caso vivir no es ejecutar aquello que es materializable sino sentir, sintetizar emociones y destilar sentimientos. 

Simple y complejo, el poeta inglés Alfred Tennyson dejó escrito "si pudiéramos comprender a una sola flor sabríamos quiénes somos y qué es el mundo". Sé de alguien que cuando le preguntaban el por qué de una determinada, concreta y, a priori, bastante inverosímil circunstancia respondía con una frase leída en una entrevista a la escritora Carmen Posadas: “todo puede llegar a cansar excepto la inteligencia”. 

domingo, 21 de octubre de 2018

La verdad se esconde

Santiago Auserón, líder del grupo musical de los 80 Radio Futura, y luego conocido como Juan Perro, músico de profesión, filósofo por formación universitaria y vocación en sus letras, escribe en su canción “En alas de la mentira”: “la mentira es algo que se esconde para no tener que existir”. El disco de 1985 en el que incluyó la canción se titulaba “De un país en llamas”. 

Esta semana el país oficial -no el real, al que estos rollos le importan exactamente nada- pareció avivar sus sempiternas llamas con una frase de la ex-ministra y dirigente del PP Isabel García Tejerina. “En Andalucía te dicen que lo que sabe un niño de diez años es lo que sabe un niño de ocho en Castilla y León”. 

Apenas pronunció sus palabras saltó la alarma generalizada en medios de comunicación y redes sociales. Todo el problema de España pasó a sintetizarse en esas veinticinco palabras y en una ingente cascada de estupideces llegadas desde todos los frentes políticos. “Los niños y los profesores andaluces son de 10” dijo Bonilla el escaso candidato andaluz del partido de Tejerina, sin pararse a explicar a continuación dónde está el misterio para que siendo todos de nota tan elevada sin embargo sus calificaciones no lo sean. 

“Atacan lo más sensible y más querido para los andaluces, nuestros niños” proclamó, desgarrada por el victimismo y rompiéndose la camisa patriótica, la sobrada presidenta andaluza sin pararse a reconocer que lo que dijo Tejerina es exactamente lo que dice el “informe Pisa” al valora con parámetros homogéneos la calidad y los resultados de la enseñanza en Europa. Es lo malo de que tu partido lleve cuarenta años gobernando, que o prendes fuego a las críticas o difícilmente puedes apartarlas de tus espaldas.

Por higiene intelectual omito otras decenas de declaraciones de “políticos replicantes” que se limitan a repetir, adjetivar y agrandar los argumentos que han oído al primer tonto de los suyos que sale a decir algo. Mejor eso que reconocer el gran fracaso de España con la educación. Que cada gobierno hace su ley educativa porque preocupa más la base ideológica del sistema que la garantía de formación libre y completa de los nuevos ciudadanos. O que el troceo por taifas autonómicos ha sido en esta materia la decisión más catastrófica de las tomadas en la Transición.

La política actual, como un jivarizante ritmo reggaeton, se permite sin rubor el lujo de girar en torno a frases de las que lo menos importante es si contienen verdad o no. En la política de este país, más en llamas de lo que lo ha estado hace muchas décadas, al contrario de lo que canta Auserón, es la verdad la que se esconde para no tener que existir. España mientras tanto, parafraseando la misma canción, cierra los ojos y baila al borde del tejado.

domingo, 14 de octubre de 2018

La fuerza de la gravedad

La fuerza de la gravedad hace que todos los cuerpos sean atraídos hacia el centro de la Tierra. Es imposible evadirse de ella salvo con un ingente gasto energético que permita alejarse de la superficie y más allá de la atmósfera terrestre. De acuerdo con un antiguo chiste, lo más importante es que permite que los habitantes del hemisferio sur mantengan sus pies pegados al suelo y no se caigan hacia el vacío.

Pedro Sánchez es presidente del Gobierno del reino de España gracias a la conjunción magnética de varias fuerzas políticas significativas en número de escaños. Nada anómalo por sí mismo en un sistema de democracia parlamentaria como es el nuestro pero en el que la unión de esas diferentes fuerzas tiene mucho menos que ver con la atracción entre ellas que con el rechazo de cualquier otra opción. 

Cuando el partido que ostenta el gobierno no salió de las urnas siendo la primera fuerza política sino con un tercio menos de votos y representación que la mayoritaria  y necesita sumar todo un “collage” de siglas y representaciones muy minoritarias y por lo demás prácticamente irrelevantes, ya las cosas empiezan a distanciarse de la analogía con las leyes de la física. Cuando los intereses de todos los que conforman la coalición parlamentaria son tan distintos entre sí que de forma natural generarían dispersión y no conjunción la única forma de mantener ésta es con asistencia artificial entre ellas.

Demostración, el día de la Hispanidad (por mucho que el concepto se haya preterido desde hace años por ese complejo absurdo de los españoles, asentado en la llamada “leyenda negra” instigada por países que creaban “reservas indígenas” mientras España, en el mismo continente, fundaba universidades y generalizaba el mestizaje), y día nacional de España  ningún representante distinguido de los partidos que apoyan el gobierno del PSOE (con solo 84 diputados) acudió a los actos de conmemoración institucional.

La pregunta es cómo de serio puede considerarse un país, cómo de estable su funcionamiento institucional y cómo de previsible su futuro, cuando sólo un tercio del parlamento respalda al gobierno y a la vez defiende el marco constitucional. Cuando los otros dos tercios o bien son oposición (caso de PP y Ciudadanos que suman 166 escaños) o bien son antisistema al abogar sin complejos por la ruptura con la Constitución del 78 ya sea desde la extrema izquierda de Podemos, bien desde el independentismo catalán y vasco.

Como vienen demostrando filosofía y ciencia, sobre todo de un siglo para acá, las reglas que rigen los fenómenos sociales son básicamente las mismas que ordenan los fenómenos naturales, de modo que tratar de mantener gobiernos sustentados sobre la nada viene a equivaler a negar la vigencia de la ley de la gravedad, lo cual se puede hacer libremente -no sin riesgo de que te traten de majadero- pero no por ello dejará de regir nuestros destinos. 

domingo, 7 de octubre de 2018

Genial Banksy

Hace dos años puede disfrutar en Roma de “Guerra, capitalismo y libertad”, la primera gran exposición organizada con 150 obras del grafitero Banksy. Quizás muchos de los lectores de esta columna crean no conocer nada de este artista. En torno a su identidad existe un gran halo de misterio desde la aparición de sus primeras obras en los muros de Bristol, su ciudad originaria. Sobre quién es se han dibujado diversas teorías y aunque parece que el tiro está bastante centrado, nadie asevera con total certeza cuál es su verdadero nombre, conformándose con afirmar que nació en 1975.

Sin embargo, basta teclear su alias en cualquier buscador de Internet para que aparezcan imágenes de sus grafitis que a todos suenan porque se han convertido en clásicos del arte y la iconografía urbanos del siglo XXI.  Sus policías con bombín, sus flores contra las armas, sus máscaras antigás ocultando las caras, sus ratas y sus monos poblando diferentes rincones urbanos…

Hace años que su figura me atrae, sigo sus acciones y su “biografía”. La visita a la exposición en el clásico (paradoja) Palacio Cipolla, en pleno centro de la parte más noble, financiera y comercial de la capital italiana fue premeditada, fruto de la admiración, para nada casual. Contra toda polémica y discrepancia, ser capaz de mantener oculto nombre y rostro en la sociedad exhibicionista de las redes sociales representa ya de por sí un mérito indudable. Ser capaz de crear desde la disidencia de todo, cuando no la clandestinidad, iconos tan bella e inspiradoramente subversivos solo está a la altura de genios como los que en otros tiempos rompieron moldes y corsés artísticos y sociales.

Desde la izquierda ideológica de los movimientos artísticos se abrazan sus mensajes murales contra las armas y el poder establecido, sus denuncias de los efectos negativos del capitalismo, su distorsión en el orden urbano pero le critican, no con menor vehemencia, su individualismo y su “falta de compromiso colectivo”, ese gran mantra de las ideologías colectivistas y liberticidas que ya no hablan de personas o ciudadanos sino de “la gente”. Lo tachan de frívolo, efectista e incluso mercantilista, probablemente porque rompe con el esquema, férreamente estalinista, en el que se ha encerrado a la transgresión para que sea considerada (¡vaya contradicción!) “políticamente correcta”.

Para los que piensan que todos los espíritus libres pueden ser domesticados, cautivados, sobornados y también para los que lo atacan acusándolo de servir aun inconscientemente a esos intereses, ha ejecutado su última genialidad. Al más puro estilo que le hubiera gustado relatar a Borges, creando una obra consistente en destruir una obra por él creada en una ceremonia sencillamente sublime: Nada más ser adjudicada por 1,1 millones de euros en la londinense sala de subastas Sotheby´s una de sus obras más famosas “Niña con globo”, una mini-destructora de papel ubicada en el marco del cuadro ha procedido a cumplir con su función. Arte efímero, podríamos decir. Genial Banksy.