jueves, 30 de septiembre de 2010

El Etnográfico

No dudo en absoluto que sea arte colocar en la plaza mayor un “pivot” con cartelitos soldados para regarnos figuradamente a todos con buenas intenciones. No dudo tampoco que cada uno de los acontecimientos culturales más o menos líquidos que se celebran y financian de lo público a lo largo del año en la ciudad y en la provincia de Zamora tienen su razón de ser, sus cualidades artísticas y dejan su huella en el acervo cultural de zamoranos y visitantes. Estoy seguro de ello. No podría yo pensar que todas esas actuaciones no se llevan a cabo con las mejores intenciones, el mejor criterio y la mayor dedicación por organizadores, financiadores y artistas.

No, todo eso está fenomenal, hay quien tiene que vivir de ello, que no están las cosas como para mandar a más gente al paro y si algunas de esas novedosas novedades y “performances” no las termino de entender o no me gustan es, sin duda, un problema mío, de mi escasa capacidad y de mi insuficiente “contemporaneidad”.

Estoy además seguro de que todas esas actuaciones son lo suficientemente baratas como para que puedan llevarse a cabo a pesar de la necesidad, común a todas las administraciones, de apretarse el cinturón. Pero todo lo dicho no empece para que como zamorano sienta bochorno al escuchar la queja entre desesperada y resignada del director del Museo Etnográfico. Dice el bueno de Carlos Piñel que el presupuesto, nunca demasiado alto, se va reduciendo cada año de manera notable. Lo financian la Junta al 60 por ciento y Diputación y Ayuntamiento al 20 cada uno, aunque éste último parece que va a recortar su aportación de 200.000 a 55.000 euros.

Ya, ya sé que a alguien le tiene que tocar, pero resulta que este museo alberga la más importante colección etnográfica de España y posiblemente de Europa y que es tan de ámbito regional como el de Arte Contemporáneo de León aunque tenga menos de la mitad de presupuesto para su funcionamiento. Ya saben, lo contemporáneo luce más, sobre todo en León o Valladolid, que lo antiguo. Aunque aquello en realidad guste a muy pocos y esto lo entienda todo el mundo. Si en Zamora fuéramos capaces de hacer una plataforma a favor de algo y no siempre en contra, éste sería el momento. Y no sólo para que se dote de los medios mínimos para un funcionamiento digno al que podría ser el museo más popular, visitado y disfrutado de la Comunidad. También para divulgar adecuadamente su existencia, cosa que hasta hoy su titular, la Junta de Castilla y León, no ha querido hacer.

Cuando las obras del museo avanzaban con dificultad porque la Junta no terminaba de aportar la inversión necesaria, se conocieron en la feria INTUR, Piñel y Herrera, aquél le explicó el problema y éste lo resolvió pronto y bien. Estaría bien que ahora volviera a pasar lo mismo.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Piquetes

El de huelga es un derecho consagrado en la Constitución y que como tal debe ser respetado y protegido. El derecho a trabajar también está consagrado en la Constitución y por lo tanto debe ser igualmente respetado y protegido. El primero asiste a todos los trabajadores, el segundo no, al menos no a los cinco millones de trabajadores que no tienen empleo y de los cuales, la mitad lo han perdido en los últimos dos años sin que Méndez, Toxo, ni un tal Prieto, que esta semana arengaba a cerrar Zamora el 29, hayan hecho nada positivo para evitarlo.

El miércoles, todos los trabajadores tienen el derecho a no asistir a su puesto de trabajo, con excepción de aquellos que deban cubrir la proporción aprobada de servicios mínimos esenciales para la comunidad. A su vez, los empresarios y las administraciones tienen la obligación legal de abrir los establecimientos y centros de trabajo, entre otras cosas, para que aquellos trabajadores que no quieran secundar la huelga, puedan hacerlo con normalidad y seguridad.

Hasta aquí todo sería perfecto, pero eso no basta en un país donde sigue pendiente desde hace más de 30 años, porque no interesa a los sindicatos, el desarrollo de una ley de huelga que concrete y regule el marco en el que ésta puede ejercitarse en libertad. Libertad para hacer huelga, libertad para trabajar. Libertad, una de las palabras más usadas, y de las que más sarpullidos levanta. Si algunos líderes sindicales apostaran por la libertad, no vendría un tal Prieto a anunciarnos, tono amenazante, con la presencia numerosa de piquetes. “Para garantizar el ejercicio libre de la huelga frente a las coacciones y presiones de los empresarios para no secundar el paro”, memez que ha dicho sin rubor.
Los piquetes servían en su origen, para explicar a los miles de trabajadores de las grandes empresas industriales de los siglos XIX y XX, las razones de los desencuentros con los patronos, que obligaban a tomar medidas drásticas de presión y coacción para alcanzar los objetivos sindicales pretendidos. En una huelga general del siglo XXI que se juega fundamentalmente en los medios de comunicación cada segundo durante días y días, no hay más piquetes que los que sirven para amenazar, coaccionar y en definitiva robar la libertad a los trabajadores.
Ante su actuación, habría que recordarle a estos lidercillos a los que se les va la boca y también la mano, lo que dijera Miguel de Unamuno a Millán Astray en la Salamanca del 36, "Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir".
Curiosidades de la vida, hace unos días en Barcelona, en plena polémica sobre los “liberados”, descubrí en los carteles del llamamiento sindical al paro general del 29, que en catalán huelga se dice “vaga”, y sonreí.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Fuentes nuevas para el PSOE


Perdón por el juego de palabras pero si, como parece, Manuel Fuentes es el candidato elegido para intentar recuperar el bastón de mando de la ciudad que perdieron el PSOE y Andrés Luis Calvo hace ya 15 años, resultará que efectivamente después de muchos años los socialistas zamoranos se han decidido a beber de unas fuentes distintas de las acostumbradas por tanto tiempo.

No conozco mucho en lo personal al nuevo candidato, aunque sí he seguido su trayectoria con atención, pues hace muchos años que su nombre estaba siempre ahí, pretendiendo aflorar pero luchando siempre contra demasiados elementos hostiles, nadie sabe exactamente por qué; o quizás sí, por ese extraño, íntimo y cerval temor que algunas personalidades generan entre los grupos acomodados, no sólo en la abundancia sino, como es el caso socialista en nuestra provincia, en los resultados paupérrimos.

Recuerdo a este respecto, que el día que perdió las primarias frente a mi ahora amigo Antonio Plaza, me encontré en el barrio de Olivares con un grupo de personas entre los que estaba la actual directora de La Opinión de Zamora. Comentando el resultado, ambos coincidimos en que los militantes socialistas habían decidido mantener intactas las fuentes de las que manaba el control del partido socialista, quizás por miedo a perder un suelo electoral que yo, entonces y hoy también, veía demasiado bajo, en lugar de apostar por un planteamiento más arriesgado pero también por ello más motivador para sus bases y el conjunto del electorado.

Dicen ya las malas lenguas que Fuentes era el único con suficiente instinto suicida como para acoger de buen grado, siete años después de aquello, la designación y para enfrentarse al, desde la trágica desaparición de Manuel Riesco, y la abrumadora victoria de Antonio Vázquez en el 95, homogéneo Partido Popular. Osado sí, pero lo de suicida yo no lo tengo tan claro. Si algo no se le puede negar a Fuentes son su capacidad y vocación de trabajo (hablo de política, no de gestión, que es algo en lo que puede presentar escaso bagaje), su verbo fácil y su capacidad innata e inagotable, herencia quizás de su pasado sindicalista, para reunirse, hablar y debatir hasta la saciedad.

A ocho meses vista de la cita electoral -algo sé de estas lides- ésas y no otras son las mejores armas para acercarse con posibilidades de éxito a las urnas. De momento ya ha pillado con el paso cambiado al PP, cuyo presidente, me dicen, todavía el lunes afirmaba tajante que repetía Carlos Hernández. Pero para llegar a Roma, primero habrá de cruzar el Rubicón. Sólo podrá hacerlo si consigue movilizar a su favor a sus compañeros de partido; lo cual, por incongruente que parezca, puede ser uno de sus más difíciles retos y desde luego, el primero de ellos.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Electoralismo

Al acto reivindicativo y de protesta de los alcaldes del PP en el único tramo de la Ruta de la Plata aún sin autovía, algunos lo han llamado electoralismo. Pues claro, lo que no entiendo es en qué sorprende. Los políticos tienen dos misiones, gestionar la cosa pública, para el progreso y el beneficio de todos, y hacer política; y ésta, por mucho que algunos se rasguen hipócritamente las vestiduras tiene también un fin básico y legítimo en democracia, ganar las elecciones para seguir gestionando la cosa pública y haciendo política. Es una rueda que sólo varía en los matices y detalles de cómo es cada cual en esas lides y en la alternancia.

El electoralismo es, pues, connatural a la política. No digo con eso, como ahora tanto se lleva, que el mejor político es aquel que gana las elecciones a cualquier precio. No, ser honrado, tener un comportamiento ético y no mentir sobre las intenciones políticas, no es un elemento de puntuación, debería ser un requisito previo sin cuyo cumplimiento nadie pudiese siquiera plantearse la actividad política. Claro que en un sistema donde lo que prevalece casi en exclusiva es la docilidad en el redil partidista, hablar de esas cosas es mera utopía.

Sólo en ese contexto el electoralismo puede alcanzar las connotaciones tan negativas con las que ahora lo percibimos. Por lo demás, todo político hace electoralismo, gobierne o esté en la oposición y, desde luego, se me ocurren cientos de actuaciones políticas más “electoralistas” y menos justificadas que las de unos alcaldes que en nombre de sus ciudadanos reclaman algo tan evidente, razonable y justificado. Es verdaderamente impresentable, inaudito e inasumible que de los más de 800 kilómetros de la Gijón-Sevilla, sólo falten de ser autovía cincuenta, que todos ellos estén en nuestra provincia, que unan las dos localidades más importantes de ésta, y lo que es peor, que haciendo ya meses que se terminara el último tramo, en los nuestros la ejecución no haya comenzado aún, ni se atisbe la menor intención de hacerlo.

Ojalá nuestros políticos hicieran más electoralismo de este tipo, tal vez así se nos respetaría por los dirigentes regionales y nacionales. Que no sólo ocurriera en vísperas de elecciones y que así quedara claro que el electoralismo es a favor de la sociedad en su conjunto y no como reivindicación personal, en esas fechas, de quienes lo impulsan.

Hago un aparte. También hay electoralismo por omisión. Esta semana hemos visto las pocas imágenes que los medios (a los que les prohíben el acceso) han conseguido de la matanza del Toro de la Vega, en Tordesillas. En Internet se encuentran fotos y vídeo. Cinco minutos para que todo un pueblo, en salvaje y macabra cruzada, acose y lancée a un animal hasta su muerte. La tradición amparó brutalidades ya olvidadas, otras tendrán que ir siguiendo el mismo camino, aunque no sea electoralista propugnarlo.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El concepto es el concepto

Ahora que Zapatero ha descubierto en Noruega (donde solo cuatro de cada cien noruegos están en paro), que en España (donde lo están veinte de cada cien españoles), los parados que están realizando cualquier curso de formación o distracción del tiempo no son parados sino “trabajadores por el país”, me quedo mucho más tranquilo. Qué sabiduría rebosa nuestro inefable presidente en cuanto trasciende las fronteras nacionales. Trabajadores por el país. Coño, y esto no se le había ocurrido antes a nadie. Trabajadores por el país. Toma ya.

Es que son casi infinitas, las posibilidades que depara el desarrollo de este nuevo concepto filosófico-político recién acuñado. Trabajadores por el país. Pues estamos, que si lo son y se supone que el país somos todos y no sólo un periódico, es que esto es muy bueno y benéfico para el conjunto de los ciudadanos. Hasta yo, que soy torpe de entendederas, voy captando que como descubrió Pazos en “Airbag”, “Mira nena, aquí hay una cuestión: el concepto es el concepto”. Se acabó la dicotomía trabajador-parado. A partir de ahora hay que diferenciar tres categorías.

El trabajador que egoístamente mantiene su empleo porque se empeña en trabajar para él y su familia, para pagar la hipoteca de su casa, el crédito del coche, la educación de sus hijos y el resto fundirlo en vicios y placeres mundanos o cual avaro lo ahorra, lo atesora, privándonos al resto de sus riquezas. Ése es el trabajador, en el mal sentido de la palabra, quede claro.
Luego está el trabajador que ha perdido su empleo o que todavía no ha encontrado el primero, que pasa meses, quizás años, buscando un sueldo de “quinientoseurista”, pasándolas canutas semana a semana, sin que lo defiendan ni el Gobierno ni los sindicatos; que se empeña en no evaporarse de las listas y estadísticas del paro con lo cual perjudica notablemente la imagen de España y su Gobierno en los foros internacionales. Ése es poco menos que un elemento antisocial de los del 1984 de Orwell. Es el parado, también en el mal sentido de la palabra.
Pero, menos mal que Zapatero nos ha descubierto que queda esperanza para España. Desapareced de las listas y acercaos a mí los del nuevo concepto, ha dicho. Vosotros sois el futuro, la generosidad y la solidaridad bien entendida. No sois trabajadores codiciosos, tampoco incómodos haraganes en el paro. No, vosotros que os habéis apuntado, voluntariamente o no, a un curso que ya veremos si os sirve para algo, sois la nueva estirpe de este pueblo. Los trabajadores por el país.
Está claro que no hay Rafa Nadal que valga. Fuera los individualismos, los modelos sociales tradicionales, el afán por prosperar. Tenemos nuevo modelo, el trabajador por el país. Zapatero dixit.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Cabaret y Surrealismo

La próxima huelga general de finales de septiembre, si no se suspende antes, amenaza con convertirse en uno de los mayores espectáculos de la historia, entre el surrealismo y el cabaret. La foto del cartel es el ya millonario Chikilicuatre al que apadrina el multimillonario Buenafuente y a los que promueve el marxista mega-multimillonario dueño y señor de La Sexta, Jaume Roures. La campaña publicitaria, una serie de diez “spots”, de los cuáles ya se han emitido tres, en la que los argumentos más concienzudamente elaborados consisten en hablar de esclavos y cabrones. Y la justificación de la huelga, ni se sabe.

En el París previo a la guerra de 1870, nació el mítico “Folies Bergère” que ya cuenta 140 años de existencia, el más clásico entre los clásicos cabarets de la capital francesa, a los que tan castizamente en España se agrupó bajo aquél epígrafe del “París bien vale una misa” y que tantas veces fue recreado por la pléyade de pintores impresionistas. Sólo dignos de su escenario son los “ágiles” giros de cintura y el bamboleo de caderas que Méndez y Toxo realizan para explicarnos por qué hay que hacer una huelga general (concepto revolucionario y golpista, también del XIX) que es contra el Gobierno pero menos que contra la oposición y que no pide medidas para fomentar el empleo o mejorar su calidad, sino que se limita a insultar de manera generalizada a los empresarios, desde los más grandes hasta los más pequeños; y también a la inteligencia del conjunto de los trabajadores y de los parados.

El surrealismo, que define, también en la capital francesa, André Breton en el Manifiesto de 1924, a partir de la confluencia de sus propuestas intelectuales y las derivadas del dadaísmo nihilista de Tristan Tzara, pretendía asociar el arte y las más recónditas partes del intelecto sin la participación intermedia de la razón ni de la censora conciencia. Que Méndez y Toxo, quienes en su vida han creado un puesto de trabajo, aunque cierto es, han liberado a unos cuantos de tener que trabajar para ganarse la vida, encabecen esta convocatoria contra todos y contra nadie, que busquen convencernos de aquello de lo que ni ellos están convencidos, que nos tomen por idiotas con una serie de anuncios insultantes, insufribles e insulsos; y que además pretendan tener éxito y que los sigamos en su baile, es como mínimo para que se lo hagan mirar.

En los siguientes vídeos promocionales sólo falta que Méndez y Toxo nos bailen el Cancán al ritmo de una de las brillantes interpretaciones musicales de Roberto Chikilicuatre. Después, aunque la huelga fracase, siempre les quedará Eurovision. No descartemos que lo hagan. Enfin, C’est la vie!

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La barbacoa

No tengo a Óscar López por un torpe, aunque algunas torpezas ha cometido ya en su carrera hacia las próximas elecciones autonómicas. Quiere ganar a Herrera con frescura y no se le ocurrió en su día mejor cosa que empezar su andadura oficial subiendo a una montaña a muy temprana hora y claro, con él tuvieron que subir los periodistas. Ya allí se ganó algunas enemistades. No habrá sitios para empezar una campaña y en cuanto a la hora, la palabra madrugar es una de las malditas en el diccionario de los periodistas, acostumbrados a jornadas que se prolongan hasta altas horas de la noche en infinidad de ocasiones.


Le recriminan, un día sí y otro también desde las filas del PP que quiera ser presidente de los castellanoleoneses estando censado en Madrid y ésta es otra de sus torpezas cometidas, aunque a mí no me parezca tan grave, pues lecciones de paracaidismo electoral pueden darlas por igual los dos partidos mayoritarios con ejemplos y ejemplos. Son de esas cosas que permite el hecho de que la designación de los candidatos se haga por pequeños grupúsculos que se han hecho con el poder en cada fuerza política y no por las bases de militantes y simpatizantes.

Ahora, eso sí, la última es que ha sido de traca y merece que ruede alguna cabeza en su entorno. Como si un aspirante a presidente, aunque sea de una Comunidad Autónoma donde le falta mucho para poder ganar, pudiera permitirse no tener claro que las leyes son para todos. No se les ocurrió mejor cosa a los de su caravana de “maillots” ajustados (algunos demasiado ajustados, a juzgar por las fotos) que celebrar el verano a lo Georgie Dann con la barbacoa. Ya saben, “cómo me gusta la barbacoa”. Claro, como a todos. Pero resulta que está prohibida durante los meses de estío y no por el colesterol o el exceso de grasas que pueda perjudicar aún más la línea de sus acompañantes disfrazados de ciclistas. No, resulta que están prohibidas las barbacoas por el riesgo de incendio y, si hasta los pueblos que están en fiestas durante esos días tienen que olvidarse de tirar bombas y cohetes, no puede ser que ni él ni nadie de los suyos cayera en la cuenta de que la barbacoa tampoco está permitida.

Del desliz el que menos culpa tiene es él, salvo porque como a la mayoría de los designados como líderes, quizás también le apasiona estar rodeado de pelotas que le ríen las gracias, festejan las ocurrencias y apoyan cualquier tontería que se le ocurra. Si Óscar López, al que no tengo por torpe, pretende aspirar a un mínimo plus de éxito sobre el que han tenido sus predecesores en nuestra Comunidad, más le valdría empezar a cambiar caras, cerebros y piernas dentro de su partido. Pero me temo que en lugar de eso, seguirá apostando por irse con la panda, de barbacoa.

domingo, 5 de septiembre de 2010

La existencia de Dios

Stephen Hawking, el físico mundialmente conocido por sus estudios y su actividad de divulgación y acercamiento a todos de las teorías y avances científicos ha reabierto la polémica sobre la existencia de Dios al descartar la creación divina del cosmos. Al margen de lo que pueda tener de argucia de la editorial para generar expectación ante el inminente lanzamiento del libro en el que se contiene el párrafo en el que hace tal manifestación, lo cierto es que desempolva la pregunta primigenia del hombre y con ello levanta una vez más la eterna polvareda en la que física, metafísica y teología no han encontrado aún el punto de coincidencia.

La lucha, unas veces soterrada, otras evidente, mantenida entre ciencia y religión ha sido una constante a lo largo de la historia pero también entre unos científicos y otros. Inmediatamente después de que se haya conocido el nuevo posicionamiento del científico al que la esclerosis mantiene desde hace décadas postrado en una silla de ruedas, todos los periódicos se han apresurado a generar dobles páginas con argumentos y pronunciamientos de eruditos altamente cualificados, a favor y en contra, muchos de ellos con una buena carga de visceralidad y dogmatismo.

Porque no sólo son dogmáticos quienes siguen los dogmas de la Fe, que como nos decía el catecismo, es creer lo que no se ve. También hay dogmáticos de la ciencia en aquellos aspectos que la ciencia aún no ha sido capaz de demostrar sino en la forma de hipótesis de trabajo no verificables o con término más ajustado, no falsables. Hawking no es un dogmático y, sin embargo en esta ocasión, parece ir unos cuantos pasos más allá de lo que pueda ser una aseveración científicamente demostrada.

Hemos oído en alguna ocasión aquello de que hay que ser muy creyente para poderse declarar ateo. Tanta Fe hay puesta en la afirmación Dios existe como en la contraria y es lo cierto que desde que la Iglesia fue civilizándose y entendiendo (aunque no siempre) el conocimiento científico como positivo y no como una agresión, ciencia y teología han podido avanzar pacíficamente por caminos paralelos.

Me sumo a los que creen que somos demasiado insignificantes y con una mente limitada en capacidades y tiempo, como para poder llegar a responder tan pronto a la más grande de las preguntas o para entender que lo Eterno (sea éste Dios, el mismo cosmos o el vacío) no ha tenido origen. A los que piensan que ciencia y teología son perfectamente compatibles ya que al final la respuesta sólo será una y probablemente integradora de ambas ramas del saber. Línea ésta que anticipó otro científico, Louis Pasteur, al afirmar que “un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él”.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Será que Europa es mujer

Anda enfrascado Gadafi, en sus particulares “Vacaciones en Roma”, aseverando que toda Europa debe ser islamizada. El libio, famoso por sus excentricidades y más aún por la pretoriana guardia exclusivamente femenina que lo rodea y protege permanentemente, ha decidido comenzar ese proceso de apostolado con 500 azafatas de todos los tipos de “azafateo” que imaginarse puedan. Es curioso que haya elegido Roma, en la Italia berlusconiana para reunirse con estas quinientas chicas, todas ellas de buen ver. Tal vez el culmen del acierto hubiera sido hacerlo en Villa Certosa, la mansión donde Il Cavaliere se rodeaba de sus belinas y que ahora tiene en venta.

Italia y Libia siempre estuvieron próximas, y no sólo geográficamente, pero esos paralelismos Berlusconi-Gadafi vienen una vez más a demostrar cuan cierto es que los extremos se tocan. Quiere Gadafi islamizarnos a todos, empezando por las azafatas y terminando, imagino, por mineros, camioneros o marineros que, mire usted por dónde, siendo los últimos, pueden convertirse en la reserva espiritual de occidente en la que en su día pensara Unamuno.

En acción no concertada pero sí coincidente, el nada estimulante líder iraní acaba de aprovechar no sé qué para canonizar a la italiana consorte del presidente de Francia, Carla Bruni como “puta francesa” y como quitándole hierro, un día después ha añadido que merece morir. Estos fenómenos de la naturaleza es que aún no se han enterado bien de lo de la Alianza de Civilizaciones… o tal vez es que lo han comprendido demasiado bien y pronto.

Habrá pues que redoblar esfuerzos para ese entendimiento que nuestro Gobierno tanto propugna, en disonancia con el “carca” planteamiento de respuesta que propugnó en su día Tony Blair, la alianza de los civilizados. Claro que puestos a redoblar esos esfuerzos, quizás convendría empezar por nuestro cercano vecino marroquí. ¿Se acuerdan de la obra de teatro de Alonso de Santos, que luego hizo película Colomo y con Verónica Forqué en papel estelar? Entonces era bajarse al moro, ahora es que el moro se nos sube.

El nada democrático rey de Marruecos mantiene la línea de sus ancestros y de vez en cuando suelta un coletazo contra España para conseguir algún objetivo propio. Cuando aún no se conoce con exactitud su grado de implicación, por acción u omisión, en el 11M, lleva semanas hostigando a la españolísima Melilla, aunque con menos ímpetu del que ejercitó con el islote Perejil, con la excusa de que las mujeres policías de nuestra frontera maltratan a los suyos… simplemente porque son mujeres y es humillante para ellos que les pidan los papeles o les den órdenes. Eso sí, cuando sus polis arrean, que ellos sí que lo hacen, que se lo digan a los activistas pro saharahuis, o sea, pro justicia y ley internacional, entonces resulta que no pasa nada. Islamizar Europa, dicen, como si Europa no hubiera tenido ya su Edad Media.