sábado, 31 de diciembre de 2022

Mujeres vivas, libres e independientes

 En estos estúpidos tiempos que corren para muchas cosas, habrá quienes consideren síntoma de machismo (o un micromachismo, como dicen los necios que ahora diseñan los nuevos lenguajes de la corrección social y política) decir que es un gran hijo de mal padre y mala madre aquél que le pone la mano encima a una mujer. Y un puñetero hijo de Satanás aquel que diga: la maté porque era mía -o porque nunca quiso serlo-.

Seré machista por decirle a los hombres de cualquier edad y condición, que es fácil utilizar la fuerza bruta, que eso está al alcance de cualquiera con brazos y piernas y un mero músculo en funciones de corazón; pero que hay que ser muy hombre para no usarla en ninguna circunstancia de la vida, cuanto más en el enfrentamiento con la pareja, porque para eso hacen falta neuronas y corazón con alma además de músculo.

El caso es que mientras unos y otros, genérico también de unas y otras (malos tiempos corren cuando hay que explicar lo evidente), batallan por si la violencia es machista, sexista, de género, familiar o cualquier otro nombre que se les vaya ocurriendo, mujeres jóvenes y mayores, solteras y casadas, madres o no, siguen muriendo a manos de sus parejas y, en contra de lo que debería marcar el sentido común y el progreso educativo y en valores humanos, no menos este año que los precedentes.

Tanto es así que saltan las alarmas hasta de quienes piensan que los problemas de fondo se arreglan con frases bonitas, anuncios costosos y pintura en bancos y pasos de cebra como si los que eso hacen fueran niños de patio de colegio o lo que es peor aún, como si todos los hombres o la sociedad completa tuviéramos tendencia a cometer esos crímenes o a usar la violencia. O como ha dicho una parece ser que reconocida mema en televisión, es costumbre de los hombres matar a las mujeres. Solo que nos quieran engañar como a niños o que nos tomen por idiotas incapaces de valorar justamente las cosas justificaría esa norma no escrita en ninguna ley por la cual no se nos facilitan habitualmente los orígenes naturales y culturales de víctimas y asesinos.

Quizás si en lugar de acusarnos a todos los miembros del género masculino de violentos, machistas, agresores o criminales, y en lugar de empeñarse en hipersexualizar la vida de nuestros niños desde la más tierna infancia, se centraran las acciones en aquellos grupos o colectividades en los que los índices de violencia son muy superiores al porcentaje que representan sobre el conjunto de la población, lograríamos atajar un mal que amenaza con disparar el número de víctimas año a año.

Adelantaríamos bastante si en lugar de ciertas idioteces, se hiciera un esfuerzo por educar a nuestros niños en el respeto a los demás, a los referentes culturales de la civilización y a los derechos humanos y si tratáramos de que quienes vienen desde otras culturas asimilen que integrarse es también aceptar los cánones que rigen nuestro modelo de convivencia de corte occidental, humanista e ilustrado. Que el nuevo año nos traiga menos violencia y enfrentamientos y más sensatez.

sábado, 24 de diciembre de 2022

Una propuesta para Zamora

Hace unos días, acompañando a varios representantes empresariales de nuestra provincia, sectoriales y territoriales, tuve ocasión de participar en una reunión en el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en la que pudimos transmitir de primera mano a los responsables ministeriales una radiografía social y económica de la Zamora de hoy y de cómo hemos llegado hasta aquí tras la evolución seguida a lo largo de los últimos lustros. Nada que no fueran los datos oficiales, crudos y duros, del propio Gobierno de España. Nada que no incidiera en lo sustantivo, en la esencial necesidad de que desde todos los ámbitos administrativos se tomen medidas para hacer que la proyección futura que hoy parece inevitable quede a unos años vista solo en un mal augurio no cumplido. Para Zamora en su conjunto y especialmente para nuestras áreas rurales despobladas, envejecidas y a la cola de España en actividad económica.

No fuimos a llorar estérilmente ni a lamentarnos resignados por un presente dramático y un futuro aterrador. Tampoco a exigir levantando la voz, a acusando a nadie o amenazando con movilizaciones, eslóganes o fotos que sin apenas demora se pierden en el viento como el humo de los fuegos de artificio. Fuimos con humildad a intentar poner voz, una voz, a esa Zamora a la que hace tanto tiempo que no se la ponen sus representantes políticos e institucionales a juzgar por los resultados. Fuimos con la convicción que da comprobar que Zamora está a la cabeza negativa de las estadísticas sociales y económicas y a la cola de las expectativas a corto, medio y largo plazo.

Fuimos con la seriedad que caracteriza a los hombres y mujeres de nuestros pueblos y ciudades -capaces de salir adelante durante siglos por inhóspito que fuera el terreno y ausente siempre la abundancia- a llevar las conclusiones de varios meses de trabajo, más intenso en las últimas semanas, que no solo sirvieron para recopilar los datos con los que sustentar y defender la argumentación de una provincia que no puede seguir haciendo las cosas de la misma manera que hasta ahora, sino para sintetizar propuestas concretas, factibles y con efectos directos e inmediatos en el día a día de nuestros hosteleros, transportistas, pequeños comerciantes o autónomos de todos los sectores en una economía tan de subsistencia como es la mayoritariamente existente en Zamora.

Fuimos con la seguridad que da conocer esas cualidades que hacen a los zamoranos capaces de prosperar y triunfar fuera de nuestras fronteras provinciales y a la vez despojados de esas ataduras que tanto nos retienen cuando se trata de avanzar como sociedad que aspira a ganar el presente y conquistar el futuro. Fuimos como iremos a otros despachos y a otras administraciones. A defender lo nuestro y a ponernos a disposición para colaborar en todo aquello que pueda redundar en beneficio de los zamoranos de hoy y de mañana. Sin pretensiones y con trabajo.

Que la Navidad sea solo el preámbulo para un 2023 en el que Zamora y los zamoranos de cada rincón de la provincia prosperen y miren al futuro con la sonrisa que no siempre el presente les ha dado hasta ahora. Feliz Navidad, zamoranoa.

domingo, 11 de diciembre de 2022

Zamora: Cambiar o palmar (y 2)

Aportaba el pasado domingo los datos estadísticos sobre despoblación, envejecimiento, tasa de actividad económica y tejido productivo que revelan la terrible situación de Zamora, situada en el pódium negativo de todos los aspectos que marcan el trágico estatus socioeconómico presente y la desoladora proyección provincial futura.

Aludía como primeros responsables a los gobiernos, presentes y pasados, de España y de Castilla y León que a lo largo de los últimos lustros no han tenido el menor gesto legislativo ni presupuestario con trascendencia suficiente como para alterar significativamente la dinámica de los acontecimientos. De ello estamos al tanto, en una u otra medida, todos los zamoranos aunque por razones meramente ideológicas unos lo achaquen solo a unos y otros a otros. O lo que casi es peor, que estando al tanto nos conformemos mayoritariamente con el lamento de barra de bar el comentario de grupo físico o en redes sociales o íntimamente nos cabree cuando los medios de comunicación nos muestran titulares que al día siguiente ya han caído por el sumidero de la hemeroteca.

Se viene hablando mucho de la discriminación de Zamora frente al privilegio en las cotizaciones a la Seguridad Social logrado por Teruel, Cuenca y Soria como experiencia piloto. Lo que no se dice es que los representantes políticos y sociales de esas tres provincias constituyeron una mesa de trabajo para el estudio de ese tipo de medidas en la que llevan varios años trabajando. Que de ella salió, perfectamente desarrollada, justificada y documentada una propuesta que es la que han llevado a Europa y han conseguido sea aprobada por el gobierno. Que lo logrado no ha sido un maná llegado del cielo europeo o de Madrid, sino la consecuencia y el fruto de un trabajo bien hecho, callado y constante. Justo lo que más echamos de menos de Zamora desde hace bastantes años.

Aquí seguiremos sin soluciones si nos mantenemos en un comportamiento hemipléjico y no asumimos que tenemos que llevar a cabo el mismo cambio de actitud que pedimos a Valladolid o Madrid. Los políticos, poniendo a Zamora por delante de siglas e incluso ideologías. Los representantes empresariales, sindicales y de los autónomos, dejando de ser mera correa de transmisión de intereses ajenos a los de sus representados y de la sociedad zamorana en su conjunto. Cada zamorano, apoyando lo nuestro, a nuestra única entidad financiera provincial, a nuestras empresas y cooperativas; a quienes quieren emprender, crecer o salvar las dificultades económicas por las que en algún momento atraviesan.

Uniéndonos y, salvando diferencias de criterio o personales, dispuestos a renunciar a posturas maximalistas a cambio de aunar suficiente fuerza en las demandas esenciales para ser tomados en consideración y que a quienes solo se preocupan de lo suyo o lo que les indican sus jefes de fuera, no les quede otra que moverse o desaparecer. Y trabajando, trabajando y trabajando para proponer, para justificar, para exigir y para conseguir cambiar el color de nuestro futuro y presente.

domingo, 4 de diciembre de 2022

Zamora: Cambiar o palmar

Los datos que revela la revisión decenal del censo de población y viviendas que realiza el Instituto Nacional de Estadística son tan terroríficos en el caso de Zamora que nos asustan incluso a quienes hemos tratado el asunto en casi una veintena de columnas a lo largo de los últimos quince años.

El talón de Aquiles estadístico para Zamora es el de la pérdida de población. En sus cifras se sintetizan todos los grandes males que nos aquejan. No tener costa marítima es un hándicap en el país del turismo de sol, pero ninguna otra de las cincuenta provincias españolas se aproxima siquiera a la pérdida de habitantes que sangra a la nuestra. De 191.000 a menos de 170.000. Una década, veintidós mil menos. El doce por ciento.

En la aceleración que lleva a esa debacle confluye el envejecimiento de nuestra población. Zamora con 51,06 años de media (el 31% supera los 65 años) es la provincia más envejecida de España, seguida por Orense (50,97) y Lugo ( 50,14 ), lo que va a conllevar que el ritmo de caída se acreciente trágicamente en los próximos diez y veinte años. Confluye también ser la provincia de España con menor tasa de natalidad. En 2021 por cada mil habitantes solo 4,2 nacimientos, el peor dato de las cuatro únicas provincias que no alcanzan los 5 nacimientos por mil habitantes, Orense, Asturias y Lugo nos siguen con datos ligeramente mejores. Por cada diez zamoranos nacidos, fallecieron 37.

Confluye que solo detrás de Orense y Asturias, Zamora sea la tercera provincia de España con menor tasa de actividad, 50,19% lo cual da clara muestra de la inexistencia de un tejido productivo fuerte y competitivo que cree riqueza y genere empleo. Certeza que se refuerza con el hecho de que la franja mayoritaria de los trabajadores por cuenta ajena sean de cualificación baja o media y que casi uno de cada tres zamoranos dados de alta en la Seguridad Social lo sean como autónomos. Es decir, alto nivel de precariedad y bajos ingresos en una economía básicamente de subsistencia. El vamos tirando hasta que muramos del todo.

En un escenario tan negro lo único bueno es que cualquier cosa que se haga, por escasa que sea, será para mejorar. Así debe ser recibida la tramitación y aprobación en el parlamento de la Ley de Institucionalización de la Evaluación de Políticas Públicas que, al menos en teoría, obligará a que todas las decisiones políticas de gestión e inversión deban pasarse por el cedazo del reto demográfico y tener en cuenta los desequilibrios existentes, aunque el que hace la ley suele hacer la trampa. También que la Unión Europea, aún tímidamente pretenda reforzar el desarrollo de las zonas transfronterizas, lo que abarca a todo el oeste provincial, precisamente el más castigado. Pero nada de eso surtirá efectos importantes si desde los gobiernos central y autonómico no deja de ningunearse a Zamora y si nuestros políticos provinciales y sus partidos no pasan del lloriqueo ante la prensa y las fotos ridículas en ventanillas o manifestaciones apresuradas y sin contenido, al trabajo, la planificación de proyectos y propuestas y a plantarse antes sus jefes y jefecillos a cambio de mantener foco, puesto y sueldo.

domingo, 20 de noviembre de 2022

Sin fotos no hay paraíso

La vida en los despachos es cómoda para los cargos públicos siempre que no decidan ponerse a trabajar para intentar avanzar los proyectos que otros hayan dejado iniciados, proyectados o ni siquiera pensados, hasta su ejecución total o hasta un punto en el cual el siguiente ocupante del puesto deba, indefectiblemente, continuar con ello. Es cómoda, tranquila y satisfactoria siempre que se esté dispuesto a no pelear cada día por aquello en lo que se cree o por aquello que necesita la sociedad a la que ese puesto debe representar, defender y ayudar a hacer prosperar. Sea la política o la representación social sectorial, empresarial o sindical.


Porque es siempre en otros despachos donde se toman las decisiones transcendentales para cualquier sociedad. El que una norma diga una u otra cosa, que una partida presupuestaria se dirija a uno u otro fin o territorio no es algo establecido de antemano sino que depende de las decisiones, muchas veces individuales y a veces colegiadas, de aquellos que tienen las competencias, la influencia o el mando en cada campo.


Todo esto, que no deja de ser una verdad de perogrullo, conviene recordarlo de vez en cuando, porque al final si en lo individual nuestro destino vital es esencialmente fruto de nuestras propias decisiones y trabajo, en lo colectivo ocurre lo mismo. Sin trabajo puede haber premio de lotería pero difícilmente logro de objetivos para el conjunto.


El de la política -en su más amplio sentido, que abarca a todo tipo de representación no solo partidista o institucional sino también de organizaciones de ámbito social- es de siempre un campo abonado, atractivo y atrayente para todo aquel que tiene vocación reivindicativa pero parece que cada vez se nutre más de aquellos que la conciben antes que como un campo de trabajo para la sociedad de la que emana y a la que debería servir, como un escenario teatral en el que representar unos determinados papeles. Pesa más que salga la foto en un determinado evento que el fondo o el trasfondo que lo motiva. Pesan más las palabras huecas con mera corteza ideológica que el contenido de lo que se supone que se quiere denunciar, reclamar o promocionar.


En ese entorno, aunque con frecuencia solo se perciba pasado el tiempo, progresan las sociedades cuyos líderes de todo tipo brillan por su trabajo, por su dedicación, profundidad de miras, capacidad de generar proyectos y actuaciones y, sobre todo, ausencia de complejos a la hora de trabajar más y antes que otros en el propio despacho para obtener en esos otros despachos aquello que se necesita, quieren o en lo que creen para la sociedad a la que representan. Así, por ejemplo, hace dos décadas, la ciudad de Zamora se transformó gracias a conseguir ser, junto con Cartagena, la ciudad de España que más fondos europeos per cápita gestionó e invirtió. Así, por ejemplo, tras varios años de estudio, trabajo y propuestas concretas y bien armadas, Soria, Teruel y Cuenca, trabajando en conjunto, han conseguido un estatus de fiscalidad diferenciada, muy escaso aún pero envidiable para provincias como Zamora. Claro que todo esto rechina en un tiempo de redes e imagen, en el que tantos parecen quedarse con aquello de que sin fotos no hay paraíso.

domingo, 13 de noviembre de 2022

¡A la calle! (¿Y en los despachos?)

Quieren, ahora, nuestros políticos provinciales, que salgamos a la calle para acompañar sus vergüenzas, cuando apenas quedan unos meses para terminar unos mandatos electorales fracasados para Zamora. Lo promueven, cuando lejos de impulsar a Zamora reivindicando y partiéndose el pecho ante sus “superiores” políticos por lo que Zamora necesita, han permanecido durmientes y silentes en plena mansedumbre, preocupados de que en su establo partidista y personal siguiera habiendo trigo. En Zamora falta apoyo para la competitividad y sobran excusas. Y falta que quienes pueden hacerlo, den la cara y no que esperen a que salgamos nosotros a lavársela.

Sí, Zamora necesita una fiscalidad diferenciada. No es que la merezca o no la merezca. Eso son meros juicios de valor. La necesita porque todos nuestros datos estadísticos en materia de pérdida de población en los últimos años y nuestros índices de población activa y de ocupación, son los peores de España. Porque pensionistas, funcionarios públicos y autónomos de supervivencia son tan aplastantemente mayoritarios frente a los trabajadores por cuenta ajena en empresas generadoras de riqueza que produce bochorno y angustia. Pero no basta. Necesitamos un tratamiento diferenciado en su conjunto, no solo fiscal, y proveniente de todas las administraciones.

No sirve que el secretario de Estado de Hacienda venga, como hace unos días al “Razones para quedarnos” de La Opinión-El Correo de Zamora, rodeado de los líderes socialistas provinciales -a algunos de los cuales, como Fagúndez, no se les ve más que en estas ocasiones y se marchan enseguida-, a decirnos que tenemos que estar felices de que para otras provincias como Teruel, Cuenca y Soria se apruebe una fiscalidad diferenciada porque si sale bien luego podrá llegar a nosotros. No sirve que se nos diga que las seleccionadas han sido otras provincias porque el parámetro elegido sea uno concreto en el cual ellas sí entran y nosotros no. No sirve que el PSOE provincial agache la cabeza en obediencia a un Sánchez al que no le tiembla el pulso para privilegiar precisamente a los territorios más favorecidos e insolidarios.

No sirve tampoco que quienes ahora nos convocan desde la Diputación: Ciudadanos y PP, hayan dejado transcurrir la legislatura sin conseguir -ni siquiera exigir- a la Junta de Castilla y León por ambos gobernada, el menor trato de favor a nuestra provincia. Privilegiado o de mera compensación frente a lo que a otras se va incluso con fondos europeos que vienen a la región por Zamora o Salamanca y no por las que finalmente los reciben mayoritariamente. Requejo ha descubierto que tenía voz cuando su compañero de partido Igea dejó de ser vicepresidente. Barrios aún sigue afónico.

Saldremos a la calle. Unos se harán la foto con la que atacar a los otros y tapar las propias vergüenzas políticas. Muchos para reclamar para Zamora lo que necesitamos con fuerza y urgencia, confiando en que unos y otros no vuelvan a defraudar sus expectativas. Algunos, con la fuerza de la razón, los datos objetivos y nuestra independencia, saldremos a la calle a decir que seguiremos luchando por Zamora, al margen de obediencias superiores, en cada pueblo y en cada ciudad en los que un solo zamorano quiera pelear por el futuro de todos los nuestros. Los de aquí y los de fuera.

domingo, 6 de noviembre de 2022

El futuro no es hace 90 años

Que la historia siempre la han escrito los vencedores no es novedad del siglo XX sino algo connatural desde el principio de los tiempos de la escritura y aún antes, con la transmisión oral de las gestas de los pueblos y los héroes. Que las guerras civiles son las más cruentas, despiadadas e inhumanas lo conocemos desde que Caín mató a Abel golpeándolo inmisericorde hasta la muerte con una quijada de burro.

Que muchos años después tendamos a ver los acontecimientos pasados con ojos de presente, sin detenernos en el contexto histórico, social y cultural del momento en el que ocurrieron, es uno de los principales males que nos aquejan. En esta sociedad contemporánea, global y tecnológica, la abundancia de información y documentación al alcance de nuestros dedos no evita que destaquen, quizás más que nunca antes, la ignorancia, la superficialidad y la falta de referentes culturales profundos y reales.

Como escribió Ortega “ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral”. El sectarismo con anteojeras aplicado al presente es perjudicial pero aplicado al pasado es sobre todo ridículo y absurdo. Más cuando la experiencia nos ha enseñado reiteradamente que la batalla no debería estar hoy entre la derecha y la izquierda -mero convencionalismo nacido en los inicios de la revolución francesa- sino entre la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos frente al totalitarismo, sea este del color que sea.

La Guerra Civil española fue de fondo el campo de pruebas del enfrentamiento mundial entre ideologías liberticidas, demasiado emparentadas como para que el choque no fuera fratricida. Refugios en auge para las masas tras un primer tercio del siglo XX de transformación y convulsión social y económica. El fascismo de Mussolini procedente del socialismo marxista italiano y el nacionalsocialismo de Hitler, frente al comunismo de Lenin, Marx y la internacional socialista buscando llevar la revolución a toda Europa. Fue también el campo de muerte en el que los españoles resolvieron una crisis de identidad arrastrada desde la debacle de 1898 con la descomposición social de una nación trufada de contradicciones, que pasó de la noche a la mañana de creerse el imperio que ya no era a perder la autoestima que debería acompañar siempre a un pueblo capaz de haber logrado algunas de las más importantes gestas de la historia.

En ese contexto debería entenderse que muchos de los que ayudaron a implantar la república tras unas meras elecciones municipales en las que ni siquiera resultaron ganadores los partidos pro-república, protagonizaron después, con similar exaltación unos: anarquistas, comunistas y socialistas con honrosas excepciones como Julián Besteiro frente a otros como Largo Caballero- el golpe revolucionario del 34 o la escalada violenta del 36 que pretendía conducir hacia la dictadura comunista auspiciada por Stalin; y otros el alzamiento militar que tras tres años trágicos condujo a cuarenta de dictadura.

Gente de bien hubo en ambos bandos, asesinos también. Todos hoy ya están muertos. Descansen en paz o en el infierno. Quien los utiliza para dividir nos traiciona a todos.

domingo, 30 de octubre de 2022

Enmienda a la totalidad

Acostumbrarse a la decepción no puede ser opción para los zamoranos. Disfruté el viernes escuchando a dos jóvenes, Saúl Furones e Irene Barahona negándose a rendirse y animando a cambiar el presente para conquistar el futuro. Fue en la tercera edición del foro “Razones para quedarnos” de La Opinión El Correo de Zamora.

Furones, con precisión y con la visión de quien contempla Zamora desde la cercanía del corazón y la distancia geográfica que da vivir y trabajar en Dublín, y Barahona, consciente de que vivimos un mundo más global que nunca y en plena transformación, completaron en apenas unos minutos un diagnóstico socioeconómico de la provincia que, no por evidente, termina de ser asumido por los zamoranos ni se encara por políticos y agentes sociales. Lo acompañaron con una breve síntesis de por dónde hemos de ir para romper la inercia que nos mantiene a la cabeza de todo aquello que provocó que -en la otra gran y destacable intervención de la jornada-, el director general de Caja Rural, Cipriano García incluyera en sus dos muy conscientes primeras frases, las palabras: “desesperación, urgente, salvación, crítico, desolador y trágico”.

Furones recordó que, a diferencia de otros territorios despoblados de Europa con los que se nos compara frecuentemente, aquí sí hubo gente y todas las políticas deben ir encaminadas a hacer que vuelva a haberla y no sigamos cayendo cuando estamos ya en la mitad de nuestro máximo histórico provincial. Barahona puso el énfasis en la esencia misma de la transformación tecnológica y vital del siglo XXI, hoy es más que nunca antes, necesario estar conectados con las grandes ciudades, ya no de España sino del mundo, pero hoy es menos necesario que nunca vivir en esas grandes ciudades. Como algunos venimos defendiendo hace tiempo, incluso en programas electorales, esto abre una gran oportunidad para la provincia de Zamora, como hace siglos que no teníamos.

Reclamó García el lanzamiento de un plan de rescate que, como defendieron los dos economistas participantes y en contra de lo postulado por el secretario de Estado de Hacienda -que vino aquí a decirnos que las crisis riman (aún estoy tratando de averiguar qué quiso decir con eso) y que nos alegremos si las cosas a otros les van bien aunque a nosotros no- incluya fiscalidad diferenciada, privilegiada para la provincia con peores parámetros de evolución socioeconómica. Con acciones que intervengan favorablemente en todos los tributos que gravan actividades productivas y renta personal de quienes aquí vivimos. Tampoco sirve que el consejero de Presidencia de la Junta, ya vemos uno de gobierno PSOE-Podemos-IU y otro de PP-Vox, nos exponga los presupuestos generales de la Comunidad pero no pueda contestar a la pregunta de la directora de este periódico de por qué fondos que sobre todo tendrían que estar destinados a Zamora se quedan en otras provincias más ricas y desarrolladas.

De nuevo, los políticos de fuera y sus serviciales delegados de aquí, muestran y demuestran que no hay salida para Zamora si nos resignamos y no agitamos el árbol. Si seguimos anclados al pasado sin una enmienda a la totalidad frente a lo que nos lleva al abismo. Como sintetizaron nuestros jóvenes y cerró su intervención el directivo de Caja Rural, si no luchamos de corazón por Zamora.

domingo, 16 de octubre de 2022

¡Quédate conmigo! Y con Zamora

Ayer celebrábamos el Día Internacional de las Mujeres Rurales. Mañana lunes en esta Zamora que tanto debe a nuestras mujeres rurales, probablemente en el mejor museo Etnográfico de Europa, participo en la presentación del libro de un zamorano ejemplar por su éxito empresarial, su orientación de servicio social y su calidad humana, Javier Benavente.

Javier, quien desde sus más humildes orígenes en Vega de Tera fue capaz de fundar la que se convertiría en la mayor empresa española en su sector, para llegar a facturar trescientos millones de euros al año, recuerda en lugar preeminente cómo sin marido, su madre Paca lo sacó adelante, con dos vacas, un carro y un arado primero y viendo que con eso no bastaba, emprendiendo la aventura de abrir una pequeña tienda de comestibles que terminó siendo también bar, ferretería y de todo un poco.

En su libro benéfico a favor del programa “Ilumina una vida”: “¡Quédate conmigo! 20 claves para enamorar a tus clientes”, prologado por el presidente de CEOE Antonio Garamendi y partiendo de su experiencia biográfica, el también presidente de Fundación Alares y presidente de honor de la Fundación para la Diversidad navega por los océanos que se encuentran los emprendedores a la hora de sacar sus proyectos adelante con veinte claves que a modo de vientos favorables permitirán arribar al puerto de destino. Eso sí, a partir de la premisa fundamental para quien superó la experiencia de dos meses en coma, más al otro que a este lado de la frontera infinita: lo más importante son siempre las personas

Como lo son en nuestro mundo rural. Especialmente las mujeres. En la fijación de población. En la sostenibilidad demográfica. En la modernización de los servicios y de las ideas fuerza. También en Zamora tenemos hoy a extraordinarias mujeres luchando por cambiar nuestra paupérrima situación. A pesar del olvido de los de fuera, reiterado año a año en los presupuestos públicos. A pesar de la desidia y la inacción de los de dentro en puestos y cargos, más preocupados por su presente que por el futuro de Zamora y los zamoranos.

Cientos de esas mujeres nos redimen en nuestros pueblos. Me quedo hoy solo con dos ejemplos en pueblos que me son íntimamente muy cercanos. En el de mi padre, Fariza, María José Silvo, de profesión y vocación pastora. Y valiente, atrevida y echada para adelante. Capaz de plantarse para defender lo suyo y de tirar de los demás para pelear lo de todos. En el de mi madre, Alicia, quien después de recorrerse trabajando y estudiando media España y llegar hasta la Polinesia francesa, decidió que lo que de verdad quería y donde iba a ser feliz era en su bar y casa de comidas La Tortuga, en Torregamones, que empieza a ser un fenómeno social en la parte del Sayago más fronterizo. Dos ejemplos sencillos, como son las mujeres rurales a las que nadie he regalado nada, firmes y estoicas como la encina. Sabemos que el presente es malo, pero con ellas, como con Javier Benavente comprendemos que no siempre ha sido ni tiene por qué ser así. Tuvimos un mejor pasado. Apostemos por un mejor futuro.


domingo, 9 de octubre de 2022

Empleo y emprendimiento

La exitosa celebración esta semana de la quinta edición de la Feria del Empleo y el Emprendimiento marca el camino de una iniciativa que, como bien apuntó el presidente de la Cámara de Comercio -organizadora con la Junta de Castilla y León-, Enrique Oliveira debe mantenerse y potenciarse para próximos años. Así debe ser y, añadiría para ambos organizadores, con especial énfasis en lo que se refiere al emprendimiento.

El estímulo de la acción emprendedora es la asignatura siempre pendiente en una sociedad como la zamorana y en conjunto la de Castilla y León, tan dada a que todos los padres insuflen a sus hijos la idea del trabajo por cuenta ajena y, a ser posible, el sueldo fijo de la administración pública y en la que la aversión al riesgo está tan acendrada que se mira con ojos de loco, cuando no directamente de sospecha a quien osa emprender un negocio, una actividad económica o un proyecto más o menos complejo de inversión. Lo he escrito más veces en estas páginas, mientras no mudemos individualmente esa piel social es muy difícil que podamos salir colectivamente adelante y alcanzar las metas que el mundo en transformación en el que vivimos pone hoy a nuestro alcance, inesperadamente con más facilidad que nunca antes.

Paradójicamente y a pesar de lo dicho en el párrafo anterior, Castilla y León y por delante la provincia de Zamora, encabezan el ranking de porcentaje de autónomos sobre el conjunto de ocupados tal y como exponíamos hace unos meses desde CyLCAE. Sorpresa solo relativa si tenemos en cuenta que no deja de ser síntoma representativo de la provincia con menor tasa de población activa y una de aquellas en las que menos oportunidades existen de trabajo por cuenta ajena, dadas las carencias de un tejido productivo en el que son muy pocas las empresas de un cierto tamaño que permiten a nuestros jóvenes incorporarse al mercado de trabajo con garantías de proyección y continuidad.

Clave también para el cambio de modelo productivo en nuestra región es que las administraciones públicas y las instituciones camerales y empresariales vuelquen su mirada hacia el territorio incómodo, las pequeñas y muy pequeñas empresas y hacia las dificultades y necesidades de los autónomos, con y sin empleados, que cada día se ven obligados a afrontar una travesía en la que tanto impuestos y cotizaciones sociales, como normativa y controles administrativos los tienen en la diana, no de su enorme e insustituible aportación social sino de la sospecha permanente y la traba constante.

Es muy fácil potenciar a las grandes empresas. Es más cómodo tener unos pocos interlocutores con los que tratar, a los que seguir, aplicar las normas o con los que negociar los cambios. Es muy gratificante representar a las grandes empresas que tienen medios y nombre para organizar eventos o captar las subvenciones. Pero quienes de verdad necesitan del apoyo en la creación y durante toda su existencia son quienes suponen más del ochenta por ciento de los empleos del sector privado en zonas urbanas y en el campo. Los que, en definitiva, crean riqueza y sostienen sociedad y territorio.


domingo, 2 de octubre de 2022

Gritan ¡libertad!

Las mujeres iraníes se han puesto a la cabeza de la revolución contra la involución permanente de los ayatollahs medievales. El asesinato de la joven Mahsa Amini el pasado 16 de septiembre a manos y en una comisaría de la Policía de la Moral ha desencadenado la generalización de esperanzadoras protestas por todo el país. Su delito, no llevar bien puesto el velo que testimonia la opresión de un régimen teocrático, machista y denigrante. Un crimen más contra la libertad y la vida de los cientos que ejecuta cada día una policía cuya misión es actuar contra aquellas mujeres que no llevan velo, lo llevan mal puesto o incumplen cualquier otra norma sobre vestimenta.

De este nos hemos enterado porque una periodista valiente y comprometida, que lo está pagando en la cárcel, lo publicó en un periódico iraní y eso desató las protestas. Del resto de casos que a diario se producen apenas nos llega nada. Tampoco nos llega demasiada información -no interesa al consenso “progre” periodístico ni político- salvo por redes sociales, de las manifestaciones en que miles de mujeres se quitan los velos y los echan en las hogueras mientras arriesgan su vida y gritan pidiendo libertad.

En occidente mientras tanto, la mal entendida corrección política lleva a la Unión Europea a lanzar una campaña convirtiendo la sumisión del velo en signo de empoderamiento femenino como ejercicio de libertad. Como si no hubiera, agujereando el continente por mil sitios, barrios enteros en los que la ley islámica se aplica más que la de cada Estado, en los que la policía procura no entrar y en los que no se acude a la justicia sino a la mezquita del islamismo fanático para resolver las contiendas. Poco infierno tenemos para el que merecemos.

En Cuba los cubanos llevan tres días en la calle, valientes y decididos contra los comisarios políticos, contra las fuerzas represoras y matarifes de la satrapía comunista que lleva pisando sus cabezas bajo la bota militar y tiránica. La pasión liberticida del comunismo solo ha sido igualada sin excepción, allí donde se ha puesto en práctica el marxismo, por la inevitable debacle económica que el socialismo acarrea. Privados de todo, salvo de la alegría, el coraje y la dignidad individual de quienes no han querido convertirse en chivatos, tras casi setenta años de castrismo, un apagón eléctrico general en la isla ha sido la gota que ha colmado el vaso de la resignación de quienes no han podido huir aún.

Gritan libertad, mientras hacen retroceder a las fuerzas de la opresión, pero no será fácil. Otras veces ocurrió y el tirano, apellídese Castro, sea Fidel o Raúl, o como ahora intentará Díaz Canel, supo volver a enjaular a su pueblo ante la comprensión inicua de occidente y especialmente de buena parte de la intelectualidad pese a los testimonios vitales de Reinaldo Arenas, Lezama Lima, Cabrera Infante o Zoé Valdés. No nos lo cuentan mucho pero en Cuba como en Irán se juega su libertad y también la nuestra. Los hermanos cubanos y las mujeres iraníes son, hoy y ahora, lo mejor de este mundo global en cambio y transformación, aún no sabemos bien hacia dónde.


domingo, 25 de septiembre de 2022

Caja Rural. De nuevo y como siempre

Pues sí, como cada año, es el Director General de Caja Rural el que viene a poner los puntos sobre las íes respecto del presente y el futuro que se atisba para la provincia de Zamora. En sus palabras, como este pasado viernes hacía una vez más, condensa los buenos resultados de una entidad bien gestionada y los malos datos y peores perspectivas de la realidad social, económica y demográfica de una Zamora que, por mucho que repitamos que se desangra, no conseguimos que aquellos a los que les corresponde, tomen cartas en el asunto.

Caja Rural de Zamora -y León, Orense, Valladolid y también, de manera incipiente, ya Madrid- con una plantilla implicada con el proyecto y con un código genético apegado a la tierra de la que vive, a lo pequeño, humilde y sencillo; lejos de los artificios financieros, sociológicos y políticos de las grandes entidades, se ha venido ganando año a año el calificativo de entidad ejemplar. No sin dificultad, en esta España en la que los poderes institucionales pretenden concentrar todo en unas pocas manos para favorecer la supervisión y el control -en todas las acepciones de la palabra-, Caja Rural de Zamora encabeza el ranking de fidelidad a los objetivos para los que nacieron las Cajas de Ahorro y las Cooperativas de Crédito. Sin renunciar en cada ejercicio a mejorar resultados económicos, ganando en solidez, tamaño, rentabilidad y solvencia.

En el otro platillo de la balanza, Cipriano García apunta a esas pequeñas-grandes cosas que son tan obvias que uno siente rubor cuando se pregunta por qué esas ideas fuerza caen siempre en terreno baldío mientras representantes políticos, sociales y empresariales prefieren apartarse para que no les salpiquen con la evidencia de los datos, los números y las estadísticas.

En el año de la ruptura de Zamora 10, apelar a la unidad de esfuerzos era obligado, aún sabiendo que el mensaje será tan fervientemente aplaudido como rápidamente olvidado. En el último año completo de mandato de nuestros políticos locales y provinciales, llamar a intensificar esfuerzos para reclamar para Zamora lo que a Zamora debe corresponder, aún a riesgo de tener que enfrentarse a sus propios correligionarios de administraciones superiores, es casi una exigencia moral ante la que los aludidos agachan la cabeza, miran para otro lado, esperan a que despeje y la varita mágica de sus superiores vuelva a tocarlos para puesto y sueldo. En el año de nuevo comienzo de mandato autonómico y de preparación de la recta final de la legislatura nacional, recordar la tragedia de los incendios por políticas alejadas de la realidad de nuestro mundo rural o la carencia de medios para mejorar las condiciones de vida en nuestros pueblos o la ausencia de apuesta verdadera por mejorar la competitividad y el atractivo de nuestro territorio es algo tan de agradecer que irrita que a quienes corresponde nada hagan al respecto.

Claro que, como cada año, de nada servirán estas palabras y de muy poco las acciones de Caja Rural y su máximo dirigente, si el conjunto de la sociedad no nos sumamos en la exigencia de que los demás asuman el cumplimiento de sus responsabilidades.


domingo, 11 de septiembre de 2022

La pirámide de los tontos

Tras varias décadas de seguimiento de la política española uno va pensando que ya lo ha visto casi todo y que nada puede ya sorprender. Pero de vez en cuando aflora un descubrimiento que tira por tierra tales convicciones y demuestra que, igual que la realidad siempre consigue vías para superar a la ficción más surrealista, nunca deja de haber espacio para que la sorpresa te deje pasmado en el ámbito político.

El filósofo Gustavo Bueno acuñó la expresión “pensamiento Alicia” para adscribirla a la forma de pensar, manifestar sus pensamientos y actuar del presidente Zapatero. Un pensamiento básicamente infantil que convertía a Bambi en categoría filósófica, buenista hasta el empalague y el absurdo y sobre todo vacío hasta el límite. Marcar la ceja y devolver la sonrisa fueron sus más atractivas propuestas antes de convertirse en embajador de putrefactos dictadores o candidatos a serlo hispanoamericanos.

Pero si sus ocurrencias parsimoniosamente leídas relativas a una imposible y nunca existente alianza de civilizaciones o aquella frase famosa por vana de “la tierra no es de nadie, solo del viento”, parecían el culmen de la tontería, la llegada al gobierno de España de Pablo Iglesias y sus acólitos comunistas nos vino a demostrar que Zapatero no era el único no menos malo que tonto que nos íbamos a encontrar.

Lo de Yolanda Díaz esta semana, con su movida de la limitación de precios de los productos básicos y que ha terminado convertida en simple anuncio de una multinacional francesa de la distribución es otra de las etapas cumbre de la siempre acechante conjura de los necios. Sabiendo o ignorando -para el caso es lo mismo-, que es ilegal la fijación de precios en ese tipo de productos, la ministra de Trabajo, que tampoco tiene competencias para ello, anunció -como suele hacerlo, dando por hecho que ya era una realidad sin existir siquiera un borrador- que los españoles podremos comprar nuestros productos básicos de consumo por un precio bajo y limitado.

Carrefour que vio la oportunidad lanzó su campaña de treinta productos por treinta euros. Entre miles de referencias en sus estantes tampoco debió costarle mucho esfuerzo ni tuvo que reducir precio alguno para presentarlo. Que la ministra que más habla y menos dice, la gran esperanza roja para la izquierda, viera la oportunidad de hacerse la foto con el gran capitán del gran capital de los hipermercados fue cuestión de horas.

Así que foto al canto con el jefazo de Carrefour en España animándonos a ir a comprar a esa cadena los mismos productos, con no mejor calidad y a no menor precio que los podemos encontrar en nuestra tienda del autónomo de proximidad o el supermercado del barrio a los que, como convencida militante comunista, de la mano de Sánchez cose a impuestos y cargas sociales (en Zamora los suyos y de Guarido hasta les ahuyentan la clientela destrozando la zona centro de la ciudad).

La foto es la foto y los tontos tontos son. Unos en la cúspide, vanidad y vacío, y otros en la base de la pirámide sosteniendo las políticas que nos aplastan.


domingo, 28 de agosto de 2022

Solo sí era sí, también antes

Que sólo sí es sí, porque hasta ahora en determinados ámbitos de la izquierda urbanita de este país al que no osan llamar España para no contaminarse de no sé qué fascismo, “no” significaba espérame en el baño refrescándote, que ahora voy, sobre todo si eres mi jefe o mi profesor universitario. O algo así.

Ellos mismos, ellas mismas, intentan comer el coco a la sociedad con el descubrimiento del “consentimiento” como piedra angular para diferenciar las relaciones consentidas de las forzadas. Lo cual resultaría sonrojante -quizás habrá que ir dándole nuevas acepciones a este término que ya derivaba de rojo antes de que este color fuera, en sí mismo, un concepto ideológico en esta España en la que dominantemente preside bandera, fiesta nacional y hasta los vestidos de faralaes-. Sonrojante si no fuera porque legiones de papagayos periodísticos y sociales que viven en o de la secta, se dedican a difundirlo como si fuera verdad que hasta ahora el consentimiento no era ya el pilar fundamental para tipificar los delitos de índole sexual.

Son más malos que tontos -aunque de unos y de otros haya en todo el espectro ideológico-, previendo que algunos dijéramos que el consentimiento ya era clave, que romper el principio esencial y sagrado del derecho penal, que no es otro que la presunción de inocencia es atentar contra la base del Estado de derecho, y que esto puede tener, como precedente, graves consecuencias a medio y largo plazo en otros aspectos que afectan a la libertad individual y a la seguridad jurídica, corren a poner la venda antes de la herida y a decir que algo tendremos que ocultar los que nos oponemos a una ley que concentra a partes iguales buenismo Peter Pan y totalitarismo.

Acusar al de enfrente de que algo tendrá que ocultar para no estar de acuerdo con cualquier ley “que es tan buena para todos que nadie en su sano juicio o que no sea un malvado puede oponerse a ella”, es el mismo argumento de defensa que utilizan en los regímenes totalitarios los que defienden la delación y la presencia de comisarios políticos en todos los ámbitos de la vida social e incluso familiar. Los que, por sometimiento al dictador de turno, defienden que la tortura o la prisión sin garantías judiciales son buenas para evitar que los malos hagan de las suyas. Pero olvidan, inconscientemente algunos, otros muy conscientemente, que cuando el Estado de derecho quiebra, todos somos susceptibles de ser considerados buenos o malos de manera arbitraria.

Y eso es lo que el engendro de ley del sólo sí es sí trae aparejado, arbitrariedad, falta de seguridad jurídica y quiebra del Estado de derecho. Mientras tanto, las violaciones y otros delitos de índole sexual se multiplican por causas que nada tienen que ver con el sólo sí es sí y ante las que el gobierno prefiere mirar para otro lado y, cada vez que se han pretendido agravar las penas para estos y otros delitos, los mismos que ahora vociferan a favor del cambio legislativo, se han opuesto, por aquello de que piensan en el fondo -aunque las generalizaciones sean siempre injustas- que el delincuente no es malo per se, sino una víctima de una sociedad injusta.

domingo, 21 de agosto de 2022

Inflación: El impuesto más injusto

Todavía hay quienes, incluido el gobierno socialista-podemita, que ante subidas de precios disparadas como las que estamos viviendo en estos meses, defienden que no hay de qué preocuparse. La solución es fácil, nos dicen con cara sonriente y burda mentira o ignorancia: que se suban los salarios. O, como el hermano del ministro Garzón, que va por ahí defendiendo el siempre fracasado sistema económico marxista: “es solo cuestión de imprimir más dinero y asunto arreglado”.

La imbecilidad de esos argumentos es tal que llevaría a la risa de no ser porque de todos los impuestos que las políticas públicas instauran frente al ciudadano y la sociedad productiva, la inflación es el más injusto o, como se viene llamando ya desde los inicios de la conocida como escuela de Salamanca del pensamiento económico, el impuesto a los pobres, ya que es a los grupos económicamente más vulnerables, a los que con más fuerza golpea y destruye.

Las espirales de precios afectan más a los individuos y familias que menos tienen porque inciden más duramente sobre bienes de primera necesidad en los que gastan una proporción de su renta notablemente más elevada que las rentas altas. La cesta diaria de la compra, el alquiler o la cuota de la hipoteca de la vivienda habitual y la factura de consumo de los servicios y suministros de primera necesidad se llevan una buena parte de la renta disponible de las familias con menor poder adquisitivo. Según un reciente estudio de La Caixa, estos hogares con rentas medias y bajas concentran el 13% de su gasto en alimentos y otro 20% aproximadamente en vivienda, gas, electricidad y calefacción. Por el contrario, estos gastos representan menos del 10% y del 5%, respectivamente, en el caso de los hogares con mayor renta. En total el 33% de media (poco me parece) frente a menos del 15%.

Del mismo modo ocurre con los sectores productivos, en los que los pequeños productores agrícolas, artesanales o pequeña industria no pueden hacer frente a la factura para la compra de las materias primas o, como estamos viendo, a la propia factura energética, con lo cual, si no pueden llegar a producir, en nada les puede compensar que el precio de venta pudiera ser mayor por causa de la misma inflación. De ahí al cierre el paso es muy corto. Más en una situación como la actual en la que la subida de precios no viene determinada por el crecimiento de la economía y la renta personal, con el consiguiente incremento de la demanda de consumo, sino al revés, por la caída de la oferta de bienes y servicios fruto de la suma de los últimos coletazos de la crisis precedente al Covid, la paralización del comercio mundial por la pandemia y los efectos de la guerra de Ucrania y la coyuntura internacional.

Si a ello le sumamos un gobierno injusto, incompetente y sectario, empeñado en seguir subiendo los impuestos de manera directa e indirectamente por el efecto de la propia inflación sobre la recaudación, tendremos el desastre económico y para el empleo que nos espera a pocas semanas vista. Sin que para preverlo haya que ser adivinos.

domingo, 14 de agosto de 2022

Callejón sin salida

En el fin de semana con más fiestas en la provincia de Zamora. Con más población en todos y cada uno de nuestros pueblos y ciudades. En el fin de semana en el que después de los últimos años de pandemia, miedos y ausencias, los que quedan y los que vuelven se reencuentran y se abrazan y celebran la vida, la amistad y los orígenes, quizás no esté de más aprovechar la audiencia inusitadamente alta para estos lares y dar un nuevo aldabonazo en la puerta de entrada de las casas de nuestros pueblos que no es otra que la puerta de nuestras conciencias e historia.

Especialmente sensibles este año, por ser el de los incendios más trágicos y destructivos que se recuerden y por los que, aunque solo fuera por estética -hablar de ética quizás sea demasiado pedir-, deberían nuestros políticos regionales y nacionales habernos entregado alguna cabeza a modo de desagravio si no de ofrenda porque sigamos callados, siempre resignados y sobre todo votándoles para su bien y nuestra decadencia mientras nuestros montes se queman.

Claro que por qué nos iban a entregar PP, PSOE alguna cabeza o a exigirla los recientemente acomodados de VOX, darnos alguna explicación, otorgarnos alguna ventaja, tras la fatalidad de los incendios si nada pasa para la inmensa mayoría de los zamoranos tras el incendio demográfico que año tras año arrasa el presente y futuro de una provincia tan acostumbrada a estar a la cola. Si a los zamoranos lo único que les incomoda es que alguien, en el ámbito que sea, no sólo político, también empresarial, artístico o social, haga o diga las cosas de forma distinta, con perspectiva de vanguardia, con mirada global, con valor para dar el salto al futuro sin aspirar a ir pasito a pasito, detrás siempre del resto de territorios y a años luz de aquellos más avanzados, más prósperos y mejor enfocados hacia el futuro.

Es nuestro destino no sorprendernos ya por tener, sistemáticamente, los peores datos socioeconómicos de España. Los que estamos aquí lo tenemos asumido. Los que emigraron y son reivindicativos en sus territorios de acogida son silentes en lo referente a Zamora. Unos y otros lo damos por supuesto, total no somos los únicos. Formamos parte de algo más amplio que ahora, los mismos que no nos privilegian y siguen castigándonos, llaman la España Vaciada. En la cual ya no somos Zamora sino una amalgama informe de gentes y territorios al alcance de su utilización, electoral una vez más, por los mismos que buscan que sus representantes aquí sean simples mantenedores de la mansedumbre y feroces atacantes de cualquiera que pretenda moverse o mover algo más que la cabeza para asentir o las manos para aplaudir a unos líderes que solo son jefes, no conductores sociales.

¿Pesimismo? No. Estamos en fiestas, en reencuentros, en meriendas sin barbacoa y en “no quiero pensar en nada malo”, que bastante crudo tengo ya el resto del año en Madrid, Cataluña o el País Vasco. O ahí al lado, en Valladolid o León, que no están muy bien pero siempre reciben bastante más del salario de los pobres que cae, alguna que otra vez, en Zamora.

domingo, 7 de agosto de 2022

Meta (infeliz) verso

Los grandes artífices de esa nueva ventana al mundo, religión, droga o esclavitud que son las redes sociales, trabajan para llevarnos un paso más allá. Que como Alicia atravesando el espejo, entremos en ese universo virtual con apariencia realista, bautizado “Metaverso” y que se describe como “entorno en el que los humanos interactúan e intercambian experiencias virtuales mediante el uso de avatares” (simulaciones figuradas del humano real), “en un ciberespacio que actúa como metáfora del mundo real pero sin tener necesariamente sus limitaciones”. Suena a ciencia ficción o a juego de ordenador pero va mucho más allá. El avatar deja de ser representación para convertirse en realidad paralela si no en la realidad principal.

¿Exagerado? No tanto. No olvidemos que para quienes viven de crear técnicas de control social es mucho más cómodo y económico recabar todos los datos sobre nuestra forma de ser y nuestros comportamientos a través de una puerta informática en la que nos volcamos y entregamos nuestra intimidad que consiguiéndolos de nuestra actividad en el mundo real. Estamos, sí, unos pasos más cerca de la servidumbre y unos cuantos más lejos de la privacidad y la soberanía del libre albedrío.

Antes de que eso llegue ya estamos inmersos en una telaraña de redes sociales que nos atrapa y mantiene en un entorno tóxico. Diseñadas para ser adictivas. Se ha comprobado que con cada respuesta positiva tras publicar un selfie o una entrada, se activa la parte del cerebro que busca el placer, segregando una dosis extra de dopamina. ¡Euforia! De ahí esa sensación que nos conduce a la búsqueda de una atención constante hacia nosotros o nuestras vidas por parte de gente a la que apenas conocemos ni nos conocen. Además los algoritmos que las rigen no se conforman con captar nuestra información más personal y reservada sino que basándose en ella anticipan qué es lo que se supone que nos gustaría y nos llevan, guiados por el casi invisible hilo de Ariadna, no hacia la salida, sino hacia lo más profundo del laberinto.

Alertan expertos y terapeutas de los riesgos que conlleva esta sobreexposición a las redes. No solo porque permiten, como vemos con inusitada frecuencia en adolescentes y jóvenes, el acoso y las nuevas formas de control y dependencia en relaciones que se vuelven enfermizas. También porque las redes proyectan vidas perfectas en unos perfiles tan parciales de escenas seleccionadas de las vidas de sus usuarios, que propagan una positividad tóxica provocando en el resto de usuarios la sensación de que tienen que estar felices y ser exitosos todo el tiempo, ignorando que la vida es dual y que entre el negro y el blanco es infinita la escala de los grises. Un estudio de la Universidad de Standford concluyó que, después de navegar por Facebook, los estudiantes participantes quedaron convencidos de que “todo el mundo (menos ellos, claro) disfrutaba de una vida perfecta”.

Como escribió Montesquieu, si solo quisiéramos ser felices, sería fácil; pero queremos ser más felices que los demás y esto es difícil, ya que casi siempre los creemos más felices de lo que son”. Es la naturaleza humana y la aprovechan.

domingo, 31 de julio de 2022

Hombres buenos

Que Chaves y Griñán son buenas personas es la matraca con la que nos están bombardeando, del presidente para abajo todos los socialistas, no solo los del PSOE, a los que les ponen un micrófono o una red social delante. Pues muy bien, ni yo ni los jueces del Supremo lo ponen en duda. Son unos tíos estupendos, seguro que simpáticos y graciosos y que quieren a sus nietos más que a nada en el mundo. Casi se me saltan las lágrimas de la emoción.

Estamos ante el mayor escándalo de corrupción habido nunca en España, a la espera de que un día se enjuicie el sistema creado por el nacionalismo catalán y los Pujol. Después de años de investigación contra viento, marea y política de la juez Alaya, una vez comprobada judicialmente, ahora ratificada por el Tribunal Supremo la generalizada prevaricación y la malversación de setecientos millones de euros por varias decenas de responsables políticos del PSOE que hoy ya no son presuntos, sino delincuentes en firme. Y entre ellos hay dos presidentes de la Junta y varios consejeros, algunos de los cuales también han sido ministros de los gobiernos socialistas de España.

Que pretendan obviar eso, nos solidaricemos con el corrupto régimen que durante 40 años gobernó implacable Andalucía, beatifiquemos a los dos presidentes que instauraron y perpetuaron una prevaricadora y malversadora administración paralela e incluso ataquemos a la justicia que los ha condenado, resultaría patético si no fuera tan obsceno el espectáculo con el que pretenden empujarnos a ello y la cantidad de altavoces dispuestos a sumarse a la causa.

Que no se han enriquecido, nos dicen, aunque esto les permitiera mantenerse en el poder una vida entera. Aunque Chaves diera 10 millones a una empresa de la que su hija era reciente apoderada, aunque la madre de uno de los altos cargos condenados, el director general Guerrero dijera que su hijo tenía dinero “pa asar una vaca” después de que entre él y su chófer se fundieran un millón de euros en hacer correr ríos de coca y en convertir en millonario a algún dueño de puticlub. Aunque en la sentencia se acredite que más de 200 de los implicados y sus allegados cobraron dinero de los ERE como si pertenecieran a empresas en las que nunca habían trabajado, como el consejero Antonio Fernández que trincó 380.000 Euros o el hermano del expresidente Rodríguez de la Borbolla que fraudulentamente ingresó en su empresa más de 8 millones de euros, como otros socialistas o jetas aproximados con empresas entre las que se repartieron cantidades de entre tres y sesenta millones

Quieren que nos quedemos en que son hombres buenos, no porque sean realmente mejores que usted o yo, sino porque son socialistas. Bueno hombre, pues que vayan al cielo del marxismo o al Gulag, pero antes que purguen sus penas y, a ser posible, que no lo va a ser, que devuelvan la pasta que nos han robado a todos. Que ya está bien de que tengamos que comulgar con las ruedas de molino que nos incrustan los que han hecho del sectarismo el velo de la corrupción y los memos que babean por caerles simpáticos y parecer buenos, moderados y sensibles.

domingo, 24 de julio de 2022

Asientos ignífugos

Aún humeantes los rescoldos del terrible incendio de junio en la Sierra de La Culebra ha llegado el siguiente de forma calcada. Las más de sesenta mil Hectáreas que entre ambos se han llevado por delante hasta el momento quedarán como el negativo en blanco y sobre todo negro de la foto de la tragedia que asiste a la provincia de Zamora. Una cruda y dura reproducción de la quema que sufrimos en muchos otros campos, por olvido y abandono de las administraciones foráneas, por dejadez, desidia y falta de capacidad de nuestros representantes institucionales provinciales y por la traición de quiénes, con la fuerza de nuestros votos, se erigen en representantes de la provincia en Madrid o en Valladolid tan solo para ejercer su acomodo y servir de correa de transmisión de las decisiones superiores de sus partidos o gobiernos y no al revés, para trasladar allí lo que Zamora siente, necesita, sufre y padece.

Nadie tiene la culpa de que caiga un rayo y se provoque un incendio. Nada cabe hacer para que no coincidan las peores condiciones climatológicas posibles, vientos de más de 30 kilómetros por hora, temperatura superior a 30 grados y humedad relativa inferior al 30%. Pero todos tenemos derecho a que nuestros representantes políticos den la cara y a que en lugar de decirnos que un incendio es “inextinguible”, nos expliquen por qué un operativo, teóricamente preparado para atajar los incendios, se ha visto no solo completamente desbordado en dos ocasiones consecutivas sino que la impresión que ha dado es de que bomberos, brigadistas y vecinos se han estado jugando la vida sin que desde donde se tienen que tomar las decisiones, marcar las estrategias y darles el respaldo pleno en cada momento, se supiera qué hacer salvo esconder la cabeza bajo el ala y procurar, al revés de lo común, no salir en la foto para no ver perjudicada su imagen y que fueran cargos intermedios los que dieran las explicaciones.

No solo hablo del gobierno autonómico, que solo semanas antes rechazaba la imprescindible ampliación del operativo -que debería ser mucho más de prevención que de extinción- en nuestras zonas naturales más sensibles. Gobierno que en esta región forman PP y Vox, exactamente igual que en Extremadura -donde también ha habido un incendio muy similar en el desastre de gestión- es del PSOE. Porque no es cuestión de siglas, sino de competencia o incompetencia. De vocación y de capacidad. De visión para asumir que el monte es de la gente que habita en él y en el desarrolla su actividad y no de unos cuantos funcionarios o ecologistas de ciudad.

Es cuestión de asumir que en los momentos críticos es cuando se demuestra que, como para cualquier actividad en la vida, no todo el mundo sirve para ser (buen) político y gestionar adecuadamente las cosas de todos. Se salva el gobierno autonómico en este caso del furibundo ataque socialista por la coincidencia con Extremadura y también porque la nueva ley de coordinación para la prevención de incendios lleva casi dos años esperando a ser tramitada en el Congreso, paralizada por el gobierno de Sánchez. Pero la Sierra de la Culebra no se ha salvado, Zamora no se salva, los miembros de los operativos han sido maltratados y aquí unos y otros parece que solo se preocupan de que su culo no se despegue del asiento que usted y yo les pagamos. 

domingo, 10 de julio de 2022

Miguel Ángel Blanco, 25 años

 Si no estás dispuesto a leer una columna que destile odio, no leas esta. Porque no quiero recordar el drama que vivió España y en sus carnes propias una humilde familia de Ermua y un joven trabajador que por primera vez representaba y trabajaba por sus convecinos como concejal en su ciudad. No quiero recordar cómo la autopsia detectó dos regueros quemados en la piel por la erosión de las lágrimas que durante 48 horas debieron estar cayendo por sus mejillas porque se sabía sentenciado a muerte, mientras el terrorista Arnaldo Otegi se bañaba y tomaba el sol en la playa, como hace no mucho le confesó, en burdo y fracasado ejercicio de blanqueamiento al televisivo Évole “como un día normal”.

No quiero recordar todo eso si no es para transmitir el odio a personajes como la ahora diputada de Bildu-ETA Merche Aizpurua que desde Egin había publicado unos días antes del secuestro de Miguel Ángel, “Ortega Lara vuelve a la cárcel”, al ser liberado por la benemérita Guardia Civil, tras dos años de secuestro, enterrado en un inhumano agujero que no se puede desear ni a sus secuestradores. Tampoco quiero recordar si no es para transmitir el desprecio más absoluto a quienes como Yolanda Diaz, Adriana Lastra o Gabriel Rufián se afanan por acariciar con ternura a Aizpurua aunque ésta siga luciendo en la cara el espejo de su alma ensangrentada.

No quiero recordar lo ocurrido hace un cuarto de siglo y toda la muerte y desolación causadas por el terrorismo de ETA desde su nacimiento si no es para ratificar que ni cabe el olvido ni ha lugar al perdón cuando tantos siguen sin condenar la barbarie, sin ayudar a esclarecer los más de 300 asesinatos cuya autoría concreta se desconoce o aprovechando los réditos de la acción terrorista para los propios intereses o para extender el sectarismo.

Es malo el odio en la pluma contra los asesinos y el desprecio a quienes los blanquean pero daña mucho menos que el impacto de dos balas entrando en la nuca de un joven que nacía a la vida en defensa de la democracia, la libertad y la justicia. Tenemos una España mejor en algunas cosas pero peor en otras cuando el recuerdo se trata de ocultar bajo intereses políticos bastardos, coyunturales y traidores a la memoria y al sufrimiento de toda una nación y la muerte de muchos de los suyos.

Veinticinco años después del llanto y los abrazos en la sede de Nuevas Generaciones, con compañeros y con jóvenes también de otros partidos políticos: Honor y gloria a Miguel Ángel Blanco y a todos y cada uno de los que como él fueron asesinados por ETA y sus cómplices aunque hoy sean pisoteados por quienes tratan de que olvidemos que sí, hay buenos y hay malos. E hijos de puta con diferente calibre de bala en la recámara. Con odio y con cariño lo escribo.

domingo, 3 de julio de 2022

Infamia y cobardía

Guarido y su equipo decidieron el pasado jueves que el rechazo es la mejor respuesta que pueden dar a la propuesta de celebrar un homenaje a Miguel Ángel Blanco cuando se van a cumplir los veinticinco años de su asesinato por parte de ETA. La abstención es con frecuencia el voto de no mojarse y no tener que justificar una toma de postura sobre algún asunto concreto, el voto de la cobardía. Pero es también, a veces como en este caso, el voto de la infamia. Porque solo de incomprensible infamia puede calificarse el hecho de que el primero de los zamoranos y aquel que tiene en su cargo, aunque no en su vocación, la responsabilidad y el honor de representarnos a todos sus conciudadanos rechace con su voto que tan siquiera se debata el fondo del asunto en el Pleno municipal. 

La moción fue presentada por la concejal Cruz Lucas a fin de que se incluyera en el orden del día del pleno que se celebraba el jueves y fue apoyada unánimemente por toda la oposición a partir de una iniciativa nacional de la fundación que lleva el nombre del concejal de Ermua secuestrado y asesinado de manera inmisericorde por la banda terrorista. Aquel crimen, que conmovió a España y nos unió como nunca a los españoles contra la barbarie terrorista, las justificaciones de sus cómplices y la hipocresía interesada de quienes miraban para otro lado esperando a recoger las nueces del árbol que otros agitaban, quedó para la memoria de todos los españoles de bien como una de las más horrendas infamias de las que hemos sido testigos. 

Guarido y su equipo no se abstuvieron a la hora de votar sí o no al homenaje, que en ese caso hubiera salido adelante con el voto del resto de los partidos. Tampoco rechazaron, levantando la mano, con su mayoría de votos la inclusión del asunto en el orden del día. Cualquiera de esas dos formas de actuar hubiera sido infame pero valiente. Ellos prefirieron la infamia con cobardía. Se abstuvieron ante la propuesta de inclusión en el orden del día, sabiendo que aun no habiendo ningún voto en contra, los diez votos a favor no bastan para conformar la mayoría absoluta (trece) que se necesita para incluir cualquier punto y someterlo a debate para su aprobación o rechazo. De este modo, sin decir no expresamente, impiden que Zamora con su ayuntamiento a la cabeza homenajee a un sencillo concejal de una pequeña ciudad, hijo de padres humildes y trabajadores y cuyo único delito fue querer el bien para sus convecinos y no amedrentarse ante la banda de asesinos, sus cómplices y sus “justificadores”.

Cuando la ideología cierra puertas y ventanas para que la luz de la razón no entre y perturbe el pensamiento monolítico, deja de ser ideología y pasa a ser sectarismo. Quienes manchan con sectarismo, infamia y cobardía el lema de “la muy noble y leal ciudad de Zamora”, no son dignos de seguir representándonos. 

El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, apoya la candidatura de García  Rubio para dirigir IU - La Opinión de Zamora

domingo, 26 de junio de 2022

El incendio del nunca más

Desolación es la palabra más escuchada estos días tras la tragedia medioambiental del incendio de la Sierra de la Culebra. El incalculable alcance del daño producido a la fauna y la vegetación en las treinta mil hectáreas arrasadas por el fuego nos deben llevar a la reflexión pausada pero profunda. Huyendo del llanto estéril y la vencida resignación en la que con tanta facilidad caemos los zamoranos y sin, por otro lado soliviantarnos de cara a la galería en el grito por el grito, el insulto o la irracionalidad.

Es necesario reflexionar sobre el origen, el desarrollo y los efectos del fuego. Para ello, si lo permite la política, esa mancha que parece inevitable que se extienda como el manto de ceniza sobre todo y sobre todos, debería darse transparencia, luz y taquígrafos para todos los informes técnicos que se emitan por parte de los funcionarios y responsables de la Junta de Castilla y León. No para que unos se los arrojen a otros a la cabeza, en la interminable guerra de los buenos y los malos que cambian según el lado desde el que se mire, sino para que pongamos los medios técnicos, humanos y, sobre todo, de sentido común, para que no vuelva a ocurrir ni en la provincia ni en la Comunidad Autónoma una hecatombe de tal magnitud.

Deben llegar dimisiones o ceses. Pero antes de pedirlos disparando hacia arriba sin más, lo que suele terminar con la caída de alguna cabeza de rango intermedio a la que pronto se ubica en otro lugar mientras se aprovecha para cerrar en falso cualquier investigación en profundidad, conviene que exijamos conocer con detalle cuáles han sido los fallos que han impedido una mejor prevención (no del incendio si se confirma que fue fortuito, sino de la intolerable escala que adquirió), los errores que impidieron un despliegue más rápido, efectivo y coordinado, si es que este era posible, de los medios existentes de las administraciones regional y central. Y, a pesar de que las condiciones meteorológicas eran las peores posibles, con muy altas temperaturas y vientos fuertes, es necesario conocer casi hora a hora por qué se adoptaron las decisiones que se tomaron y no otras porque 30.000 hectáreas después es evidente que las cosas no se hicieron bien y el daño es ya irreparable.

Después de la catástrofe debe llegar una redefinición de la estrategia de protección y lucha contra los incendios, sobre todo en las áreas especialmente sensibles. La gestión de lo público consiste en el establecimiento de prioridades para la asignación de los recursos presupuestarios disponibles y, quizás, estamos en unos tiempos en los que el dinero se dedica con demasiada soltura a nuevas necesidades no tan esenciales como algunas otras que políticamente son menos vistosas hasta que llega el desastre.

Por último, menos fotos y desplazamientos de los políticos y más apoyo para recuperar y relanzar el entorno natural y la actividad económica en todo el área afectada. Las cifras mencionadas hasta ahora no dejan de ser ridículas y algunas directamente insultantes. Que nunca más, no se quede en dos palabras.


domingo, 19 de junio de 2022

Llamaradas y Enlaces

Ante el drama y la desolación que causan las imágenes y los testimonios de los habitantes de los municipios afectados por el descomunal incendio que mantiene en vilo a la provincia faltan las palabras y a la vez sobran. Es muy difícil o casi imposible apoyar los dedos sobre el teclado y escribir con optimismo de algo que no consiga tapar el humo del terror rojo del fuego. Días habrá, no obstante, para el análisis y evaluación de los daños, muy difícilmente reparables de una catástrofe de tal magnitud. Para abordar si las políticas de prevención son adecuadas o suficientes. Para determinar si el modelo de gestión del medio ambiente o, mejor aún, del medio rural y la coexistencia entre el hombre y la naturaleza mantienen el justo equilibrio para que los pobladores sean los máximos defensores de su entorno y no que se sientan atacados por un enjambre de normas que más bien parecen dirigidas a expulsarlo del territorio que a regular el uso, disfrute y explotación de nuestros campos y montes.

Hoy tenía previsto escribir y así lo hago, de otras llamaradas. Estas positivas y esperanzadoras para la depauperada y despoblada provincia de Zamora. “Siempre la claridad viene del cielo”, nos regaló en verso nuestro poeta Claudio Rodríguez. Siempre la luz viene del pensamiento, de la ciencia, la investigación y el conocimiento. Tomar distancia y ganar perspectiva facilita encontrar la salida del laberinto. 

Búsqueda de una salida a la despoblación, al envejecimiento, a la caída de la actividad económica, es lo que pretende, como el mitológico hilo de Ariadna, ser el programa de actuaciones que durante los cuatro próximos años va a desarrollar la Universidad Complutense de Madrid en la provincia de Zamora de la mano del Círculo de Autónomos y Emprendedores de Castilla y León (CyLCAE), en el que participo al frente de un magnífico equipo directivo y de gestión y con la acogida y respaldo decidido e inmediato de la Fundación Rei Afonso Henriques y la vicepresidencia segunda de la Diputación. 

Un proyecto que, este año en forma de experiencia piloto con 35 participantes, la mayor parte profesorado e integrantes de los vicerrectorados de Estudiantes y de Emprendimiento e Innovación, explora posibilidades de inmersión de alumnos de múltiples disciplinas universitarias en el entorno, el terreno y con los habitantes de nuestra provincia y la zona transfronteriza con Portugal. Estudiantes que aprenden a conocer y valorar esa otra España tan alejada socioeconómicamente de la capital del reino y que, realizando trabajos de investigación científica, creación artística y  emprendimiento nos traen llamaradas de futuro, no con grandes proyectos sino con acciones tan de escala humana y adaptadas al entorno que son las que verdaderamente permiten la transformación de las expectativas de desarrollo humano y territorial.

La iniciativa, que empezó a germinar en tertulia de noche de verano, tenderá puentes, enlaces entre la más importante universidad española y una Zamora que no se resigna estar vacía sino llena de oportunidades y de futuro para sus habitantes, por igual urbanos y rurales. Aprender de quienes estudian y de quienes saben.


domingo, 12 de junio de 2022

Contenedores y contenidos

Es digno de estudio -mucho más amplio que las pinceladas que caben en una columna de menos de quinientas palabras- el grado de desmantelamiento de la calidad de los servicios municipales en el que, entiendo que más por omisión o desidia que por acción consciente, está inmerso el desnortado equipo de gobierno del Ayuntamiento de la ciudad de Zamora.

En estas mismas páginas concurrían esta semana dos informaciones indicativas de la incapacidad del alcalde Guarido y su guardia de corps más cercana para gestionar con un mínimo de dignidad las necesidades de una capital de provincia que por pequeña que sea requiere trabajo, esfuerzo, dedicación y voluntad de hacer las cosas bien para que a la decadencia de su vida y actividad socioeconómica no se sume como las termitas a la madera endeble la nulidad de nuestro ejecutivo local. Se hablaba por un lado de la pérdida por abandono, parece que definitivo con este gobierno municipal, del Centro de Interpretación de las Ciudades Mediavales. Concebido como punto neurálgico para la recepción de visitantes y de partida para la visita del casco histórico, tras un breve pero necesario y estimulante recorrido teórico-práctico por la estructura y el desarrollo de los cascos históricos de las ciudades medievales y concretamente por la singularidad del de Zamora

Siete años lleva de alcalde Guarido y salvo decirnos que las mariposas polinizan por si alguien quiere venir a verlas en acción, no se conoce ninguna iniciativa alguna para potenciar un sector, el turístico, que debería ser el principal generador de recursos para la economía de la capital. Así lo sería si la línea ascendente en datos de ocupación hotelera y creación de nuevas plazas no se hubiera truncado a partir de 2008 y no se mantuviera aparcada en estos siete últimos años. El del centro de interpretación es solo un aldabonazo más junto al rechazo absurdo a la potenciación conjunta de la obra de Lobo y el Castillo y a tantos otros pequeños o grandes atropellos fruto del desconocimiento, la soberbia y la desidia.

En paralelo, los medios se hacían eco del comienzo de actividad de la nueva contrata de la recogida de basuras con la llegada de los nuevos contenedores de recogida. “Por fin”, añadían algunos. Pues sí, por fin, porque hacerlo a unos meses del final de su segundo mandato como alcalde supone más demérito que mérito en alguien que ya hace 7 años, y también hace 22, estaba en el ayuntamiento. Demérito porque él mejor que nadie tenía que saber que el contrato que hasta estos días ha estado vigente provenía del año 2.000 y estaba vencido sin posibilidad de prórroga justo desde el año en que llegó a la alcaldía. Siete años para poner contenedores (y no de los de mejor calidad del mercado) y adjudicar el nuevo contrato nos dan buena muestra de cómo el ritmo de trabajo y acierto de nuestros munícipes es infinitamente menor que el de la caída al vacío de una ciudad que, sin embargo, durante algunos años demostró que podía avanzar y transformarse para generar progreso y oportunidades para sus ciudadanos.


domingo, 5 de junio de 2022

Ladridos de los perros a la luna

El posible cese de actividad de la fábrica de Siro en Toro, una de las fábricas más importantes de la provincia por número de empleados es otro aldabonazo a la confianza en el futuro de nuestra provincia y la enésima llamada de atención para todos los zamoranos que siguen resignados o miran para otro lado cuando de ver la  desastrosa situación de una provincia en la que los máximos representantes institucionales -y me da igual el partido político- ya ni se molestan en fingir que saben cómo sacarnos del declive o en aparentar que están trabajando en algún tipo de estrategia de desarrollo.


Llueve tanto sobre mojado sobre el terreno de nuestra decadencia provincial que asumimos que el pantanoso es nuestro estado natural. Quizás nos salva que no tenemos las calles llenas de zamoranos buscando empleo, no porque haya ocupación laboral para nuestras gentes sino porque los jubilados y prejubilados ocupan los espacios y porque nuestros jóvenes no provocan tensión laboral porque se marchan y ya no vuelven más que al ruido del Duero en Semana Santa y Navidades o a llenar de vida y nostalgia nuestros pueblos en verano.


Algunos, aún procuramos poner el grito en el cielo para denunciar ante la sociedad y los dirigentes políticos que aún siguen aquí y no de los más espabilados, que han buscado refugio y acomodo en Madrid o Valladolid, que esta provincia se hunde y a cada golpe resulta más difícil que vuelva a salir a flote. Unos lo hacen por valientes, otros posiblemente lo hagamos por estúpidos. En cualquier caso da lo mismo, predicamos en el desierto. Gritamos que el rey está desnudo, que Zamora languidece y quienes tienen la obligación de preocuparse y actuar sestean y solo piensan en las siguientes elecciones y en que en una sociedad adormecida nada va a cambiar significativamente. Nuestros gritos no dejan de ser, en verso de Bécquer, ladridos de los perros a la luna.


Mientras tanto unos exaltan el comunismo -que hace falta estar zumbados y ser malas personas para adorar y propugnar el régimen más opresor y asesino de la historia de la humanidad- y ocultan tras palabras huecas, trampantojos en fachadas y festivales “de militancia” su incapacidad, dejadez y desidia, otros dejan que el tiempo transcurra, como las aguas del Duero, hacia abajo, lenta pero incansablemente. Otros no se dan cuenta de que la solución del día a día para Zamora no va a venir de tres o cuatro lemas de corte patriótico como si nuestros problemas socioeconómicos y productivos se salvaran con un conjuro. Y el resto hacen de su ubicación dentro del clan partidista el objeto de su batallar y no dedican las fuerzas a arañar y morder por Zamora.


No, con todo lo que de dramático supone el posible cierre de Siro para sus trabajadores y familias, no es el devenir de una empresa concreta lo que define nuestro futuro, sino la falta de alternativas. De impulso institucional y social para que cuando unas empresas caigan otras germinen, crezcan y hagan que el saldo del crecimiento del empleo y la actividad sea positivo. Ladridos, en fin.


domingo, 15 de mayo de 2022

Abortar a los 16

Los gabinetes de comunicación de los políticos, que tan importantes son para la transmisión de la acción de gobierno como daño hacen a veces a la verdad y al propio político para el que trabajan, nos están acostumbrando a que lo esencial de su trabajo se centre en lanzar globos sonda para ver cómo reaccionamos los ciudadanos ante cualquier ocurrencia ideológica o bien en lanzar cortinas de humo cuando un asunto empieza a ser peligrosamente polémico para sus jefes.

Y como los medios de comunicación más que como contrapoder actúan como transmisores del mensaje institucional, caminamos por los senderos que nos marcan y no por las autopistas del pensamiento crítico. Así las tertulias se llenan con polémicas que interesan a algunos y no con las que suponen cuestiones de mayor calado.

La baja automática y pagada desde el primer día que nos anuncian para las mujeres con regla dolorosa se ha convertido esta semana en la madre de todas las batallas ideológicas por arte de birlibirloque. Cuando ya veremos en qué queda, cuál es la letra pequeña de su aplicación en su caso y cuando probablemente el resultado sea que para la mayoría de las mujeres trabajadoras no tenga efecto ninguno, para algunas que no lo son tanto sea una causa nominal más para seguir haciendo más o menos lo mismo que hacían antes y para quienes de verdad necesiten la baja en determinados momentos puedan obtenerla como la venían obteniendo hasta ahora.

Pero tanta y tan acalorada discusión ha suscitado que ha hecho pasar a un segundo plano el momento más crítico de este gobierno del desastre que preside Sánchez y pasea roce a roce la vicepresidenta Díaz. Con tres ministros puestos en la picota, Robles, Bolaños y Marlaska por el rollo del espionaje -se empieza a comentar que los tres caerán en julio-, la penúltima estupidez de los podemitas de Montero les ha venido como anillo al dedo.

Lo que es peor, ha tapado la que sí que debiera ser causa de polémica y hasta de rebelión constitucional y social: La pretensión de que con la reforma de la ley del aborto una chica de 16 años pueda abortar sin el consentimiento ni el conocimiento de sus padres. Saben bien lo que hacen. Cualquier estructura social que no sea el partido, los círculos, la secta ideológica o el harén del progre, debe ser derruida por reaccionaria. Por oponerse a los deseos totalitarios y de lavado de cerebro de una parte importante de los que nos gobiernan. O sea que para ir a un museo en excursión escolar tenemos que firmar a nuestros hijos de 17 años una autorización por escrito pero para un acto con este alcance y con trascendencia para toda la vida, los padres son prescindibles y hasta sobra el dictamen del psicólogo. 

Ahí está lo que debería sublevarnos a todos. En contra de lo que predican ciertos mentecatos sectarios y totalitarios, los hijos son de los padres, bajo el imperio de la ley y el respeto, hasta que plenamente puedan ser de sí mismos y de su libre albedrío. Sin abdicación posible.


domingo, 8 de mayo de 2022

Normalizamos

Leo en un periódico nacional el titular ¿Por qué normalizamos que Kim Kardashian coma solo tomates durante 21 días para entrar en un vestido? A veces lo importante no son las respuestas sino que son las preguntas las que nos aportan un rayo de luz para salir de la penumbra de la caverna en la que, como en el mito de Platón y pese a vivir en el momento más interconectado e “informado” de la historia, nos encontramos confundiendo realidad y ficción de esa realidad.

¿Quién marca hoy qué es lo normal o normalizable y qué lo anómalo o extravagante? Otra pregunta ilustrativa de la situación de transición que marca el signo del tiempo presente. Probablemente, siempre y en todo momento durante el avance de la civilización, ha existido la tensión entre lo establecido y lo rompedor, entre el canon aceptado social o académicamente y la vanguardia. En el arte, en la música, en los hábitos y costumbres sociales. Pero probablemente nunca como ahora se han mezclado tanto ambos planos contrapuestos.

En las relaciones intrafamiliares escandaliza o no nos atrevemos a defender que los padres puedan acceder a esa esfera de privacidad que es el teléfono móvil de sus hijos menores de edad en el momento clave para su conformación como personas adultas. Normalizamos que niños de muy pocos años tengan como propios dispositivos por los que llegan la mayoría de los elementos de riesgo para su equilibrio emocional e incluso su integridad física, el bullying, el juego, la pornografía, las imágenes de violencia extrema, la intromisión en la vida privada de otros niños y adolescentes.

En las relaciones afectivas entre jóvenes, con más amplio eco mediático en películas y series de televisión que en la propia realidad, quien no dice ser bisexual o algo “no binario” parece fuera de juego. En los comportamientos sociales, en determinados entornos, mucho más amplios de lo que la mayoría piensa, se ha normalizado el consumo habitual de drogas; y no hablo de entre jóvenes para animar sus salidas de fiesta, sino en el día a día de trabajadores, profesionales de todo nivel y gente común. Exagerando un poco -que no demasiado-, es ya más normal el consumo y la invitación al consumo de cocaína o drogas sintéticas que ponerle azúcar al café. Hasta tal punto que el que no lo hace es visto como una anomalía social.

En los medios de comunicación con carácter general, todo lo que se sale del pensamiento que propugna el movimiento “woke” queda apartado y excluido por no considerarse suficientemente moderno, tolerante o inclusivo. Comer equilibradamente es menos valorado que ser vegano. Trabajar, ahorrar y comprar un piso o querer tener un coche poco menos que cosa de frikis y, en algunas capas de la población, buscar un trabajo o permanecer en él, un esfuerzo inconcebible por absurdo e innecesario. O a la inversa, surgen teorías conspiratorias sobre cualquier asunto y si no te sumas te tachan de ignorante. Normalizamos actitudes y actuaciones con apariencia de apostar por la libertad pero extendemos la esclavitud de pensamiento.