domingo, 31 de julio de 2022

Hombres buenos

Que Chaves y Griñán son buenas personas es la matraca con la que nos están bombardeando, del presidente para abajo todos los socialistas, no solo los del PSOE, a los que les ponen un micrófono o una red social delante. Pues muy bien, ni yo ni los jueces del Supremo lo ponen en duda. Son unos tíos estupendos, seguro que simpáticos y graciosos y que quieren a sus nietos más que a nada en el mundo. Casi se me saltan las lágrimas de la emoción.

Estamos ante el mayor escándalo de corrupción habido nunca en España, a la espera de que un día se enjuicie el sistema creado por el nacionalismo catalán y los Pujol. Después de años de investigación contra viento, marea y política de la juez Alaya, una vez comprobada judicialmente, ahora ratificada por el Tribunal Supremo la generalizada prevaricación y la malversación de setecientos millones de euros por varias decenas de responsables políticos del PSOE que hoy ya no son presuntos, sino delincuentes en firme. Y entre ellos hay dos presidentes de la Junta y varios consejeros, algunos de los cuales también han sido ministros de los gobiernos socialistas de España.

Que pretendan obviar eso, nos solidaricemos con el corrupto régimen que durante 40 años gobernó implacable Andalucía, beatifiquemos a los dos presidentes que instauraron y perpetuaron una prevaricadora y malversadora administración paralela e incluso ataquemos a la justicia que los ha condenado, resultaría patético si no fuera tan obsceno el espectáculo con el que pretenden empujarnos a ello y la cantidad de altavoces dispuestos a sumarse a la causa.

Que no se han enriquecido, nos dicen, aunque esto les permitiera mantenerse en el poder una vida entera. Aunque Chaves diera 10 millones a una empresa de la que su hija era reciente apoderada, aunque la madre de uno de los altos cargos condenados, el director general Guerrero dijera que su hijo tenía dinero “pa asar una vaca” después de que entre él y su chófer se fundieran un millón de euros en hacer correr ríos de coca y en convertir en millonario a algún dueño de puticlub. Aunque en la sentencia se acredite que más de 200 de los implicados y sus allegados cobraron dinero de los ERE como si pertenecieran a empresas en las que nunca habían trabajado, como el consejero Antonio Fernández que trincó 380.000 Euros o el hermano del expresidente Rodríguez de la Borbolla que fraudulentamente ingresó en su empresa más de 8 millones de euros, como otros socialistas o jetas aproximados con empresas entre las que se repartieron cantidades de entre tres y sesenta millones

Quieren que nos quedemos en que son hombres buenos, no porque sean realmente mejores que usted o yo, sino porque son socialistas. Bueno hombre, pues que vayan al cielo del marxismo o al Gulag, pero antes que purguen sus penas y, a ser posible, que no lo va a ser, que devuelvan la pasta que nos han robado a todos. Que ya está bien de que tengamos que comulgar con las ruedas de molino que nos incrustan los que han hecho del sectarismo el velo de la corrupción y los memos que babean por caerles simpáticos y parecer buenos, moderados y sensibles.

domingo, 24 de julio de 2022

Asientos ignífugos

Aún humeantes los rescoldos del terrible incendio de junio en la Sierra de La Culebra ha llegado el siguiente de forma calcada. Las más de sesenta mil Hectáreas que entre ambos se han llevado por delante hasta el momento quedarán como el negativo en blanco y sobre todo negro de la foto de la tragedia que asiste a la provincia de Zamora. Una cruda y dura reproducción de la quema que sufrimos en muchos otros campos, por olvido y abandono de las administraciones foráneas, por dejadez, desidia y falta de capacidad de nuestros representantes institucionales provinciales y por la traición de quiénes, con la fuerza de nuestros votos, se erigen en representantes de la provincia en Madrid o en Valladolid tan solo para ejercer su acomodo y servir de correa de transmisión de las decisiones superiores de sus partidos o gobiernos y no al revés, para trasladar allí lo que Zamora siente, necesita, sufre y padece.

Nadie tiene la culpa de que caiga un rayo y se provoque un incendio. Nada cabe hacer para que no coincidan las peores condiciones climatológicas posibles, vientos de más de 30 kilómetros por hora, temperatura superior a 30 grados y humedad relativa inferior al 30%. Pero todos tenemos derecho a que nuestros representantes políticos den la cara y a que en lugar de decirnos que un incendio es “inextinguible”, nos expliquen por qué un operativo, teóricamente preparado para atajar los incendios, se ha visto no solo completamente desbordado en dos ocasiones consecutivas sino que la impresión que ha dado es de que bomberos, brigadistas y vecinos se han estado jugando la vida sin que desde donde se tienen que tomar las decisiones, marcar las estrategias y darles el respaldo pleno en cada momento, se supiera qué hacer salvo esconder la cabeza bajo el ala y procurar, al revés de lo común, no salir en la foto para no ver perjudicada su imagen y que fueran cargos intermedios los que dieran las explicaciones.

No solo hablo del gobierno autonómico, que solo semanas antes rechazaba la imprescindible ampliación del operativo -que debería ser mucho más de prevención que de extinción- en nuestras zonas naturales más sensibles. Gobierno que en esta región forman PP y Vox, exactamente igual que en Extremadura -donde también ha habido un incendio muy similar en el desastre de gestión- es del PSOE. Porque no es cuestión de siglas, sino de competencia o incompetencia. De vocación y de capacidad. De visión para asumir que el monte es de la gente que habita en él y en el desarrolla su actividad y no de unos cuantos funcionarios o ecologistas de ciudad.

Es cuestión de asumir que en los momentos críticos es cuando se demuestra que, como para cualquier actividad en la vida, no todo el mundo sirve para ser (buen) político y gestionar adecuadamente las cosas de todos. Se salva el gobierno autonómico en este caso del furibundo ataque socialista por la coincidencia con Extremadura y también porque la nueva ley de coordinación para la prevención de incendios lleva casi dos años esperando a ser tramitada en el Congreso, paralizada por el gobierno de Sánchez. Pero la Sierra de la Culebra no se ha salvado, Zamora no se salva, los miembros de los operativos han sido maltratados y aquí unos y otros parece que solo se preocupan de que su culo no se despegue del asiento que usted y yo les pagamos. 

domingo, 10 de julio de 2022

Miguel Ángel Blanco, 25 años

 Si no estás dispuesto a leer una columna que destile odio, no leas esta. Porque no quiero recordar el drama que vivió España y en sus carnes propias una humilde familia de Ermua y un joven trabajador que por primera vez representaba y trabajaba por sus convecinos como concejal en su ciudad. No quiero recordar cómo la autopsia detectó dos regueros quemados en la piel por la erosión de las lágrimas que durante 48 horas debieron estar cayendo por sus mejillas porque se sabía sentenciado a muerte, mientras el terrorista Arnaldo Otegi se bañaba y tomaba el sol en la playa, como hace no mucho le confesó, en burdo y fracasado ejercicio de blanqueamiento al televisivo Évole “como un día normal”.

No quiero recordar todo eso si no es para transmitir el odio a personajes como la ahora diputada de Bildu-ETA Merche Aizpurua que desde Egin había publicado unos días antes del secuestro de Miguel Ángel, “Ortega Lara vuelve a la cárcel”, al ser liberado por la benemérita Guardia Civil, tras dos años de secuestro, enterrado en un inhumano agujero que no se puede desear ni a sus secuestradores. Tampoco quiero recordar si no es para transmitir el desprecio más absoluto a quienes como Yolanda Diaz, Adriana Lastra o Gabriel Rufián se afanan por acariciar con ternura a Aizpurua aunque ésta siga luciendo en la cara el espejo de su alma ensangrentada.

No quiero recordar lo ocurrido hace un cuarto de siglo y toda la muerte y desolación causadas por el terrorismo de ETA desde su nacimiento si no es para ratificar que ni cabe el olvido ni ha lugar al perdón cuando tantos siguen sin condenar la barbarie, sin ayudar a esclarecer los más de 300 asesinatos cuya autoría concreta se desconoce o aprovechando los réditos de la acción terrorista para los propios intereses o para extender el sectarismo.

Es malo el odio en la pluma contra los asesinos y el desprecio a quienes los blanquean pero daña mucho menos que el impacto de dos balas entrando en la nuca de un joven que nacía a la vida en defensa de la democracia, la libertad y la justicia. Tenemos una España mejor en algunas cosas pero peor en otras cuando el recuerdo se trata de ocultar bajo intereses políticos bastardos, coyunturales y traidores a la memoria y al sufrimiento de toda una nación y la muerte de muchos de los suyos.

Veinticinco años después del llanto y los abrazos en la sede de Nuevas Generaciones, con compañeros y con jóvenes también de otros partidos políticos: Honor y gloria a Miguel Ángel Blanco y a todos y cada uno de los que como él fueron asesinados por ETA y sus cómplices aunque hoy sean pisoteados por quienes tratan de que olvidemos que sí, hay buenos y hay malos. E hijos de puta con diferente calibre de bala en la recámara. Con odio y con cariño lo escribo.

domingo, 3 de julio de 2022

Infamia y cobardía

Guarido y su equipo decidieron el pasado jueves que el rechazo es la mejor respuesta que pueden dar a la propuesta de celebrar un homenaje a Miguel Ángel Blanco cuando se van a cumplir los veinticinco años de su asesinato por parte de ETA. La abstención es con frecuencia el voto de no mojarse y no tener que justificar una toma de postura sobre algún asunto concreto, el voto de la cobardía. Pero es también, a veces como en este caso, el voto de la infamia. Porque solo de incomprensible infamia puede calificarse el hecho de que el primero de los zamoranos y aquel que tiene en su cargo, aunque no en su vocación, la responsabilidad y el honor de representarnos a todos sus conciudadanos rechace con su voto que tan siquiera se debata el fondo del asunto en el Pleno municipal. 

La moción fue presentada por la concejal Cruz Lucas a fin de que se incluyera en el orden del día del pleno que se celebraba el jueves y fue apoyada unánimemente por toda la oposición a partir de una iniciativa nacional de la fundación que lleva el nombre del concejal de Ermua secuestrado y asesinado de manera inmisericorde por la banda terrorista. Aquel crimen, que conmovió a España y nos unió como nunca a los españoles contra la barbarie terrorista, las justificaciones de sus cómplices y la hipocresía interesada de quienes miraban para otro lado esperando a recoger las nueces del árbol que otros agitaban, quedó para la memoria de todos los españoles de bien como una de las más horrendas infamias de las que hemos sido testigos. 

Guarido y su equipo no se abstuvieron a la hora de votar sí o no al homenaje, que en ese caso hubiera salido adelante con el voto del resto de los partidos. Tampoco rechazaron, levantando la mano, con su mayoría de votos la inclusión del asunto en el orden del día. Cualquiera de esas dos formas de actuar hubiera sido infame pero valiente. Ellos prefirieron la infamia con cobardía. Se abstuvieron ante la propuesta de inclusión en el orden del día, sabiendo que aun no habiendo ningún voto en contra, los diez votos a favor no bastan para conformar la mayoría absoluta (trece) que se necesita para incluir cualquier punto y someterlo a debate para su aprobación o rechazo. De este modo, sin decir no expresamente, impiden que Zamora con su ayuntamiento a la cabeza homenajee a un sencillo concejal de una pequeña ciudad, hijo de padres humildes y trabajadores y cuyo único delito fue querer el bien para sus convecinos y no amedrentarse ante la banda de asesinos, sus cómplices y sus “justificadores”.

Cuando la ideología cierra puertas y ventanas para que la luz de la razón no entre y perturbe el pensamiento monolítico, deja de ser ideología y pasa a ser sectarismo. Quienes manchan con sectarismo, infamia y cobardía el lema de “la muy noble y leal ciudad de Zamora”, no son dignos de seguir representándonos. 

El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, apoya la candidatura de García  Rubio para dirigir IU - La Opinión de Zamora