domingo, 27 de octubre de 2019

Provincia de cada día

Como tantas otras cosas en nuestra provincia, el “Día” que la conmemora surgió más como reacción a la contra que como propuesta constructiva, lo cual no impide que sea una buena y conveniente iniciativa. Llegado en el año 95 al ayuntamiento de Zamora el equipo encabezado por Antonio Vázquez y del cual formé parte durante sus 12 años de gobierno, comprobamos cómo muchos alcaldes de las diferentes comarcas enviaban invitación al ayuntamiento de la capital para asistir a sus fiestas patronales, romerías y otro tipo de celebraciones. 

En contra de lo que venía siendo la tradición histórica, quienes llevábamos la dirección del gobierno capitalino entendimos que, no sólo como signo de cortesía a quienes, de cualquier partido político, amable y afectuosamente nos cursaban invitación sino como forma de construir provincia, era nuestra obligación tratar de asistir a aquellos actos, ya el alcalde directamente, ya cualquiera de los tenientes de alcalde o concejales. Hago un inciso al respecto: por esa decisión, tiempo después, en la terraza de un establecimiento hostelero de la calle Serrano de Madrid, el alcalde de Zamora y sobre todo yo (que me callaba menos mi opinión), fuimos “abroncados” por el entonces todopoderoso número dos autonómico popular Jesús Merino. “En otras provincias eso no se hace” (y que en Zamora ocurriese, nos transmitió, molestaba al presidente del PP García Carnero y la de la Diputación Pilar Álvarez). Cierro inciso.

El caso es que el teniente de alcalde responsable de cultura, Pedro Roda y el entonces secretario particular del alcalde, Narciso Prieto, propusieron que en esa misma línea de favorecer la unión provincial podría ser bueno, coincidiendo con la celebración de la Virgen de la Concha, invitar a los alcaldes del resto de la provincia a un acto institucional, festivo y por qué no, también reivindicativo provincial y así se empezó a hacer con magnífica participación y satisfacción durante varios años. Tiempo después, al llegar a sus puestos los dos cargos citados antes entre paréntesis, la Diputación comenzó a programar para unas semanas después la celebración que hasta la fecha se ha mantenido si bien cada vez más descafeinada y gris.

Decía al principio que es una buena y conveniente iniciativa, a lo que añado ahora: y necesaria. Lo cual no impide echar de menos un mayor peso reivindicativo. Una mayor vocación integradora para representar la fuerza de una provincia desangrada. No creo que en la edición de este año se haya llegado a veinte alcaldes asistentes, como no creo que de ninguna de las últimas ediciones hayan salido un mensaje y una determinación que puedan impulsar a Zamora a dejar de estar a la cola absoluta en cuanto a actividad económica, dinamismo social, creación de empleo, generación de inversión o atracción de recursos y que, por tanto, permitan activar el motor gripado de nuestra economía y sociedad.

Por Zamora y nuestro futuro debemos reivindicar sin complejos, obediencias partidistas ni cobardía. Y esto no es cuestión de un día, sino de cada día.

domingo, 20 de octubre de 2019

Cataluña sin ley

“Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada”. Es la frase de Edmund Burke que impulsó a Winston Churchill a plantar cara a Hitler y llevar a Inglaterra a la guerra en contra de la opinión expresada por la mayoría de los políticos, periódicos y representantes sociales. Con su determinación “poco prudente” salvó a Europa y al mundo del triunfo seguro del totalitarismo abyecto e inhumano de los nazis. Del fin de la civilización occidental basada en la democracia y la vigencia del Estado de Derecho, que se hubieran perdido entre las dos cabezas de la hidra moderna que representan el mal en estado puro, nacionalsocialismo y comunismo.

Prudencia en política, cuando se trata de la defensa de los principios básicos de la democracia, es sinónimo de miedo. Con frecuencia se confunde en el imaginario colectivo al político, al opinador o al representante social realmente prudente, aquel que sopesa el momento y los medios más adecuados pero no duda en su determinación para defender el bien frente al mal, la ley frente a la arbitrariedad, la convivencia frente al abuso, con el que no hace nada sino dejar que el tiempo resuelva por su mero transcurso lo que sabemos que el paso del tiempo por sí mismo no puede resolver.

Predomina el político que triunfa por lo que no hace más que por lo que hace. El Rajoy que manejaba los tiempos con inteligencia (subterfugio utilizado para no tomar ninguna decisión problemática); el Zapatero que negándose a utilizar la palabra crisis creía conjurarla y ganó unas elecciones cuando ya nos había metido de lleno en ella; el Guarido que como nada hace produce un efecto balsámico sobre los votantes y arrasa en las urnas o el Sánchez y Marlaska que de espaldas a la pantalla de televisión en la que estamos viendo lo contrario insisten en que en Cataluña reina la normalidad.

Sin embargo lo que está ocurriendo en Cataluña es una vergüenza y la inacción del poder público, al que hemos entregado buena parte de nuestra soberanía individual para que nos proteja y administre colectivamente, un oprobio. Llevamos décadas de “prudencia” en las que los que tienen la independencia como objetivo han ido, metódica y continuamente, rompiendo los límites de la legalidad -lo suficiente para desbordarla y que lo ilegal se vaya asumiendo como la nueva normalidad, lo justo para no hacer que los miedosos tuvieran que actuar-, en educación, lealtad institucional, y chantaje político y social.

Pero esas décadas no pueden servir de excusa para consentir una semana de terrorismo promovido desde la Generalidad. El derecho de protesta y manifestación no incluye la toma al asalto de infraestructuras, ni la celebración de marchas, concentraciones o manifestaciones no autorizadas. Mucho menos el pillaje, los estragos y el terrorismo callejero. Sin embargo, en lugar de dejar actuar con eficacia y profesionalidad a la policía para prevenir y resolver y de activar los instrumentos constitucionalmente previstos se nos vende por políticos y periodistas una escena que en nada se parece a la realidad. 

domingo, 13 de octubre de 2019

Medicina rural. Derecho y obligación

Zamora es una provincia demasiado acostumbrada a perder y a que los beneficios que a otros territorios llegan aquí no alcancen. Demasiado acostumbrados estamos como para que nos pille por sorpresa o nos escandalice en exceso. Gobernar a golpe de ocurrencia y chapuza daña a todos pero casi siempre los malos efectos se ensañan con los más debilitados, los que menos protestan, los territorios que tienen responsables políticos más pastueños y ciudadanos más resignados. 

La Consejería de Sanidad decidió recientemente resolver un problema propio, la falta de dotación de médicos para atender a los vecinos de la comarca de Aliste, cortando por lo sano. Lo llamen como lo llamen, se trataba de dejar sin atención médica directa a los municipios más pequeños (muerto el perro se acabó la rabia). Ante la polvareda levantada pasaron a anunciarlo como experiencia piloto (estamos en vísperas electorales), a comprometerse a mantener abiertos los consultorios y a que estén atendidos por enfermeros. Sin embargo, como muy bien han puesto de manifiesto los alcaldes de la zona, ¿por qué siempre han de tocarnos las experiencias “piloto” cuando son de merma de calidad de servicio y nunca cuando son de mejora?

La defensa y el orden público, la justicia, la sanidad y la educación son los únicos derechos universales que la Administración debe garantizar a sus ciudadanos en cualquier lugar y circunstancia del territorio nacional. Los elementos básicos del pacto social que da lugar y justificación a la propia existencia del Estado y la administración pública. El resto son aditamentos, política, componentes del Estado del bienestar más o menos desarrollado. 

La Junta quiere implantar en Aliste (luego irán otras comarcas) atropelladamente un modelo especial de “telemedicina” que aquí quiere decir en sentido clásico del prefijo “tele” mantener al médico alejado de los pacientes, no lo que significa en la actualidad en todo el mundo: prestación de servicios médicos a distancia empleando tecnologías de la información y las comunicaciones. Imposible esto último en unas zonas a las que no llega ni una velocidad mediocre de Internet.

Existen cientos de partidas presupuestarias en las que recortar. Existen solo unas pocas en las que no se debe reducir ni un céntimo el esfuerzo económico sin realizar previamente un estudio completo de necesidades, alternativas de mejora o, al menos, mantenimiento de la calidad en la prestación de servicios necesarios. Lo que hemos de exigir a la Consejería y al gobierno PP-Ciudadanos de Castilla y León es que garanticen que cada uno de los habitantes de nuestras cada vez más despobladas y envejecidas zonas rurales tengan la asistencia médica y sanitaria básica equivalente a la de cualquier otro ciudadano español. No se trata de complejos hospitalarios ni de costosas instalaciones para tratamientos específicos. Para eso el paciente deberá desplazarse al lugar que corresponda pero para la atención primaria en zonas rurales es la Administración la que debe desplazarse. Cueste lo que cueste. En campaña electoral y sobre todo al día siguiente.

domingo, 6 de octubre de 2019

Sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa


Parlamento Europeo
2019-2024
Documento de sesión
18.9.2019

PROPUESTA DE RESOLUCIÓN COMÚN

presentada de conformidad con el artículo 132, apartados 2 y 4, del Reglamento interno
para sustituir a las propuestas de Resolución siguientes: 
B9-0097/2019 (PPE)
B9-0098/2019 (ECR)
B9-0099/2019 (S&D)

B9-0100/2019 (Renew)
sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa (2019/2819(RSP))

Michael Gahler, Andrius Kubilius, Rasa Juknevičienė, Željana Zovko, David McAllister, Antonio Tajani, Sandra Kalniete, Traian Băsescu, Radosław Sikorski, Andrzej Halicki, Andrey Kovatchev, Ewa Kopacz, Lukas Mandl, Alexander Alexandrov Yordanov, Andrea Bocskor, Inese Vaidere, Elżbieta Katarzyna Łukacijewska, Vladimír Bilčík, Ivan Štefanec, Liudas Mažylis, Loránt Vincze, Arba Kokalari
en nombre del Grupo PPE
Kati Piri, Isabel Santos, Sven Mikser, Marina Kaljurand
en nombre del Grupo S&D
Michal Šimečka, Frédérique Ries, Ramona Strugariu, Katalin Cseh, Ondřej Kovařík, Vlad-Marius Botoş, Izaskun Bilbao Barandica, Jan-Christoph Oetjen, Sheila Ritchie, Olivier Chastel, Petras Auštrevičius en nombre del Grupo Renew
Ryszard Antoni Legutko, Anna Fotyga, Tomasz Piotr Poręba, Dace
B9-0097/2019 } B9-0098/2019 } B9-0099/2019 } B9-0100/2019 } RC1
Melbārde, Witold Jan Waszczykowski, Ryszard Czarnecki, Jadwiga Wiśniewska, Bogdan Rzońca, Anna Zalewska, Jacek Saryusz-Wolski, Grzegorz Tobiszowski, Joanna Kopcińska, Elżbieta Rafalska, Joachim Stanisław Brudziński, Beata Szydło, Beata Mazurek, Andżelika Anna Możdżanowska, Beata Kempa, Patryk Jaki, Charlie Weimers
en nombre del Grupo ECR
RC\1189056ES.docx 2/8
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Resolución del Parlamento Europeo sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa
(2019/2819(RSP))


El Parlamento Europeo,

- Vistos los principios universales de los derechos humanos y los principios fundamentales de la Unión Europea como una comunidad basada en valores comunes,
- Vista la declaración realizada por el vicepresidente primero Frans Timmermans y la comisaria Vĕra Jourová el 22 de agosto de 2019, víspera del Día Europeo en Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo,
- Vista la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, adoptada el 10 de diciembre de 1948,
- Vista su Resolución, de 12 de mayo de 2005, sobre el 60.o aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en Europa el 8 de mayo de 19451,
Vista la Resolución 1481 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, de 26 de enero de 2006, sobre la necesidad de una condena internacional de los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios,
- Vista la Decisión Marco 2008/913/JAI del Consejo, de 28 de noviembre de 2008, relativa a la lucha contra determinadas formas y manifestaciones de racismo y xenofobia mediante el Derecho penal2,
Vista la Declaración de Praga sobre la Conciencia Europea y el Comunismo, adoptada el 3 de junio de 2008,
- Vista su Declaración sobre la proclamación del 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo, adoptada el 23 de septiembre de 20083,
- Vista su Resolución, de 2 de abril de 2009, sobre la conciencia europea y el totalitarismo4,
- Visto el informe de la Comisión, de 22 de diciembre de 2010, sobre la memoria de los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios en Europa (COM(2010)0783),
- Vistas las Conclusiones del Consejo, de 9 y 10 de junio de 2011, sobre la memoria de los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios en Europa,
- Vista la Declaración de Varsovia pronunciada el 23 de agosto de 2011, con ocasión del Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y el Nazismo,
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–  Vista la declaración conjunta realizada el 23 de agosto de 2018 por representantes del Gobierno de los Estados miembros en conmemoración de las víctimas del comunismo,
–  Vista su histórica Resolución sobre la situación en Estonia, Letonia y Lituania, aprobada el 13 de enero de 1983 como respuesta al «Llamamiento Báltico» de 45 ciudadanos de esos países,
–  Vistas las resoluciones y declaraciones sobre los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios adoptadas por varios Parlamentos nacionales,
–  Visto el artículo 132, apartados 2 y 4, de su Reglamento interno,
  1. Considerando que este año se conmemora el 80.o aniversario del estallido de la Segunda Guerra Mundial, que provocó un sufrimiento humano sin precedentes y dio lugar a la ocupación de varios países europeos durante décadas;

  2. Considerando que hace 80 años, el 23 de agosto de 1939, la Unión Soviética comunista y la Alemania nazi firmaron un Tratado de no Agresión, conocido como el Pacto Molotov-Ribbentrop, y sus protocolos secretos, por el que Europa y los territorios de Estados independientes se repartían entre estos dos regímenes totalitarios y se agrupaban en torno a esferas de interés, allanando así el camino al estallido de la Segunda Guerra Mundial;

  3. Considerando que, como consecuencia directa del Pacto Molotov-Ribbentrop, al que le siguió el Tratado de Amistad y Demarcación nazi-soviético de 28 de septiembre de 1939, la República de Polonia fue invadida en primer lugar por Hitler y, dos semanas después, por Stalin, lo que privó al país de su independencia y conllevó una tragedia sin precedentes para el pueblo polaco; que la Unión Soviética comunista comenzó, el 30 de noviembre de 1939, una agresiva guerra contra Finlandia y, en junio de 1940, ocupó y se anexionó partes de Rumanía (territorios que nunca fueron devueltos) y se anexionó las repúblicas independientes de Lituania, Letonia y Estonia;

  4. Considerando que, tras la derrota del régimen nazi y el fin de la Segunda Guerra Mundial, algunos países europeos pudieron reconstruirse y acometer un proceso de reconciliación, pero otros siguieron sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico;

  5. Considerando que, mientras que los crímenes del régimen nazi fueron evaluados y castigados gracias a los juicios de Núremberg, sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos;

  6. Considerando que, en algunos Estados miembros, las ideologías comunista y nazi están prohibidas por ley;

  7. Considerando que, desde su inicio, la integración europea ha sido una respuesta a los sufrimientos provocados por dos guerras mundiales y por la tiranía nazi, que condujo al Holocausto, y a la expansión de los regímenes comunistas totalitarios y antidemocráticos en la Europa Central y Oriental, así como una manera de superar lasprofundas divisiones y hostilidades en Europa mediante la cooperación y la integración y de acabar con las guerras y consolidar la democracia en Europa; que para los países europeos que sufrieron la ocupación soviética y las dictaduras comunistas, la ampliación de la Unión, que comenzó en 2004, supuso su regreso a la familia europea, a la que pertenecen;
  1. Considerando que deben mantenerse vivos los recuerdos del trágico pasado de Europa, con el fin de honrar la memoria de las víctimas, condenar a los autores y establecer las bases para una reconciliación basada en la verdad y la memoria;

  2. Considerando que recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras comunista, nazi y de otro tipo es de vital importancia para la unidad de Europa y de los europeos, así como para consolidar la resiliencia europea frente a las amenazas externas actuales;

  3. Considerando que hace treinta años, el 23 de agosto de 1989, se celebró el
    50.o aniversario del Pacto Molotov-Ribbentrop y se recordó a las víctimas de los regímenes totalitarios mediante la Cadena Báltica, una manifestación sin precedentes en la que participaron dos millones de lituanos, letones y estonios que, tomándose de la mano, formaron una cadena humana desde Vilna hasta Tallin, pasando por Riga;


  4. Considerando que, a pesar de que el 24 de diciembre de 1989 el Congreso de los Diputados del Pueblo de la URSS condenó la firma del Pacto Molotov-Ribbentrop, junto con otros acuerdos celebrados con la Alemania nazi, las autoridades rusas negaron, en agosto de 2019, ser responsables de este acuerdo y de sus consecuencias, y en la actualidad están fomentando la idea de que Polonia, los Estados bálticos y Occidente fueron los verdaderos instigadores de la Segunda Guerra Mundial;

  5. Considerando que recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo es de vital importancia para la unidad de Europa y de los europeos, así como para consolidar la resiliencia europea frente a las amenazas externas actuales;

  6. Considerando que grupos y partidos políticos abiertamente radicales, racistas y xenófobos incitan al odio y a la violencia en la sociedad, por ejemplo mediante la difusión de discursos de incitación al odio en línea, lo que a menudo genera un aumento de la violencia, la xenofobia y la intolerancia;
  1. Recuerda que, tal como se consagra en el artículo 2 del TUE, la Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías; recuerda, asimismo, que estos valores son comunes a todos los Estados miembros;

  2. Pone de relieve que la Segunda Guerra Mundial, la guerra más devastadora de la historia de Europa, fue el resultado directo del infame Tratado de no Agresión nazi- soviético de 23 de agosto de 1939, también conocido como Pacto Molotov-Ribbentrop, y sus protocolos secretos, que permitieron a dos regímenes totalitarios, que compartían el objetivo de conquistar el mundo, repartirse Europa en dos zonas de influencia;

  1. Recuerda que los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad; recuerda, asimismo, los atroces crímenes del Holocausto perpetrado por el régimen nazi; condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios;

  2. Expresa su profundo respeto por cada una de las víctimas de estos regímenes totalitarios y pide a todas las instituciones y agentes de la Unión que hagan todo lo posible para asegurarse de que los atroces crímenes totalitarios contra la humanidad y las graves violaciones sistemáticas de los derechos humanos sean recordados y llevados ante los tribunales, y que garanticen que estos crímenes no vuelvan a repetirse jamás; hace hincapié en la importancia de mantener viva la memoria del pasado, puesto que no puede haber reconciliación sin memoria, y reafirma su posición unida contra todo régimen totalitario sea cual sea su ideología de base;

  3. Pide a todos los Estados miembros de la Unión que hagan una evaluación clara y basada en principios de los crímenes y los actos de agresión perpetrados por los regímenes comunistas totalitarios y el régimen nazi;

  4. Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión;

  5. Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; expresa su gran preocupación ante la creciente aceptación de ideologías radicales y la regresión al fascismo, el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia en la Unión Europea; manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; pide a los Estados miembros que condenen estos actos de la forma más enérgica posible, ya que menoscaban los valores de paz, libertad y democracia de la Unión;

  6. Pide a todos los Estados miembros que conmemoren el 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo a escala tanto nacional como de la Unión, y que sensibilicen a la nueva generación con respecto a estas cuestiones incluyendo la historia y el análisis de las consecuencias de los regímenes totalitarios en los planes de estudios y los libros de texto de todas las escuelas de la Unión; pide a los Estados miembros que apoyen la documentación del turbulento pasado de Europa, por ejemplo mediante la traducción de los procedimientos de los juicios de Núremberg a todas las lenguas de la Unión;

  7. Pide a los Estados miembros que condenen y contrarresten todas las formas de negación del Holocausto, incluidas la trivialización y la minimización de los crímenes cometidos por los nazis y sus colaboradores, y que eviten su banalización en el discurso político y en los medios de comunicación;
  1. Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia; anima a los Estados miembros a promover, a través de la cultura en general, la educación relativa a la diversidad de nuestra sociedad y nuestra historia común, incluida la enseñanza de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, como el Holocausto, y la deshumanización sistemática de sus víctimas durante años;

  2. Pide, además, que el 25 de mayo (aniversario de la ejecución del capitán Witold Pilecki, héroe de Auschwitz) sea declarado Día internacional de los héroes de la lucha contra el totalitarismo, que será una muestra de respeto y un homenaje hacia todos aquellos que, al luchar contra la tiranía, demostraron su heroísmo y su sincero amor por la humanidad, y también ofrecerá a las generaciones futuras un claro ejemplo de la actitud que se debe asumir ante la amenaza de esclavización totalitaria;

  3. Pide a la Comisión que preste apoyo efectivo a los proyectos que promueven la memoria histórica y el recuerdo en los Estados miembros y a las actividades de la Plataforma de la Memoria y la Conciencia Europeas, y que asigne recursos financieros suficientes en el marco del programa Europa para los Ciudadanos, con el fin de apoyar la conmemoración y el recuerdo de las víctimas del totalitarismo, tal y como se establece en la posición del Parlamento sobre el programa Derechos y Valores 2021- 2027;

  4. Declara que la integración europea como modelo de paz y reconciliación ha sido una opción libre de los pueblos de Europa para comprometerse en favor de un futuro compartido y que la Unión Europea tiene la responsabilidad especial de promover y proteger la democracia, el respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho, no solo dentro sino también fuera de la Unión Europea;

  5. Señala que, a la luz de su adhesión a la Unión y a la OTAN, los países de Europa Central y Oriental no solo han regresado a la familia europea de países democráticos libres, sino que también han demostrado el éxito, con la ayuda de la Unión, de las reformas y el desarrollo socioeconómico; subraya, no obstante, que la posibilidad de adhesión debe seguir abierta a otros países europeos, como estipula el artículo 49 del TUE;

  6. Sostiene que Rusia sigue siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;

  7. Muestra su profunda preocupación por los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;

  8. Expresa su preocupación por el hecho de que se sigan usando símbolos de los


Totalitarismo y memoria histórica

En septiembre el Parlamento Europeo aprobaba la Resolución 2019/2819 sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa (accesible en: www.europarl.europa.eu/doceo/document/RC-9-2019-0097_ES.html), que, a estas alturas de la historia, debería ser respaldada por cualquier ciudadano no afectado de grave miopía ideológica. Sin embargo, apenas se ha difundido está generando polémica en amplios sectores que no admiten que todos los totalitarismos son uno y que, como viene a manifestar sin ambages la resolución, nazismo y comunismo no son sino el anverso y el reverso, perfectamente intercambiables, de la misma moneda; la de la opresión, el aniquilamiento de la libertad individual de acción pero también y sobre todo, de pensamiento y opinión.

La resolución considera el inicio de la Segunda Guerra Mundial “consecuencia directa del Pacto Molotov-Ribbentrop, al que le siguió el Tratado de Amistad y Demarcación nazi-soviético de 28 de septiembre de 1939, la República de Polonia fue invadida en primer lugar por Hitler y, dos semanas después, por Stalin, lo que privó al país de su independencia y conllevó una tragedia sin precedentes para el pueblo polaco; que la Unión Soviética comunista comenzó, el 30 de noviembre de 1939, una agresiva guerra contra Finlandia y, en junio de 1940, ocupó y se anexionó partes de Rumanía (territorios que nunca fueron devueltos) y se anexionó las repúblicas independientes de Lituania, Letonia y Estonia”.

Recuerda así mismo “que los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad”. No obstante, a aquellos que prefieren el puño elevado al cielo en vez de las verdades como puños les incomoda que abra las carnes por igual la contemplación de un campo de concentración nazi o comunista. Ni ahora, con la historia tamizada de olvido por el paso del tiempo, ni cuando Alexander Solzhenitsyn publicó en Francia su “Archipiélago Gulag” en 1973 cae para toda la izquierda la venda sobre lo que el marxismo, Lenin y Stalin han aportado a la humanidad. 

El escritor Juan Benet, con motivo de una visita del escritor ruso a la España franquista en la que éste se sorprendía de que hubiera libertad para moverse por el país, leer prensa extranjera o hacer fotocopias, declaraba: ”Yo creo firmemente que, mientras existan personas como Alexandr Solzhenitsin, los campos de concentración subsistirán y deben subsistir. Tal vez deberían estar un poco mejor guardados, a fin de que personas como Solzhenitsin no puedan salir de ellos”. Al respecto, señalaba la poco dudosa Pilar Rahola en una reciente columna, “al fin y al cabo, a diferencia del nazismo, cuyas ideas se ligaban a lo peor del pensamiento, el comunismo se vestía con los adornos de las causas nobles que querían mejorar el mundo, y no se podía permitir, desde la mirada progresista, que fuera un anticomunista, un reaccionario, quien alzara la literatura a favor de la libertad”.

Recordar la historia sin sectarismo no es fácil para todos pero sí imprescindible para una sociedad democrática. Bien Europa, copiemos en España.

http://www.europarl.europa.eu/doceo/document/RC-9-2019-0097_ES.html