domingo, 28 de junio de 2009

30 años Secretos

En una definición científica pero horrorosa, se dice que la música son vibraciones con diferentes frecuencias, captadas y codificadas por el oído y transformadas en señales eléctricas conducidas a través del nervio auditivo hacia el sistema nervioso central. La información va llegando paulatinamente a diferentes áreas del cerebro en las que se recibe y analiza el estímulo auditivo (oímos), integramos grupos de estímulos acústicos presentados de manera simultánea y también de series consecutivas de sonidos de diferente tono y estructuras acústicas rítmicas. Nos dicen que las señales eléctricas son a continuación transformadas para dar una experiencia subjetiva de la música. En otras áreas, fundamentalmente del hemisferio derecho de nuestro cerebro (donde se procesa la información emocional, musical y espacial), se integra, interpreta y almacena la información que se recibe a través de los sentidos. De todo ello se suscita que una pieza musical nos pueda evocar toda una situación que puede incluir por ejemplo el lugar donde la escuchamos en otra ocasión, quién nos acompañaba, nuestras circunstancias anímicas o afectivas o la emoción que sentimos. De esta manera tan insultantemente prosaica se explica qué nos ocurre al escuchar determinada canción o asistir a un concierto como el de Los Secretos que el viernes nos regalaron Ayuntamiento y Cadena Cien. El grupo de los hermanos Urquijo (desde hace 10 años sólo de Álvaro en el escenario, aunque con Enrique omnipresente en el repertorio y en el alma del grupo) forman parte de la banda sonora de la vida de varias generaciones de españoles. Sus canciones desgranan historias de amor y desamor y destilan, a medida que como fichas de dominó van cayendo sus acordes, un halo agridulce de nostalgia, de recuerdos que se agolpan en las sienes y anudan la garganta. Historia viva y recuerdos de tres décadas en las que los españoles cambiamos y en las que ellos circularon por vías principales a veces, secundarias otras y en ocasiones pararon en vía muerta. Enrique como tantos se diluyó en la droga, pero hasta eso dejó escrito en la escalofriante “Agárrate a mí María” compuesta para su hija. Respirando cada acorde, cada punteo de su característica guitarra de 12 cuerdas y cada verso del único grupo español que lleva 30 años sobre los escenarios, no se siente que el cerebro procesa, sino que el corazón funde el tiempo y el espacio con algunas canciones que estaban ya en el primer disco que publicaron como Los Secretos en 1979 (habían nacido como “Tos” dos años antes), Así pasa con sus mayores éxitos como “Déjame” (que abandonaron y 50.000 espectadores les obligaron a recuperar en un “bis” en el 85 actuando en la Casa de Campo de Madrid como teloneros de la Orquesta Mondragón), “Sobre un vidrio mojado” (tema de un grupo sudamericano de los 60) u “Ojos de Perdida”. Canciones que hablan del pasado. Otras, las menos, lo hacen del futuro como “Nos vemos en Abril”.

miércoles, 24 de junio de 2009

Móviles, arrobas y moscas

En abril de 1973 un tal Martin Cooper, empleado de Motorola realizó la primera llamada desde el primer teléfono considerado móvil. Por marcar el hito histórico o por tocar las narices, que ya sabemos que los científicos no suelen ser de ego comedido, efectuó la llamada a su máximo rival que trabajaba en los laboratorios Bell. Dos años antes, Ray Tomlinson andaba incordiando tratando de intercambiar mensajes entre varios ordenadores. Mientras buscaba un caracter con el que separar la dirección a la que se dirigía el mensaje del nombre del servidor al que correspondía, encontró en el teclado, huérfana de padre y madre, a la arroba @. Era el único caracter que realmente no tenía utilidad alguna, no se utilizaba en el nombre de ninguna persona o empresa, tampoco en palabra alguna del lenguaje y decidió utilizarlo. Así envió el primero de sus “mails” de pruebas. Hace unos días, ambos han sido premiados con el Príncipe de Asturias de la Investigación y con ello han tomado cara en los medios de comunicación los responsables de dos hábitos tan recientes en el tiempo como imbricados en la vida actual. Ayer sin ir más lejos, en medio de una jornada de intensa actividad de la cuál hablar por el móvil (y unos cuantos “sms”) se llevó un notable porcentaje de mi tiempo, conseguí sentarme a escribir la columna que ahora estás leyendo. Al terminarla y de forma mecánica y ya casi instintiva, la inserté en un correo electrónico que, arroba incluida, voló cual virtual paloma mensajera hasta posarse en la mesa del Director del periódico. Dicen que hay en el mundo más de 3.000 millones de teléfonos móviles. Que aunque Gardel en su “Volver” dijera que 20 años no es nada, que febril la mirada, ése es el tiempo que se tardaron en alcanzar los primeros 1.000 millones. Para los segundos bastó con menos de cuatro años y para el tercer millar de millones, apenas dos años. Con tal capacidad reproductiva no es extraño que hasta a la puerta de las iglesias nos tengan que recordar que para hablar con Dios no se precisa teléfono móvil. Dicen también que la primera arroba documentada de la historia data del siglo XVI. Está en una carta enviada por un mercader italiano desde Sevilla a Roma y en ella representa con ese símbolo la medida de peso arroba. Quién les iba a decir a Cooper y a Tomlinson o a nosotros, no hace tanto tiempo, la revolución que auguraban. Y entre tanta cibernética, vemos a Obama que mientras en una mano sujeta su “Blackberry”, con la otra caza moscas. Que tampoco se preocupe mucho quien no sea tecno-adicto.

domingo, 21 de junio de 2009

Uno de los nuestros

Por si nos íbamos acostumbrando a la debilidad de la banda terrorista ETA, el viernes un nuevo latigazo de dolor recorrió la columna vertebral de todos los españoles, bueno salvo de los malnacidos, que haberlos sigue habiéndolos en número nada desdeñable. Empezaba el día con el asesinato de un servidor público, un defensor de la libertad, la seguridad y la democracia desde el ejercicio de su función en la Policía Nacional al que le arrebataban la vida con el valiente gesto de ponerle una bomba en el coche. Es fácil pasar en movimiento pendular del optimismo más iluso al pesimismo. Sin embargo, aunque a Eduardo Puelles, no le sirva ya de nada, es verdad que ahora más que nunca hay motivos para creer que está cercano el fin de los asesinos. Sí, ya sé que es una verdad de Perogrullo afirmar que como el terrorismo algún día acabará, cada día que pasa estamos más cerca de que eso ocurra. Pero lo cierto es que a pesar del paso atrás provocado por el embeleco de la tregua trampa, la legitimación que para ese submundo supuso la negociación política al más alto nivel y el retroceso en la vía del aislamiento internacional e institucional de los radicales, la situación política en el País Vasco es ahora, por primera vez desde el advenimiento de la democracia, sustancialmente diferente. El Gobierno del socialista Patxi López con el apoyo del Partido Popular, ha modificado para bien el escenario y las reglas del juego político. Frente a las cartas marcadas del cinismo peneuvista, la claridad del imperio de la ley y los principios constitucionales han de ser la nueva y definitiva hoja de ruta. El camino no va a resultar fácil ni exento de dolor. El nacionalismo corrupto es fruto de una sociedad enferma; la enfermedad del nacionalismo se ancla fuerte en una sociedad corrompida. Ambos son elementos que se retroalimentan y romper ese círculo vicioso es una tarea compleja que requiere tiempo, dedicación y altura de miras. En una encuesta publicada esta semana hemos sabido que sólo un diez por ciento de los vascos respaldan la alianza del PSOE con el PP. La mayoría cree que el Gobierno debería haber sido de coalición de los socialistas con el PNV. Es decir, con los mismos que aunque lo imaginábamos, ahora hemos sabido a ciencia cierta daban instrucciones a la Ertzaintza de que no actuara con demasiada intensidad contra ETA. Los que llevan años recogiendo las nueces del árbol que agitan los abertzales. Los que daban a los terroristas presos las ayudas que negaron a las víctimas. Todavía ayer las fuerzas del orden retiraban en Arrigorriaga, una pancarta reivindicando la vuelta de un asesino preso. Una sabandija a la que muchos allí consideran uno de los suyos. El resto no podremos ya pedir la vuelta de Eduardo Puelles por mucho que sea uno de los nuestros. Descanse en paz.

miércoles, 17 de junio de 2009

Las Edades, de Zamora

Era el día de San Fernando de 2001 cuando se inauguraba RemembranZa, la edición de las Edades del Hombre que eligió Zamora como sede. Recuerdo los dos años previos en los que habíamos ido pergeñando todo lo que abarcar pudimos para que la ciudad estuviera a la altura del evento que se anunciaba. En junio del 99, tras las segundas elecciones que el Partido Popular y Antonio Vázquez ganaban, el Alcalde me encomendó dejar la concejalía de Economía, Hacienda y Régimen Interior y Organización para pasar a ocuparme de otra, pensada precisamente para coordinar las diferentes áreas de actividad que habían de preparar y transformar la ciudad y sobre todo el Casco Antiguo para el reto de “las Edades”. Era la de Fomento de la Actividad Económica, Turismo y Obras Públicas. En ella se amalgamaban competencias y equipos humanos dispares. Obras siempre había estado integrada con Urbanismo. Turismo era una incipiente rama de actividad que había brotado de Cultura gracias a Pedro Roda. Fomento era una Concejalía creada hacía cuatro años de la mano de Fernando Chacón y cuyo motor, la novedosa Oficina Municipal de Desarrollo llevaba funcionando sólo un año y medio con Carlos de Anta como concejal. Ayer, con la primicia que nos asaltaba desde la primera página de La Opinión, me llevé una alegría como pocas veces al coger un periódico. La elección de Zamora como sede permanente de la Fundación hizo que inmediatamente rememorara aquellos meses de hace ya diez años, en los que tantos funcionarios municipales, colaboradores y empresas trabajaron con denuedo para llegar a tiempo y en condiciones a la cita. No dudábamos que la Fundación haría su parte perfectamente, eso lo sabíamos desde las primeras reuniones con Antonio y María Meléndez. Y sabíamos que nuestro trabajo era paralelo y complementario al suyo para hacer que el éxito que la sola mención de las Edades garantizaba, redundara intensamente en beneficio de la ciudad y sus habitantes. Acometer la renovación integral del Casco, o con la filosofía que la definía, recuperar su carácter perdido. Señalizar y amueblar. Ganar espacio para los peatones. Aumentar y crear incentivos para el arreglo de fachadas y la apertura y mejora de negocios en el Casco Histórico. Jardines. Limpieza. Policía. Protección Civil. Tareas públicas para la mayoría de edad de nuestro turismo. La iniciativa privada hizo el resto. Nuevos hoteles, restaurantes, tiendas… “Las Edades del Hombre”, es la marca más notoria e identificativa de Castilla y León. Su vinculación a corto y largo plazo a Zamora es más importante de lo que a simple vista parece. Esta vez el vicio centralizador no ha prevalecido y eso hay que agradecerlo en primer lugar a las once diócesis que conforman la Iglesia de nuestra región y también, estoy seguro de ello al Presidente Herrera personalmente. Debemos felicitar a Obispo y Alcaldesa por el logro y en conjunto a todos los zamoranos. Aunque esto también nos recuerda que no sólo para las piedras pasa el tiempo.

domingo, 14 de junio de 2009

Extremidades varias

Franns Melgar Vargas llegó de una de las naciones más míseras de Hispanoamérica, para encontrarse con un miserable empresario de la Madre Patria. Hace unos días, el brazo con el que, amasando sin contrato en una panificadora, conseguía llevarse al bolsillo dos Euros por cada hora de trabajo, terminaba en la basura y el resto del cuerpo a doscientos metros de la puerta de emergencias de un hospital. Ya sabemos en cuánto valoran algunos una extremidad de un inmigrante y con una sencilla fórmula matemática, en cuánto al inmigrante entero. Pero no hay de qué preocuparse, al ilegal carne de cañón aún le quedan el 75 por ciento de sus extremidades. Con un brazo y dos piernas, si no dos Euros, seguro que puede ganar uno cincuenta a la hora. Tantas monedas, que con una sola mano le será difícil contarlas. Casi a la vez que supimos del hasta entonces anónimo Franns, nos dijeron que otras extremidades, las piernas de un tal Cristiano Ronaldo, valen noventa y cuatro millones de Euros y es verdad que lo valen si alguien los paga. Gracias a ellas, el inmigrante portugués podrá utilizar sus manos para llevarse al bolso los dos Euros del boliviano cada siete segundos, sean éstos de trabajo o de descanso. Aunque podría haber elegido mejor, no me extraña que el astro futbolístico nada más saber en cuánto se valoran sus extremidades inferiores, y quizás en homenaje inconsciente a Franns, se haya dedicado a amasar a conciencia a Paris Hilton en una discoteca de Los Ángeles. Nos dicen que a modo de levadura las dos “celebrities” fundieron 17.000 Euros en consumiciones. La misma cifra, pero en millones, que nuestro Gobierno de piernas cortas, brazo largo y mano rota, ha tenido que habilitar nada más pasar las elecciones, para pagar a los parados, que una semana después de negarlo, ya nos advierten serán cinco millones en pocos meses. Y como los brotes verdes se han secado, aumentan los impuestos (luego vendrán otros) del tabaco y los combustibles. Querrán nuestros benefactores que ocupemos nuestras manos en cosas distintas de fumar y que en lugar de en coche vayamos andando. Quien mueve las piernas mueve el corazón. La subida afectará al empresario de Franns, que seguirá yendo en coche pues su corazón o es inamovible o está muerto. Menos a éste pues ahora tiene la mitad de posibilidades de sujetar un cigarrillo y ha de mantener en forma sus piernas para escapar si en otra ocasión un jefe menos caritativo, en lugar del brazo, pretende tirarlo entero a la basura. A Ronaldo, como a otros ricos, se la trae al pairo. Va a ser verdad que con el paso de los tiempos construimos un mundo mejor. También que sigue estando muy lejos de ser el mejor de los mundos.

miércoles, 10 de junio de 2009

¡Ya te digo!

- ¿Has visto los periódicos? Qué despliegue por tierra, mar y aire, para sacarle punta a los resultados de las elecciones europeas. - Como para no verlo. El interés de los analistas es inversamente proporcional al mostrado por los electores el domingo. - Había miedo de que si hacía bueno la gente se largara a la playa o al campo; que dejan mejor gusto la tortilla y los pimientos que la papeleta y el sobre. - ¡Ya! Pues algo así debió ocurrir aunque estuviera nublado y amenazando lluvia, porque fuimos cuatro. Para mí que esto de Europa, la mitad no se lo cree y a la otra mitad le da igual. Menos mal que todos han tenido motivos para felicitarse, y así tan contentos. - ¡Ya te digo! Aunque Zapatero algo se ha tenido que asustar, que Rajoy le ha sacado medio millón de votos y eso duele. Y más a él, que como todos los Césares, siente la invencibilidad que transmite la púrpura y presumía de no haber perdido nunca una elección. Y salvo el País Vasco, ya ves qué añito lleva. - Es lo que tiene la democracia, que ganas siempre hasta que pierdes la primera… ¡y que a veces es la última a la que te dejan presentar! Pero tranquilo, que ya ha dicho que en un año los brotes verdes de la economía serán tallos enhiestos en forma de altar laico y volverá a congregar la fe y la pasión de todos y todas los ciudadanos y ciudadanas. - ¡Qué va a decir! Eso, o esperar a que Obama venga a reconquistar Al Andalus de manos de la Inquisición. Ésa es otra, que como Barack Hussein no estudie un poco o se asesore mejor, todavía veo que tienen que subir Mayor Oreja y Rajoy al caballo blanco de Santiago para defender Covadonga. - ¡Ufff! Para salvar el mundo estamos aquí. Al que se veía contento es a Mariano, lo que hubiera yo pagado por saber qué estaba pensando cuando salió al balcón y recordó lo del congreso de Valencia. - ¡Como para no estar contento! A ver quién es el majo que le pone pegas ahora a que sea el candidato otra vez. Lo apoya Zapatero y hasta Aguirre lo corona como rey. Hace un año dijo que a esto le daba la vuelta y mira, mira... - ¡Eso es verdad! Ni los más optimistas soñaban hace nada con un triplete así. Cuando lleguen las Generales ganará, o no; pero ahora tendrá tiempo de fumarse más de un puro. ¿Y qué me dices de lo de UPD? - Eso para otro día, que puede dar mucho juego. - ¡Ya te digo!

domingo, 7 de junio de 2009

Burbujas

En “Caminante no hay camino” confesó Machado amar los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón. Esta noche, tras el escrutinio de las Elecciones al Parlamento Europeo, millones de otras pompas, éstas de cava o champagne, se elevarán desde el fondo de las copas con las que se brindará en los cuarteles generales de todos los partidos políticos. Permite la europea, mejor que ninguna otra cita electoral, por ser lista y circunscripción única para toda España, que todos puedan hacer una lectura positiva de los resultados. Aunque sólo voten cuatro de cada diez españoles porque el resto piensan que no se juegan nada. Habrá burbujas en el PP porque salvo fallo generalizado de todas las encuestas, habrán ganado en votos y número de escaños. También ganarán en el conjunto de Europa las candidaturas de centro-derecha y liberales. Lo hará Rajoy, pues el resultado le permitirá reforzar su liderazgo interno y otear, a pesar de lo incierto, el futuro con optimismo. Y Jaime Mayor porque habrá conseguido salvar para los populares votos que hace unos meses parecían perdidos. Brindarán en el PSOE, porque a pesar de la crisis económica, los cuatro millones de parados y el desgaste del Gobierno, el resultado será cercano al empate técnico y faltando dos años para la cita de las municipales y autonómicas y tres para las generales, este resultado no presupone anticipo de cambios significativos de tendencia ni de Gobierno. Habrá burbujas planetarias en la copas de Zapatero tras salvar una etapa más de su carrera por ganar tiempo al tiempo mientras espera que Obama nos saque a todos las castañas del fuego. Chocarán las copas en la UPD de Rosa Díez porque, parece seguro, su candidato número uno, Sosa Wagner tendrá un sitio en Estrasburgo con la promesa de pedir más Europa a partir de más España y menos Taifas autonómicas. Para compensar, también los nacionalistas tendrán su representación y razones para brindar. Hace unos meses, les prometí una botella de champagne o del espumoso de Wences, al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Zamora si ganaban la querella contra IU por las filtraciones del Plan de Urbanismo. No porque yo estuviera de acuerdo, que no era el caso y así lo dije, con la decisión de presentarla, sino porque recibirían de su propia medicina quienes tanto han abusado de ampararse en el eco de los tribunales, aunque al final siempre quedara en nada, para dilucidar cuestiones que sólo son políticas. Como era previsible, razonable y positivo para la democracia, ni siquiera ha sido admitida a trámite. Ahora lo mejor es que unos dejen lo anecdótico y se centren en sacar adelante un Plan ya indispensable y otros dejen de bombardear y boicotear por sistema, en su búsqueda de un caos que les permita presentarse como únicos garantes del orden. Disfruten de las burbujas si les tocan y sean como ellas, sutiles, ingrávidos y gentiles.

miércoles, 3 de junio de 2009

Los gladiadores de Pep

Ayer vi en You Tube los 7 minutos de video que Guardiola encargó para la final de la Champions de Roma. Justo antes del partido, apagó las luces en el vestuario y lo exhibió a sus jugadores. Imágenes entremezcladas de cada uno de los componentes de la plantilla en momentos álgidos de la temporada y fotogramas de la película “Gladiator”. Un fondo musical sólo cortado por la ovación del público ante goles clave de la temporada, (máximo apogeo con el de Iniesta ante el Chelsea) y en dos ocasiones por frases de la misma película, “no sabemos a qué nos enfrentamos pero es más fácil que sobrevivamos si peleamos juntos” y “había un sueño que era Roma”. Tras ésta, el último minuto, una famosa aria de Puccini. Acto final de su ópera “Turandot”, “Nessum dorma”, (nadie duerma) en la que el príncipe Calaf termina cantando “Tramontane, stelle! All'alba vincerò! Vincerò! Vincerò!” (¡Pónganse las estrellas! ¡Al alba venceré!¡Venceré, venceré!). Quizás sin la innovación del entrenador, el Barcelona hubiera ganado igual aquella final. Pero qué duda cabe que este vídeo supuso un broche que concentró en unos instantes toda la motivación que ese equipo ha demostrado y derrochado a lo largo de una temporada épica. Con ello acrecentó la fuerza del grupo y soldó su unión. No es mi intención la alabanza por tratarse del Barcelona, podría haber sido otro club. Lo que me parece reseñable está más allá de la competición deportiva. Guardiola y su equipo han reivindicado que se puede ganar siguiendo fielmente unos principios, siendo valientes, no abdicando de su forma de ver el juego, ni de su personalidad en ninguna circunstancia y ante ningún rival. No vendiendo su alma. En los días previos ya advirtió de que nadie pensara que iban a ir a Roma a especular, tampoco a divertirse, sino a luchar, sufrir y ganar. Guardiola ha impartido durante todo el año y seguramente sin pretenderlo, una lección de liderazgo al nivel de las mejores escuelas de negocios. Con mucha formación, pero sin más experiencia previa como entrenador que la vivida en la tercera división, recogió un grupo con resultados mediocres y lo reforzó sin estrellas especialmente fulgurantes, pero les dio la argamasa que necesitaban para convertirse en un bloque homogéneo, sólido y en el que por no ser nadie insustituible todos fueron y se sintieron importantes. En diferentes momentos de mi vida he pasado por tres de esas escuelas en las que se forma a directivos. En las que se enseña que la fuerza del equipo ha de ser superior a la de la suma de las individualidades que lo componen. En las que se reafirma que el liderazgo sólo es tal cuando no es impuesto, sino irradiado por el propio comportamiento y libremente reconocido por los demás. Pues bien, de aquellas a las que he asistido, la más bella y eficaz clase práctica ha sido la del “team” Guardiola.

lunes, 1 de junio de 2009

El Quijote, cap. XX

Con la venia de Cervantes. O de cómo decir lo mismo de muy diferente forma: “En esto, parece ser, o que el frío de la mañana, que ya venía, o que Sancho hubiese cenado algunas cosas lenitivas, o que fuese cosa natural –que es lo que más se debe creer-, a él le vino en voluntad y deseo de hacer lo que otro no pudiera hacer por él; mas era tanto el miedo que había entrado en su corazón, que no osaba apartarse un negro de uña de su amo. Pues pensar de no hacer lo que tenía gana, tampoco era posible; y así, lo que hizo, por bien de paz, fue soltar la mano derecha, que tenía asida al arzón trasero, con la cual, bonitamente y sin rumor alguno, se soltó la lazada corrediza con que los calzones se sostenían, sin ayuda de otra alguna, y, en quitándosela, dieron luego abajo y se le quedaron como grillos. Tras esto, alzó la camisa lo mejor que pudo y echó al aire entrambas posaderas, que no eran muy pequeñas. Hecho esto –que él pensó que era lo más que tenía que hacer para salir de aquel terrible aprieto y angustia-, le sobrevino otra mayor, que fue que le pareció que no podía mudarse sin hacer estrépito y ruido, y comenzó a apretar los dientes y a encoger los hombros, recogiendo en sí el aliento todo cuanto podía; pero, con todas estas diligencias, fue tan desdichado que, al cabo al cabo, vino a hacer un poco de ruido, bien diferente de aquel que a él le ponía tanto miedo. Oyólo don Quijote y dijo: -¿Qué rumor es ése, Sancho? –No sé, señor –respondió él-. Alguna cosa nueva debe de ser, que las aventuras y desventuras nunca comienzan por poco. Tornó otra vez a probar ventura, y sucedióle tan bien que, sin más ruido ni alboroto que el pasado, se halló libre de la carga que tanta pesadumbre le había dado. Mas, como don Quijote tenía el sentido del olfato tan vivo como el de los oídos, y Sancho estaba tan junto y cosido con él que casi por línea recta subían los vapores hacia arriba, no se pudo escusar de que algunos no llegasen a sus narices; y, apenas hubieron llegado, cuando él fue al socorro, apretándolas entre los dos dedos; y, con tono algo gangoso, dijo: -Paréceme, Sancho, que tienes mucho miedo. -Sí tengo –respondió Sancho-; mas, ¿en qué lo echa de ver vuestra merced ahora más que nunca? –En que ahora más que nunca hueles, y no a ámbar –respondió don Quijote.” Recuerda en “El Orador” Cicerón que “tres cosas tiene que mirar el orador: qué decir, en qué ocasión cada cosa y de qué modo” y Quintiliano en “Instituciones Oratorias” que se debe evitar “nombrar con sus propios términos las cosas obscenas, asquerosas y bajas”. La cualidad pública exige cierta contención, aunque quizás, como concluyó don Quijote el episodio, “peor es meneallo, amigo Sancho”.