Acostumbrarse a la decepción no puede ser opción para los zamoranos. Disfruté el viernes escuchando a dos jóvenes, Saúl Furones e Irene Barahona negándose a rendirse y animando a cambiar el presente para conquistar el futuro. Fue en la tercera edición del foro “Razones para quedarnos” de La Opinión El Correo de Zamora.
Furones, con precisión y con la visión de quien contempla Zamora desde la cercanía del corazón y la distancia geográfica que da vivir y trabajar en Dublín, y Barahona, consciente de que vivimos un mundo más global que nunca y en plena transformación, completaron en apenas unos minutos un diagnóstico socioeconómico de la provincia que, no por evidente, termina de ser asumido por los zamoranos ni se encara por políticos y agentes sociales. Lo acompañaron con una breve síntesis de por dónde hemos de ir para romper la inercia que nos mantiene a la cabeza de todo aquello que provocó que -en la otra gran y destacable intervención de la jornada-, el director general de Caja Rural, Cipriano García incluyera en sus dos muy conscientes primeras frases, las palabras: “desesperación, urgente, salvación, crítico, desolador y trágico”.
Furones recordó que, a diferencia de otros territorios despoblados de Europa con los que se nos compara frecuentemente, aquí sí hubo gente y todas las políticas deben ir encaminadas a hacer que vuelva a haberla y no sigamos cayendo cuando estamos ya en la mitad de nuestro máximo histórico provincial. Barahona puso el énfasis en la esencia misma de la transformación tecnológica y vital del siglo XXI, hoy es más que nunca antes, necesario estar conectados con las grandes ciudades, ya no de España sino del mundo, pero hoy es menos necesario que nunca vivir en esas grandes ciudades. Como algunos venimos defendiendo hace tiempo, incluso en programas electorales, esto abre una gran oportunidad para la provincia de Zamora, como hace siglos que no teníamos.
Reclamó García el lanzamiento de un plan de rescate que, como defendieron los dos economistas participantes y en contra de lo postulado por el secretario de Estado de Hacienda -que vino aquí a decirnos que las crisis riman (aún estoy tratando de averiguar qué quiso decir con eso) y que nos alegremos si las cosas a otros les van bien aunque a nosotros no- incluya fiscalidad diferenciada, privilegiada para la provincia con peores parámetros de evolución socioeconómica. Con acciones que intervengan favorablemente en todos los tributos que gravan actividades productivas y renta personal de quienes aquí vivimos. Tampoco sirve que el consejero de Presidencia de la Junta, ya vemos uno de gobierno PSOE-Podemos-IU y otro de PP-Vox, nos exponga los presupuestos generales de la Comunidad pero no pueda contestar a la pregunta de la directora de este periódico de por qué fondos que sobre todo tendrían que estar destinados a Zamora se quedan en otras provincias más ricas y desarrolladas.
De nuevo, los políticos de fuera y sus serviciales delegados de aquí, muestran y demuestran que no hay salida para Zamora si nos resignamos y no agitamos el árbol. Si seguimos anclados al pasado sin una enmienda a la totalidad frente a lo que nos lleva al abismo. Como sintetizaron nuestros jóvenes y cerró su intervención el directivo de Caja Rural, si no luchamos de corazón por Zamora.