domingo, 31 de agosto de 2008

Democracia en las Tres Cruces

Escribí en su día a favor de la rápida construcción del aparcamiento de la avenida de Carlos Pinilla. Licitado hace más de un año y por fin adjudicado hace unas semanas, viene a cubrir las necesidades presentes y futuras que emanan de los usuarios y plantilla del hospital Virgen de la Concha y de los residentes de la zona. También del Campus Universitario y del futuro Centro de Congresos. Escribí, sin embargo, en contra del proyecto, parece que ya definitivamente desestimado de aparcamiento en la plaza del Cuartel Viejo. Acertados o equivocados, pues, mis argumentos gustarán o no, pero nadie dirá que en una cuestión meramente de gestión y no política están sesgados por el partidismo. Hago esta introducción, porque se está poniendo de moda en nuestra democracia y por una vez Zamora no se queda descolgada de semejante "avance", cargar de manera desaforada contra cualquier opinión o mejor dicho, directamente contra cualquier ciudadano o representante de los ciudadanos que ose emitir una opinión que se salga de lo que unos cuantos consideran políticamente correcto. Y ¿qué es lo políticamente correcto? Cada vez más, aquello que, sobre todo cuando es en contra de algo, vocifera alguien con fuerza suficientemente alta como para que los que no estén de acuerdo se acogoten y no digan ni mú. Creo que el aparcamiento de las Tres Cruces es una buena idea del equipo de gobierno municipal. Dará servicio a una de las zonas con más intensidad de tráfico tanto peatonal como de vehículos y con un gran dinamismo comercial. Las calles del entorno forman parte de una de las fases de ensanche de Zamora con mayor densidad de edificación. En superficie ocupada y en aprovechamiento en altura. Muchos de los edificios no disponen de garajes y en el resto, las plazas existentes no son suficientes para la media de vehículos de los que se dispone hoy en día por familia. La construcción del aparcamiento contribuirá a corregir los problemas de tráfico y estacionamiento en la zona y además, algo no desdeñable con la actual situación del mercado inmobiliario, supondrá una importante revalorización para las viviendas situadas en su área de influencia más cercana. Muchos vecinos lo saben y por eso lo apoyan. También los grupos de la oposición, con la excepción de los “Molina's boys”, aunque no se atrevan a decirlo claramente para evitar el supuesto desgaste frente a los contrarios a la actuación. Hay otra consideración que manifestar. Las actuaciones en áreas apartadas o periféricas, incumben, para bien y para mal, fundamentalmente a quienes viven en ellas. Las intervenciones en el centro de la ciudad, al igual que las grandes infraestructuras de interés general, afectan e incumben al conjunto de los ciudadanos, a todos, vivan donde vivan. Y sin vetar la libre expresión individual o colectiva de opiniones o pareceres, corresponde a los representantes municipales, los únicos elegidos democráticamente por todos los ciudadanos, la legitimidad para definir las políticas y ejecutar los proyectos. Esto es democracia o sea, poder del pueblo, lo contrario imposición de unos pocos al resto, o sea, totalitarismo.

miércoles, 27 de agosto de 2008

El burro y el elefante

Tras empaparnos de Olimpiadas durante las dos últimas semanas, por tierra, mar y aire, remataremos agosto y abriremos septiembre con otro gran espectáculo. Esta semana los demócratas de Obama y la próxima los republicanos de McCain celebran sus convenciones nacionales para designar los candidatos a la Presidencia de la Nación más poderosa de la Tierra. Las convenciones no son más que un gran circo mediático para colapsar las televisiones con imágenes de euforia y transmitir ilusión a los más fieles seguidores de los partidos del burro y del elefante. Para los no iniciados, no se trata de un insulto ni de una definición del candidato demócrata y del republicano respectivamente. Desde hace dos siglos, el burro es el emblema de los de Obama, Clinton, Carter y demás, mientras el elefante simboliza a los McCain, Bush y Reagan de turno. Durante estos días, en España vamos a descubrir, a través de una descomunal avalancha mediática que Obama es el único candidato con posibilidades de ganar. Ya en estos momentos, la presencia de éste en nuestros periódicos y televisiones es aproximadamente del triple que la de McCain. De aquél nos llegará lo positivo y se obviará lo que no es acorde con lo que aquí se impone, por ejemplo que ha manifestado y defendido explícitamente su fe Cristiana o que su hipotético vicepresidente apoyó y votó a favor de la invasión de Irak y el derrocamiento del tirano Sadam Hussein. De McCain apuéstense algo a que lo que nos reiterarán será su fama de tener un carácter iracundo y no las propuestas electorales estrella que presente. Se buscarán paralelismos entre el joven, idealista y dialogante Obama con nuestra desgracia nacional por excelencia, el presidente Zapatero y eso aunque en su gira por Europa aquél evitó conscientemente pisar España. En fin, nos dirán, escribirán y enseñarán que Obama ya ha ganado por goleada no sólo gracias al apoyo de José Blanco. ¡Ay! de quien ose ser voz discordante. Pero lo cierto es que a falta de dos meses y medio para que Dios mediante (el 95% de los americanos cree en Dios), el día 4 de noviembre se celebren las elecciones, las encuestas dan lo que los estadísticos llaman “empate técnico”, que en román paladino viene a querer decir que no tienen ni idea de quién puede ser el cuadragésimo cuarto presidente de la Unión. Recuerdo cómo en las anteriores, la emisora del más importante grupo de medios de comunicación de nuestro país, dedicó la jornada previa y las primeras horas del día de autos a transmitirnos de la manera más veraz, cómo oleadas de ciudadanos salían de sus casas para votar al demócrata John Kerry, tras una campaña previa similar a la que ahora vivimos. Debieron perderse o despistarse, resulta que ganó Bush. No hagan mucho caso de lo que les digan. Ganará quien quieran los americanos, como es lógico. Saldrá burro o elefante. Algunas veces incluso les sale rana, pero son las menos. Básicamente por dos razones. La primera, no eligen a la ligera, durante meses escrutan y seleccionan a los candidatos de cada bando en las primarias. La segunda, desde su independencia siempre han vivido en democracia. Alguna lección pueden dar.

domingo, 24 de agosto de 2008

El peso del silencio

El brutal accidente de Barajas recorre como un escalofrío la espina dorsal de España, de Castilla y León y de Zamora. Entre nosotros, la cicatriz queda marcada de Fuentesaúco a Granja de Moreruela pasando por la ciudad de Toro, donde por número de afectados y notoriedad pública de los mismos, ha transformado en duelo colectivo lo que debería haber sido jovial comienzo de una de las celebraciones festivas con más cátedra en la provincia. La muerte, siempre tan presente como la propia vida se ha vuelto a manifestar con crudeza, incisiva como el acero afilado, gélida como el hielo. La muerte nos iguala a todos. Toma mil formas, mas siempre es la misma. La muerte parece más muerte cuando es televisada, pero cuando el estruendo cesa, queda el mismo vacío. El silencio absoluto ni siquiera nos aterra, tal es su desproporción respecto de nuestra insignificancia. En verso cantado, recita el italiano Franco Battiato “difícil entender lo que es justo y que el Eterno no ha tenido origen, porque la mente nuestra es temporal”. Cada día, tal como unos nacen, otros nos abandonan. Por el natural devenir de la edad. Por la enfermedad que caprichosa busca cuerpos en los que cebarse. Por circunstancias que la fatalidad convierte en accidente. O por la maldad humana. Sin embargo, ya sea de manera fortuita o intencionada, cuando el drama es colectivo, cuando el sacrificio de vidas alcanza la proporción de la antigua hecatombe griega, adquiere una mayor resonancia que a todos nos incumbe. No es extraño que Toro al completo esté conmovido y roto por la tragedia, que en Madrid, en las primeras horas, se contaran por cientos las personas que acudían a los centros hospitalarios a ofrecer su sangre para los heridos o que la solidaridad general alcance en estas citas la cualidad de verdadera fraternidad. Es en estos momentos, cuando más valor toma la actitud de quienes hacen de la asistencia a los demás su quehacer cotidiano, sin más interés que la vocación de servicio y el amor al prójimo. Mañana mismo en Toro, la agrupación local de la Asociación Española de la Lucha Contra el Cáncer, celebra un festival benéfico. Lo importante no será el dinero recaudado, sino el calor y el ánimo que los afectados por la enfermedad y sus familias reciban del resto de los ciudadanos. Se guardará, nos anunciaba su presidente, un minuto de silencio como homenaje a quienes lucharon sin fortuna por enfrentarse al toro del Cáncer. En el corazón de todos, estarán también muy presentes, las víctimas de esta semana y sus familias, especialmente aquellos a quienes el injusto destino les ha arrebatado, en demasiado temprana edad, su bien más preciado. En ese silencio, sentirán vivo el pensamiento de Rabindranath Tagore, “cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando”.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Turbulencias

Dicen los físicos que una gran turbulencia, como un huracán que se mueve en el océano, visto desde un satélite a 300 km de distancia, parece una estructura perfectamente organizada, regular, que se mueve lentamente. Para el capitán del barco inmerso en medio de la tormenta, que lo ve en una escala de pocos metros, parece un infierno húmedo e irregular que varía violentamente de un lugar a otro y de un instante al siguiente. Ni lo ve muy organizado, salvo para hundir el barco, ni lo ve variar lentamente. La estructura coherente que ve el astronauta, está conformada por miles de torbellinos más pequeños en plena algarabía, que sufre el navegante. Dicen también que el calor en el aire es generador de turbulencias. Tal vez por el calor, la política zamorana empieza a notar turbulencias. Ceses, dimisiones y sustituciones en la Delegación Territorial de la Junta, que continúan con la supuesta investigación de la tramitación de las concesiones solares, pero que ya hace algún tiempo habían comenzado. Todo ello en medio de una potente campaña de imagen y acercamiento del Delegado Territorial a los pueblos de la provincia. Y conste que esto último no lo digo como crítica, sino como alabanza, máxime cuando muchos, me dicen, echan de menos desde las elecciones generales esa misma presencia por parte del Presidente de la Diputación. Siempre, claro está, que como recordaba Paco Antón en su columna del lunes, el recorrido se haga para conocer y transmitir a instancias superiores las necesidades de pueblos y vecinos, no sólo para convencer a los ciudadanos de las bondades de la política de la Junta, como se le escapaba al Delegado en la entrevista del domingo. O para adquirir músculo de cara a un próximo pulso. Turbulencias también en el Ayuntamiento. Las remodelaciones de gobierno sólo pueden tener tres causas. O las provocan acontecimientos sobrevenidos e inesperados. O se realizan, cumplido el programa en un amplio porcentaje, para orientar la acción de gobierno hacia otras prioridades distintas de las anteriores. O suponen el reconocimiento de que las cosas no se están haciendo bien o al menos no dan los frutos apetecidos y se plantea el cambio. De ahí que en ocasiones a las reestructuraciones se las denomine “crisis de gobierno”. En el caso del Ayuntamiento de la capital, tras poco más de un año de mandato y sin ningún acontecimiento nuevo que la haya provocado, la remodelación acometida ayer por la alcaldesa sólo puede responder a la última de las causas. Bien que se haya hecho si ello supone el efectivo reconocimiento de que el gobierno municipal necesita un impulso que sacuda ese estado de lánguida inactividad que muchos ciudadanos y votantes populares empezaban a denunciar con preocupación. No entro a valorar los cambios concretos, es a la alcaldesa a quien corresponde organizar su equipo, fundamentalmente es eso, su equipo. Habrá que dar el voto de confianza y presumir que acierta en beneficio de todos. Estas y otras turbulencias ¿son aisladas o es que no las vemos con la distancia precisa? Otro día les cuento.

domingo, 17 de agosto de 2008

Luz (solar) y taquígrafos

Ante los acontecimientos ocurridos en torno a las instalaciones de energía solar en Castilla y León, el presidente Herrera ha dado instrucciones a su Gobierno, de investigar hasta el fondo cualquier indicio de actuación irregular en su tramitación o implantación. Conociendo a Herrera y sus convicciones éticas y morales, les aseguro que no hará excepciones para depurar responsabilidades en que funcionarios o altos cargos hayan incurrido. Otra cosa será que le llegue toda la información y que ésta no vaya quedando cortada en los niveles burocráticos y políticos intermedios o bien que alguno de los afectados tenga tanto poder político o fáctico dentro del partido popular como para establecer los pertinentes cortafuegos con los que eludir la investigación. Al Psoe le ha faltado tiempo para hablar de la existencia de una trama organizada de ámbito regional. No digo que no pueda ser así, pero para formular una acusación de tal gravedad conviene aportar pruebas, cosa que a día de hoy, no han hecho. Conectar entre sí unos cuantos casos aislados en los que de momento ni siquiera se habla de ilegalidad y tratar de convertirlos en una trama de grandes proporciones, no deja de ser un insulto a la inteligencia de la opinión pública general, un reconocimiento de que ellos mismos no parecen muy dispuestos a investigar mucho más, quizás por si también les salpica, y una ironía cuando representan al partido que acumula en las últimas dos décadas, más casos de corrupción denunciada, juzgada y condenada que todos los demás juntos. Conozco menos los casos de otras provincias. Pero en los dos que afectan a Zamora, las cosas se han sacado un tanto de quicio. Según se dice, el dimitido para no ser cesado, secretario territorial de la Junta, tiene una pequeña participación en una sociedad que está tramitando un permiso, sin que a priori se acredite incompatibilidad legal o que la tramitación sea irregular. Y ya ridículo es que se pretenda que Francisco Jambrina, jefe de servicio en Palencia, no pueda invertir en una pequeña instalación en su pueblo de Zamora, Arcenillas. Si hay corrupción será en otro nivel y a mayor escala. Investíguese, caiga quien caiga. Cuando los liberales propugnamos la máxima objetivación de los derechos, lo hacemos porque es la única forma de evitar las desigualdades, la arbitrariedad y las corruptelas. Los derechos, también los económicos y de la libertad de empresa, deben ser inherentes al ciudadano por el mero hecho de serlo, no estar supeditados a la graciosa concesión administrativa, o sea, por la más o menos arbitraria actuación de los funcionarios públicos. Paradojas, la electricidad generada con el sol es sostenible sólo con un precio artificial, merced a la subvención que pagamos entre todos. Teóricamente perjudica menos al medio ambiente, pero luego, en una provincia con grandes extensiones yermas cuando no yertas, y en una comarca que no destaca por sus grandes masas arbóreas, se tala un robledal para instalar unas cuantas placas solares. Bienvenida sea esta fuente de riqueza, pero cuando nos cambian el fresco y verde abril de los robles por el gris y negro del dinero de todos, eso no es progreso.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Peligro de incendio

En plena calima de agosto, con los campos resecos, llenos de maleza sin desbrozar, de esa que aprovecha cualquier circunstancia climatológica para germinar, crecer y hacerse dueña del terreno, el riesgo de incendio se multiplica. DIcen que como la naturaleza, también los espíritus se agostan. Las estadísticas médicas y forenses acreditan que son precisamente estas fechas unas de las más nutridas en fallecimientos por enfermedad natural. Quizás va la naturaleza anunciando de esta manera, la inminente caída de la hoja prevista para el otoño. Son también las semanas más intensas del estío, aquellas en las que se concentran los mayores índices de suicidios. Y últimamente, aunque por razones más derivadas de la convivencia humana que de la propia existencia, los casos de rupturas familiares o divorcios. El calor ciega la razón escribieron nuestros clásicos hispanos. En medio del fragor veraniego, hemos asistido también a un cruce político de alusiones en apariencia de segundo nivel pero con un fondo y unas consecuencias de más amplio calado y alcance que el que por el momento se le ha dado. Comenzó el representante de Adeiza en la Diputación de Zamora, acusando a la dirección provincial del partido popular, presidente y sectretario, como si de una mesa de billar se tratara, de querer golpear en carambola a la alcaldesa capitalina, golpeándoles primero a ellos. La circunstancia que buscó como ejemplo, la conexión en red al resto de ordenadores de la institución provincial no fue acertada, incluso pareció pueril. Pero ¿seguro que el argumento de fondo no es correcto? No pongan la mano en el fuego, que se propaga con rapidez. A los pocos días, no sin una cierta dosis de ¿imprudencia?, el máximo responsable de la prevención y la lucha contra los incendios, léase el Delegado de la Junta en Zamora y Secretario provincial popular, sacudía de tal manera las chispas dejadas caer por el de Adeiza, que en lugar de querer apagarlas, dió toda la impresión de que buscaba extenderlas. Conozco a Castro jugando al billar y aunque no se caracterizó nunca por un juego especialmente fino ni por una técnica sutil, a veces la carambola la hacía. Estando así las cosas, salió Mateos a la palestra y dijo lo que todos esperaban. Se despachó con el anterior, respaldó al suyo y amenazó con lo único con lo que puede. Incendiar políticamente el Ayuntamiento. O sea, hacer lo que dicen que sus rivales pretenden que hagan. Ni en la Diputación ni en la Junta tiene fuerza suficiente, aunque en esta última se perciban ciertos focos aún controlados. Mientras tanto, el Ayuntamiento continúa en "calma chicha", no sé si por confianza o por inconsciencia. Ya ven, en conjunto un rollo de verano. Un lío que será o no será, pero eso lo sabremos con las primeras lluvias.

domingo, 10 de agosto de 2008

Pasando olímpicamente

Desde este agosto ya sí, cada vez que oigamos el nombre de la capital China, sabremos que están hablando de la ciudad que todos conocíamos como Pekín. El viernes empezaron los Juegos Olímpicos de Beijing. Mi tentación era escribir de la tercera nación por superficie del mundo y la más poblada. Del sometimiento a una atroz dictadura. De los millones de violaciones de los derechos humanos que sin descanso se suceden. De la actuación en el Tíbet del gobierno chino. Del recuerdo de los estudiantes muertos en la masacre de la plaza de Tiananmen. Del infanticidio femenino, institucionalizado por un régimen que durante décadas ha penalizado fuertemente a las familias que tuvieran más de un hijo, en una cultura donde un hijo es un regalo y una hija una carga. Del incontable número de presos políticos, de pensamiento o de opinión. De cuántos de ellos han sido asesinados o dejados morir para generar un inmenso negocio de tráfico de órganos humanos. De uno de los últimos reductos del despótico comunismo internacional. De un pueblo que nunca a lo largo de la historia ha conocido la libertad, ni sabido que la democracia es algo más que un régimen mucho más imperfecto que el inspirado en el Libro Rojo de Mao. Pero como soy muy obediente, me someteré a la misma disciplina olímpica que la Vicepresidenta De la Vega ha recordado a nuestros deportistas olímpicos, nada de hablar de política. Y si ahora resulta que hablar de todo lo anterior es política, pues claro, a callar. Menos mal que este es el gobierno de la extensión de los derechos, que si no… Cumpliendo lo prometido, bajo pena de laica excomunión, no me queda más remedio (aunque sea más aburrido), que glosar las bondades de la práctica deportiva. La grandeza y universalidad del espíritu olímpico. La fraternidad entre los pueblos, escenificada en sana competición. Lo saludable del ejercicio físico en todas sus modalidades excepto la que supone el movimiento del pulgar accionando el mando a distancia de la tele mientras nos hacemos unos largos en el sofá. Y también de lo nuestro. El orgullo de ver a dos zamoranos entre los mejores del mundo, el taekwondista Jon García y el nadador Borja Iradier. Y ya metidos en harina, aunque no venga muy a cuento, y para que no se vayan de rositas, del deseo de que la primera medalla para España en la especialidad de ciclismo, sea un buen augurio para que continúe el éxito de la iniciativa municipal de préstamo de bicicletas. Y que con ello también cese el ridículo socialista, sólo salvado por Miguel Alejo, de la crítica sin ton ni son a una buena actuación del equipo de gobierno. No me extiendo más, no vaya a decir la señorita Rottenmeier que mezclo política y deporte. Ánimo lector y recuerda que eres libre de elegir, en latín eso sí. Mens sana in corpore sano o como dice un amigo mío, mens insana in corpore insepulto.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Archipiélago Gulag

El pasado domingo falleció Alexandr Solzhenitsyn, Premio Nobel de Literatura y la gran voz de la conciencia y la denuncia contra el terror estalinista en la antigua Unión Soviética. Hace un par de años, escribía Raúl del Pozo sobre “Archipiélago Gulag”, la obra que junto a “Un día en la vida de Iván Denisovich” le dió reconocimiento mundial, “un libro largo, estepario, demoledor, sarcástico, sectario pero justo. Hubo muchos disidentes –Pasternak, Bukovski, Sajarov, Vaclav Havel- pero el disidente por excelencia es Solzhenitsyn, que nos habló de que el comunismo, acelerón en la historia, se había corrompido en la estepa”. Añadía también del libro y del autor que “ha hecho más anticomunistas que toda la CIA”. El régimen del Gulag, término que significa “Administración General de Campos de Trabajo” fue junto al holocausto nazi, el mayor episodio de horror de la historia de la humanidad. En nombre del pueblo, decenas de millones de integrantes de ese mismo pueblo fueron arrestados. Interrogados mediante las más horribles torturas. Transportados en vagones de ganado pintados de rojo a los que llamaban las “vacas rojas” y que eran agujereados en el suelo para que drenaran, mientras se bloqueaban las paredes con acero para que los prisioneros no escaparan. Y finalmente recluidos en los más de 200 campos de detención repartidos por los territorios más inhóspitos del gran edén del comunismo donde eran sistemáticamente torturados. Solzhenitsyn fue huésped en ellos durante ocho años tras ser detenido en 1945 por el grave delito de hablar de Stalin como “el hombre del bigote” en una carta interceptada y leída por los servicios secretos. De nada sirvió que en la guerra mundial que por entonces terminaba, hubiera destacado, ascendido a capitán y recibido cuatro medallas. Tampoco, que a pesar de tener un origen de pobreza y privaciones hubiera sido un magnífico estudiante, especialmente de física, matemáticas y “marxismo-leninismo”. Con marcado carácter autobiográfico, pero aunando los testimonios de 227 prisioneros, configuró el atlas más minucioso del terror que la crueldad humana es capaz de generar. Con detalle forense tras nueve años de escritura clandestina, describe cada circunstancia de la vida en el Gulag, entre ellas, una lista detallada de las treinta y una técnicas de “castigo” habitualmente utilizadas. Solzhenitsyn expuso al mundo, lo más execrable del comunismo. Directamente, con la publicación por primera vez en París en 1973 del libro e indirectamente al ser despojado de la nacionalidad soviética y expulsado del país. Entonces, en la resaca del sesentayochismo, en pleno auge de la intelectualidad progre y “comprometida” fueron no pocos, quienes diciendo defender la libertad en la Europa occidental, se pusieron frente a las víctimas y a favor del gran verdugo comunista. Tristemente famosa fue la incuria de algunos como el escritor español Juan Benet: “Yo creo firmemente que, mientras existan gentes como Alexandr Solzhenitsyn, perdurarán y deben perdurar los campos de concentración. Tal vez deberían estar un poco mejor custodiados” Se ve, que aunque de sus páginas termina destilándose la idea optimista de que el espíritu humano nunca perece, el campo de batalla de la libertad siempre está abierto y poblado de enemigos allí donde más se dice defenderla.

domingo, 3 de agosto de 2008

Saludar a Dios

Martín Ramos pertenece a la antigua raza de los Titanes. Es un héroe de las alturas, representante de la cantera de montañeros zamoranos. Martín es un súper hombre que escala cumbres imposibles como una ofrenda al intento de los hombres de dominar la naturaleza y poniendo con ello ante nuestros ojos, la pequeñez de lo humano frente a los colosos de roca. Esta semana nos contaba su última expedición al Himalaya y su ascensión de dos "ochomiles" en sólo unos pocos días. Lo cuenta no con el lenguaje de la épica sino con una pasmosa normalidad con la que nos sorprendería, incluso leyendo la carta de un restaurante exótico. Sisha Pangma, Karakorum, Gasherbrum, K-II. Habla de subir y bajar montañas de más de 8.000 metros, como si fueran los toboganes de un parque acuático o un paseo por las laderas de Valorio. Casi se diría que en realidad se escapa a las tierras del Yeti, de vacaciones, a descansar de su trabajo. Que el riesgo en su vida lo aporta su servicio profesional como bombero. Pero no, Martín es resistente, noble y natural como el nombre de uno de sus patrocinadores, "arquitectura en madera y piedra". Su madera es la misma que hace que su padre, el cronista Herminio Ramos, remonte cada día el mal que vela sus ojos y siga leyendo y escribiendo con el insaciable apetito de quien son las letras su vida. Te toparás con él, en la calle o en sus rincones favoritos y no te verá, pero en su "punto de mira" sigue escrutando con la misma luz y minuciosidad el alma de Zamora. Hace unos días pasé en avión sobre los Alpes, rumbo al norte de Italia. La reiteración de hileras de montañas que conforman la cordillera, semejaban las fauces abiertas del planeta con varias filas de dientes esperando el momento oportuno para cerrarse sobre su presa, los indefensos pueblos y ciudades asentados en su seno. Las casas, agrupadas en valles donde culminan gargantas marcadas como cicatrices sobre el suelo, son anécdotas, granos del terreno. Cualquier objeto más pequeño, inexistente. Desde la altura, la presencia del hombre sólo se intuye. Martín escala por sendas por las que nadie o muy pocos han subido antes. Se va alejando del ruido, de las miserias humanas. Según estudios médicos, en las expediciones a montañas de más de 8.000 metros, los montañeros presentan cifras de saturación de oxígeno muy bajas, comparables a las de los pacientes con insuficiencia respiratoria grave, aunque van mejorando con el tiempo de aclimatación. Con su tesón y humildad, cuando Martín hace cumbre, suelta el piolet, se libera de las ataduras y respira el aroma del triunfo, debe sentirse a la vez inmenso y diminuto. Imagino que la baja saturación de oxígeno haga que sentidos y actividad cerebral se concentren sólo en lo esencial. En esa atípica lucidez en la que se puede ser plenamente consciente de uno mismo y de la verdadera dimensión del mundo. El montañero, en la cima del mundo, saluda a Dios.