Mientras escribo reflexiono. Me preocupa España. Sin dramatismos ni posiciones maximalistas, sin pensar que todas las fichas se juegan como en un casino al negro o al rojo Ni toda la luz en un lado ni toda la sombra en el otro. Reflexiono sobre la base de las ideas, los programas, los liderazgos y la amistad. Reflexiono porque de las decisiones de hoy dependen los pasos del mañana. Reflexiono, en última instancia, porque la madurez que en nosotros va depositando el transcurso de la vida y lo que paso a paso nos va dando y sobre todo arrebatando, hace que para algunas cosas nuestra piel sea coraza a prueba de lanzas y para otras las sensaciones nos escuezan en carne viva sin dermis que la proteja.
Eso fue ayer, hoy votaré, ejerceré el derecho a tomar mi cuota parte de decisión sobre el anhelo y los deseos que tengo para la España que aún me reste por vivir y la que quiero ayudar a dejar a mis hijas. Con más escepticismo que ilusión probablemente pero votaré, no renuncio al derecho a acertar o equivocarme, a la obligación que íntimamente siento de implicarme porque me preocupan España y los españoles.
Mientras reflexiono y voto con responsabilidad por la España que me preocupa, también y sobre todo, me preocupa Zamora tan golpeada por el puño del tiempo, de ciertas acciones políticas, del olvido de aquellos que han tenido y tienen en sus manos el poder para decidir que las cosas sean un poco mejores o un poco peores. Me preocupa que recuerden los datos que nos dicen, esta semana una vez más, que en Zamora el paro solo baja porque la pérdida de población activa (siendo ya la provincia de España con menor tasa de población activa) es aún superior a los empleos que se pierden.
Los datos que pertinazmente nos señalan que desde 2008 la caída de la población se acentúa en la capital y desde muchos años antes desangra nuestra provincia. Los que pueblan, escalofriantes, estadísticas oficiales: El triple de nuestra población provincial supera los 65 años frente a los menores de 15 años. Nueve de cada diez jóvenes menores de 30 años viven o dependen económicamente de sus padres. Solo cuatro nacimientos por cada diez fallecimientos. Envejecimiento. No hay empresas, no se genera empleo para que nuestros jóvenes se queden o nuestros exiliados laborales puedan volver.
Es muy importante que España tenga un futuro de estabilidad, avance económico y social, de concordia y puntos de encuentro, pero a la vez es vital -y no hay mejor palabra para definirlo- que Zamora se reenganche al presente. De ello deberían preocuparse aquellos a los que hoy elegiremos para España. De ello debemos ocuparnos plenamente los zamoranos cada día, en cada acción y en cada cita ante las urnas. En ello nos va el futuro de nuestra tierra y de nuestra gente. El futuro y el presente de Zamora.