domingo, 21 de abril de 2024

Una sociedad moralmente enferma

Que ETA saque un escaño más o uno menos que el PNV da lo mismo. Saber con certeza, según todos los sondeos y el aroma que se respira en el País Vasco y en los partidos nacionales, que EH Bildu va a ser la gran triunfadora en las elecciones de hoy, transmite tal hedor de podredumbre moral que el resto pasa a un segundo plano.


Ante ese pronóstico, que pone al PNV ante la consecución de aquello por lo que han venido trabajando incansable y deslealmente y al PP y sobre todo el PSOE ante la escena a la que han permitido que llegue España, quizás fuera lo mejor que ya ahora, y no como parece destinado a ocurrir en cuatro años, el partido de ETA ganara con un resultado claro y contundente. A veces los pueblos, como las personas, necesitan sumergirse en el logro de los peores de sus deseos para aprender, sufriendo en sus propias carnes lo que con desinterés, indiferencia o vehemencia han deseado, causado o permitido para otros. Tampoco los alemanes fueron inocentes en el auge de Hitler y el nazismo.


Durante los últimos años vivimos un proceso de blanqueamiento interesado de aquellos a quienes los únicos colores que los representan son el rojo de la sangre inocente que han derramado y el negro de la miseria moral de sus almas. Desde los líderes del PNV que seguían recogiendo las nueces del árbol que “los chicos de la gasolina” agitaban, hasta Sánchez porque son esenciales para mantenerse en el gobierno, pasando por Zapatero, lo suficientemente podrido como para defender dar interlocución a los terroristas al precio que sea con tal de impedir la alternancia con el PP. 


Pero como las cosas son como son y en democracia somos los ciudadanos los únicos responsables de nuestro voto, ningún cálculo ni estrategia hubiera servido de no haber centenares de miles de votantes respaldando expresamente a los asesinos y extorsionadores como antes lo hicieron, apoyando o mirando para otro lado, cuando estos mismos mataban, secuestraban, acosaban o echaban de su tierra a doscientos mil de sus vecinos que hoy no podrán votar ni entre náuseas.

No hay comentarios: